La anarquía paciente

por MARTI PERARNAU el 29 septiembre, 2012 • 23:25

1.- Hasta que encaja un gol, sale el Barça en su mejor versión de la temporada. Cada pieza parece recuperar su sentido. Busquets y Xavi se sitúan en el descansillo del área sevillista, Pedro sujeta a Cicinho, Cesc profundiza dos veces por minuto y Messi amartilla el revólver. El Barça huele a Barça.

2.- Durante veinte minutos amaga por fuera y entra por dentro pese al buen trabajo de Maduro sobre Messi y de Ratikic sobre todos. La defensa sevillana se ajusta bien cerca de Palop, pero no puede impedir el sometimiento visitante. Hasta que gradualmente empieza a rascar donde le duele al Barça: en la transición defensiva.

3.- El Sevilla no necesita mucho: recuperar en cualquier zona, buscar a Rakitic (preclaro), orientar hacia una referencia (Negredo o Navas) y reorientar hacia la opuesta. Estas cuatro acciones, ejecutadas de manera consecutiva, bastan para estremecer la fragilidad trasera del equipo de Tito, donde todo parece estar sujetado con pinzas.

4.- Sufre la defensa de Tito, pero eso le ocurre porque padece déficit de control en el centro del campo. El equipo de Vilanova, como hiciera el de Guardiola en su último medio año, está viviendo un proceso evolutivo en dos direcciones: la lenta sucesión de Xavi (el proceso Xavi-Cesc dijimos hace tiempo) y la rápida orientación hacia la verticalidad. En estos meses de proceso, uno tiene a veces la sensación de que es un fenómeno puramente instintivo, mientras en otras lo percibe como algo totalmente planificado y premeditado.

5.- El tiempo nos dará la respuesta a este interrogante, del mismo modo que el tiempo ha sido el gran aliado del Barça en el Sánchez Pizjuán, donde han chocado dos equipos formidables. Un Barça imperial durante veinte minutos y un Sevilla extraordinariamente concentrado, punzante, habilidoso e inteligente a continuación. Capaz de encontrar los agujeros que Busquets y Xavi dejaban en el centro y percutir a través de ellos.

6.- Los dos goles sevillistas llegan por ese camino. Dado que los cuatro centrocampistas blaugrana no se están ubicando en círculo, ni tampoco buscan los triángulos clásicos, sino que se sitúan dos arriba y dos abajo (Xavi-Busquets abajo, Messi-Cesc arriba), superarlos está resultando relativamente sencillo. Basta una basculación a un costado para que suceda lo del primer gol y Medel se presente fácil en el área como un puñal. Basta un mal pase de Busquets a Messi en el círculo central para que toda la estructura se resquebraje y Negredo construya una obra de arte.

7.- Es totalmente cierto que en ambos casos, la actuación posterior de los defensas del Barça no ha sido buena. Sea por rebotes mal orientados, por marcajes sin intensidad o por falta de contundencia. Errores que en otras épocas cometieron también grandes defensores como Puyol o Márquez, pero que ahora señalan de manera abrumadora a Mascherano, Alves y Song. Estos errores quedan marcados en rojo en el balance de los tres, pero tampoco puede obviarse el inicio de ambos goles. Y el error inicial no estuvo en los defensas, sino en la posición de los medios, lo que agiganta la dificultad para ejecutar una correcta transición defensiva.

8.- Esa posición tan paralela de los centrocampistas (una suerte de 4-2-2-2) rellena de manera positiva el ataque organizado, pero a cambio quiebra uno de los principios que hacía fuerte al Barça, pues casi le impide por definición presionar al rival desde la posición y le exige un gran esfuerzo, además de facilitar los inmensos espacios para el contragolpe del contrario. Imagino que Tito y Xavi lo ven, pero que han decidido seguir por esta vía dado el beneficio que obtienen en ataque.

9.- Porque dicho beneficio es muy elevado. Si la transición defensiva es débil y las flaquezas traseras se centuplican, la disposición de los medios facilita la proximidad al área rival y la constante ejecución del dentro-fuera-dentro. Se llena el centro (ya poblado por rivales), se inclina a los costados y se busca la profundidad final por los huecos centrales. Los tres goles del Barça han llegado por dicha zona, por pasillos que parecían inexistentes pero que Messi y sus compinches han encontrado.

10.- Lo memorable de este gran partido reside en la intensidad de ambos equipos. Un Sevilla espléndido en todos sus conceptos: defendiendo en organizado con seriedad; presionando mediocentro e interiores a los medios blaugrana; proyectándose desde los excelentes Rakitic y Trochowski (cuya baja por lesión ha sido muy sensible); sujetando desde un imperial Negredo y percutiendo con Navas. La impresión que deja tras jugar contra Barça y Madrid es que un gran Sevilla está regresando de la mano de Michel.

11.- En el Barça crece el hambre, la ambición y las certezas. Quedan escritos los errores defensivos individuales y las deficiencias que genera el 4-2-2-2 para evitar las contras rivales. Pero deben escribirse también las mejores calificaciones de la temporada, pues el equipo llevaba una gran trayectoria en resultados pero ínfima en juego. Hoy ha sido bien distinto, tanto en el tramo inicial, como con el 2-0 en el marcador, como en el sprint final, de nuevo con tres defensas (y como en los casos anteriores, cuantos menos defensas, menos peligro recibido, por cierto).

12.- Todo lo que se pierde en control y seguridad se gana en desequilibrio y proximidad al área. Es una ecuación peligrosa y para demostración basta ver el sinnúmero de remontadas a que se ve abocado el equipo. Personalmente, me parece una ecuación muy arriesgada que penaliza a Busquets y los defensas, en especial si no son defensas o no están en su mejor momento, aunque entiendo que después de tres años y medio, alcanzadas las cumbres de Wembley y Yokohama, el siguiente paso evolutivo consista en controlar menos y ser más vertical.

13.- Posiblemente es inevitable que esto suceda y habrá que acostumbrarse a un Barça más frágil atrás, en contraposición con ese Pep Team que encajó 0,74 goles de promedio en cuatro años. Y a la vez, más voluminoso y abundante arriba, del mismo modo que podríamos creer que habrá un cambio en el costado fuerte del ataque, que podría dejar de ser el diestro y pasar al izquierdo, donde Jordi Alba, secante eficaz de Navas, promete grandes cabalgadas.

y 14.- Al contrario de lo ocurrido en partidos anteriores, el Barça de Tito sale muy reforzado de su remontada. Los defectos son visibles y diría que corregibles porque poseen un alto componente táctico. Las virtudes son contundentes y el balance le daría la razón a Tito por el momento. Parecería que el equipo va virando lentamente desde Xavi hacia Cesc, del control a la anarquía, por más sobrio y certero que hoy haya estado Fàbregas y pasional se haya mostrado Hernández. De la paciencia a la intensidad. La anarquía paciente.