"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
Jeque Mansour Bin Zayed (Manchester City)
Aunque siempre ha poseído un elevado contenido de entretenimiento, el mercato recién inaugurado este año se inscribe directamente en la ciencia ficción, pues cabe pensar que el descenso global en el monto de fichajes del fútbol europeo se acercará al 40% con respecto al año anterior, a la vista de la catastrófica crisis económica que nos está sacudiendo. El fenómeno no es nuevo, sino que ya se vivió entre el curso 2009/10 y el siguiente, con una caída próxima al 30%, y se ha repetido en las ventanas invernales. Se recuperó el pasado verano, fruto de algunos clubes puntuales: Manchester City, Paris Saint-Germain, Juventus, Chelsea o Roma, según el consolidado informe Football Transfer Review, que explica cómo casi la mitad de la inversión total fue realizada por apenas nueve clubes, entre los que no se incluyeron Barça, Real Madrid ni Bayern, tres semifinalistas de Champions. En este sentido, es interesante comprobar cómo ambos equipos españoles suman tres temporadas reduciendo sus inversiones en fichajes: el Madrid ha pasado de 265 (Cristiano, Kaká, Benzema…) a 78 y, finalmente, a 55 el pasado curso. El Barça redujo de 112 a 73 y, finalmente, a 60 el año pasado.
La caída continuará este verano. La deuda acumulada de los clubes europeos es gigantesca y el proceso ‘Financial Fair Play’ está a solo dos años de ser implantada por la UEFA, con todas las consecuencias que ello supondrá. Los mecanismos financieros que han servido para compensar déficit (ayudas públicas, deuda pública, ingresos extraordinarios, ventas de patrimonio) han tocado techo o, simplemente, se han evaporado, dejando a las entidades frente a su cruda y negativa realidad. No hay dinero para mantener el ritmo de fichajes de la pasada década, por lo que vamos a un escenario recesivo sin discusión: caída global del mercado entre un 30 y un 50%, escaso dinero en circulación, numerosas cesiones (en Italia supusieron el 47% de las salidas del pasado curso) y abundante intervención de fondos inversores, con la inevitable suspicacia de sus intereses en conflicto.
Con este horizonte, el mercato actual contendrá altas dosis de escenificación y pocas de realismo. Cuesta creer que Barça y Madrid, por seguir con los ejemplos más próximos, se disparen a cotas de 2009 o 2010. En primer lugar, porque sus necesidades futbolísticas son limitadas (dos jugadores el Madrid, tres el Barça; en líneas generales); y en segundo, porque la terrible crisis bancaria española tampoco permitirá ingenierías financieras como en tiempos pasados, incluso si algún gestor de club quisiera emplearla. Así pues, miremos el mercato con los ojos del entretenimiento y confiemos en la buena labor de los scouts, cada día más obligados a afinar en calidad y precio.
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