"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
El AC Milan vive con el miedo en el cuerpo, tan dentro de sí mismo como el frío que cala en los huesos por estas fechas navideñas. No es un temor buscado, ni mucho menos, aunque es cierto que se acrecienta con el paso de las jornadas. Eso sí, se deja ver una tenue luz en este mercado invernal. Con necesidad de cambiar algo – por no decir que lo correcto sería todo–, el club rossoneri recurre a este periodo de traspasos en busca de un lavado de cara. Keisuke Honda llega para calmar el mal gesto.
El jugador japonés llegará como un regalo de la Bruja Befana para el equipo de Milán. Con toda la inestabilidad que parece haber en cuanto al mercado de traspasos, el periodo invernal le sirvió para reflotar de la Serie A en la pasada temporada con el fichaje de Mario Balotelli. Sin duda, la situación en la presente es más delicada y las incorporaciones se tornan necesarias. La mala gestión en el periodo estival convierte las necesidades en obligaciones.
Honda ha madurado en la Russian Premier League en el CSKA de Moscú, convirtiéndose en un jugador más inteligente, algo diferente a aquella etapa en VVV Venlo, cuando era algo más impulsivo y atrevido. Está muy naturalizado con la mediapunta, lo que beneficiará al Milan en su nueva etapa. Es netamente ofensivo, ya que no ha estado tan exigido en labores de repliegue en el conjunto moscovita, pues Rasmus Elm y Pontus Wernbloom le daban la batuta para que pudiera lanzar la ofensiva del equipo. No obstante, notará un cambio con respecto al estilo de juego de su nuevo club. Los de Slutsky ofrecen un fútbol más vertical y directo, mientras que los de Allegri, en su idea de ver el fútbol de otra manera, dejan entrever una intención de elaborar más la jugada.
Junto al fichaje de Adil Rami para la zaga, Honda llega para potenciar una posición que goza de demasiada inestabilidad a pesar de que no faltan efectivos. Allegri no ha dado con la tecla en la medular del campo, sobrándole más oficio en cuanto a labor defensiva que beneficio en labores creativas. Superpoblado el centro del campo, la búsqueda del dominio queda lograda pero no genera las ocasiones que realmente necesita para llevarse los encuentros. Lo cual focaliza el germen en la zona de creación, apareciendo una falta de ideas en esa posición. Además, dada que la salida de balón no es del todo limpia por la falta de un regista en condiciones, la línea de tres cuartos no está dando los frutos que se esperaban.
No cabe duda de que Honda viene a solucionar dichos problemas. No es un mediocentro al uso, ni mucho menos, pero se las apaña bastante bien delante de los centrocampistas, en este caso De Jong y Muntari. Allegri ha dispuesto varios compañeros para Kaká –que a veces se ha visto retrasado para ayudar en la salida– en la línea de tres cuartos de campo, pero ninguno con la determinación necesaria para complementar la faceta goleadora de Balotelli y generar oportunidades para los compañeros. La lesión de El Shaarawy ha sido una baja bastante importante dada esta idea en el sistema. Debido a falta de pólvora, el conjunto milanista lleva menos goles anotados (25) que los siete primeros equipos de la clasificación, incluidos el Hellas Verona y el Torino. El mediapunta japonés podrá desplegar bien sus condiciones con jugadores como Kaká, Balotelli y El Shaarawy, aunque será él quien otorgue algo de electricidad al juego del Milan, falto de chispa en numerosas ocasiones.
Poco a poco, el AC Milan, en su afán de volver a la parte alta de la tabla, pretende encauzar una buena racha con este tipo de mimbres. Keisuke Honda se ha convertido en la esperanza que llega por Navidad, periodo en el que se repiten los deberes que no se hicieron adecuadamente en verano.
* Guillermo González es periodista.
– Foto: Denis Tyrin (AP)
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