A lo largo de la historia ha habido muchos jugadores nacionalizados que han jugado en el equipo nacional italiano, desde Luis Monti y Raimundo Orsi en los años 30 a Mauro Camoranesi y Thiago Motta, pasando por Omar Sivori y José Altafini en los 60, pero el precursor de todos ellos fue Julio Libonatti, en 1926. Además, el italoargentino también tiene el honor de haber sido el primer futbolista traspasado desde Sudamérica a Europa. Nacido el 5 de julio de 1901 en Rosario (Argentina), se desempeñaba como delantero y podía actuar en cualquier posición del ataque. Futbolista de gran inteligencia, calidad, velocidad y habilidad, destacaba por sus precisos remates y su eficacia de cara a puerta. Fue conocido como El Matador.
Comenzó su carrera en las filas de Newell’s Old Boys cuando contaba con 16 años, debutando en la Copa Nicasio Vila (liga rosarina de fútbol) de 1917. En la posterior edición de este torneo logró su primer título con Ñuls al arrebatar el trofeo a Rosario Central.
En el club rosarino formó una de las primeras grandes delanteras de la entidad junto a Ernesto Celli, Atilio Badalini, Blas Saruppo y Juan Francia. También compartió terreno de juego con su hermano Humberto.
En 1921, los leprosos completaron una gran temporada con la consecución de otra Copa Nicasio Vila y la Copa Ibarguren. En la competición local solo perdieron un partido y aventajaron en cinco a su inmediato perseguidor, Tiro Federal Argentino. En la Copa Ibarguren vencieron por 0-3 a Huracán, con Libonatti cerrando el marcador en el minuto 44. En la siguiente campaña revalidó la Liga Rosarina por delante de Nacional y Belgrano, aunque en esta ocasión Huracán se tomó la revancha de la final anterior en la Copa Ibarguren y les derrotó por 1-0 en el partido de desempate.
En sus últimos cursos con la camiseta de Newell’s no amplió su palmarés, aunque siguió viendo puerta con facilidad para dejar un bagaje final con el equipo rosarino de 78 goles en 141 encuentros.
En 1925, el presidente del Torino Enrico Maroni quedó entusiasmado del juego de Libonatti en un viaje por Argentina e hizo una oferta para fichar al delantero que fue aceptada. Con ello se convertía en el primer futbolista traspasado al Viejo Continente y abrió la puerta europea a numerosos compatriotas que luego siguieron su estela. El ariete cuyos padres eran italianos, pero habían emigrado a Argentina a finales del siglo XIX, adquirió rápidamente la nacionalidad italiana.
Debutó en el Torino el 4 de octubre de 1925 en un choque frente al Brescia y lo hizo perforando las redes del equipo adversario. En su primera campaña dejó unos números de 18 goles en 22 encuentros y el Torino segundo.
En la temporada 1926-1927, el magnífico tridente formado por Baloncieri, Rossetti y Libonatti fue un dolor de cabeza para las defensas contrarias y el Torino, tras liderar el Grupo B de la División Nacional, dominó la ronda final y aventajó en dos puntos al Bolonia, obteniendo el trofeo de campeón italiano. Sin embargo, la alegría no duró mucho al serle retirado el título tras saltar el Caso Allemandi. El Torino había vencido a la Juventus por 1-2, pero días antes un directivo había contactado con el defensa juventino Luigi Allemandi para ofrecerle 50.000 libras por el amaño del choque. La Federación Italiana de fútbol y su presidente, Leandro Arpinati, despojaron al Torino de la liga y declararon desierto el campeonato de esa campaña.
El curso venidero, con toda legitimidad, Il Toro conquistó la liga superando al Genoa y la Juventus en la liguilla final. Libonatti se proclamó capocannoniere con 35 dianas y el conjunto dirigido por De Tony Cargnelli, con hombres como Franzoni, Rossetti, Baloncieri, Sperone, Colombari o Feliciano Monti, ganó el primer título liguero de su historia.
En 1929 lucharon por revalidar el campeonato doméstico, pero tuvieron que conformarse con el subcampeonato. Se celebró una final a doble partido entre Bolonia y Torino que tuvo que resolverse en un replay. En Bolonia, los locales vencieron por 3-1 y Libonatti marcó el gol del Torino. En la vuelta, el Toro ganó por la mínima con una diana del italoargentino mediada la segunda mitad. El replay, jugado en Roma, se lo llevó el Bolonia con un tanto en las postrimerías del duelo.
A partir de 1930, con la creación de la Serie A, las prestaciones de Il Toro bajaron y las posibilidades de luchar por el título disminuyeron. Libonatti marcó 14 goles en 1931 y 16 en 1932, pero en los cursos posteriores no llegó a superar la decena.
El Matador abandonó el Torino en 1934 con unas brillantes estadísticas de 150 goles en 239 partidos. Su siguiente destino fue el Genoa. En el conjunto grifone, permaneció dos temporadas, primero en la Serie B y luego en la máxima categoría, en la que concluyeron en el undécimo puesto. Firmó 7 goles en 27 partidos y compartió vestuario con el técnico húngaro Gyorgy Orth o los argentinos Mario Evaristo, Guillermo Stábile y Rodolfo Orlandini.
En 1937 se marchó al Rimini, donde compaginó su labor en el césped con los banquillos durante la campaña 1937-1938. El equipo acabó 5º en la Serie C. Libonatti se retiró al término del curso.
Con la selección argentina fue internacional en 15 ocasiones y marcó 8 goles entre 1919 y 1922. Debutó en la Copa Premio Honor Argentino de 1919, donde la albiceleste apabulló a Uruguay por 6-1 con un triplete del rosarino. En 1920 revalidaron el título tras vencer por 1-0 en Buenos Aires, pero La Celeste se llevó los otros dos títulos que disputaban asiduamente contra sus vecinos: la Copa Premio Honor Uruguayo y la Copa Newton.
En septiembre dio comienzo la Copa América y Libonatti fue convocado para su primer gran torneo continental. El sistema fue una liguilla de cuatro equipos (Argentina, Brasil, Uruguay y Chile) que debían enfrentarse todos contra todos. Libonatti fue titular en todos los encuentros acompañado en ataque de hombres como Calomino, Badilini o De Miguel. En la primera jornada empataron a uno con Uruguay en Valparaíso y a continuación repitieron resultado contra Chile. Luego ganaron por a Brasil por 2-0, el segundo obra del Matador, pero el triunfo de Uruguay frente a los chilenos dio a los charrúas el título.
En 1921, la Copa América tenía como sede Argentina y el conjunto local quería inscribir su nombre por primera vez en el palmarés de la competición. Calomino ejerció labores de entrenador-jugador, pero el hombre que lideró a la albiceleste fue Libonatti. Los argentino abrieron el torneo ante Brasil ganando 1-0 con un tanto del artillero de Rosario. Luego fue Paraguay la que no pudo hacer nada ante el empuje de los locales, que la doblegaron con facilidad por 3-0, abriendo el marcador de nuevo Libonatti. En la última jornada, Uruguay buscó dar la campanada en Buenos Aires, pero un inmenso Libonatti, con un gol en la segunda mitad, dio el trofeo a Argentina. La histórica alineación que formó aquel día en el estadio de Sportivo Barracas fue la compuesta por Tesoriere, Celli, Bearzotti, López, Dellavalle, Solari, Calomino, Libonatti, Saruppo, Echeverría y González. Libonatti, además, fue el máximo goleador del torneo con 3 goles, superando al brasileño Machado y al uruguayo Ángel Romano.
La Copa América de 1922 fue el último torneo en el que el delantero de Newell’s vistió la camiseta albiceleste. Celebrada en Brasil, viajaron para defender su corona, pero su actuación no fue la esperada. La cita reunió a cinco países (Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay) con el clásico sistema de liguilla. Las cosas empezaron bien, con una gran victoria por 4-0 frente a los chilenos, pero en la segunda jornada llegó la primera derrota ante Uruguay por 1-0. El partido ante los anfitriones era clave para mantener las esperanzas de título, sin embargo, Neco y Barbuy superaron a Tesoriere y dejaron a Argentina descolgada en la clasificación. En el duelo que restaba, ante Paraguay, el ariete Libonatti no jugó y desde fuera observó la victoria de su equipo por 2-0.
Libonatti no volvió a jugar nunca más con Argentina, y para las estadísticas queda que el último partido que disputó fue el de Brasil el 15 de octubre de 1922 en el estadio Laranjeiras.
Un año después de llegar a Italia, empezó a jugar en la nazionale, llegando a disputar 17 partidos y marcando 15 goles. Debutó en un amistoso frente a Checoslovaquia el 28 de octubre de 1926 que terminó 3-1 a favor de los centroeuropeos. Su primer tanto con Italia tuvo que esperar unos meses, concretamente hasta el 30 de enero de 1927, cuando contra Suiza logró el segundo para los suyos en un choque que ganaron por 1-5.
Unos meses más tarde, Italia participó en la Copa Dr. Gero junto a Suiza, Hungría, Austria y Checoslovaquia. El nuevo torneo tuvo una duración de tres años e Italia consiguió ser el primer conjunto en lograr el triunfo. Libonatti cuajó una gran actuación y con 6 goles fue el mejor artillero de la competición igualado a goles con su compañero Rosetti. El italo-argentino participó en todos los partidos excepto en el último contra Hungría en Budapest (0-5 con hat-trick de Meazza), que certificó el título para Italia. Con anterioridad, los italianos habían vencido por 3-2 a Suiza con doblete de Libonatti, 4-3 a Hungría con otra diana del delantero, 4-2 a Checoslovaquia con un gol suyo y 2-3 a Suiza en Zúrich. También empató a dos con los checos en Praga con otros dos goles del rosarino y perdió ante Austria en Bolonia por 0-1 y en Viena por 3-0.
Vistió la camiseta italiana por última ocasión el 13 de diciembre de 1931, en la segunda edición de la Copa Dr. Gero en un duelo ante los húngaros en Turín que concluyó con triunfo italiano por 3-2. Marcó uno de los goles. Falleció el 9 de octubre de 1981 a los 80 años de edad.
* Alberto Cosín.
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