Protagonistas / Fútbol / Entrenadores
Un gesto le define. Pese a que todos intentaban convencerle, le insistían para que apareciese en las fotos el día de la presentación de Tito Vilanova como primer entrenador del Barça, Jordi Roura se mantuvo en un segundo plano. Tomó una decisión firme y se alejó de los focos. Él no necesita el primer plano, aunque ahora vivirá una exposición máxima como técnico provisional del conjunto azulgrana.
Jordi Roura, el segundo entrenador, se hará cargo del equipo este sábado en Valladolid (18:00 horas), tan solo dos días después de que Tito Vilanova haya sido operado de un tumor en la glándula parótida. A su lado estará el resto del habitual staff técnico azulgrana, con Aureli Altimira o Paco Seirul·lo.
“Tito es el entrenador y lo seguirá siendo. Jordi Roura se sentará en el banquillo en Valladolid. Estamos en buenas manos, nos dan mucha tranquilidad”. Si algo caracteriza a Andoni Zubizarreta, director deportivo del Barcelona, es la sensatez. Conocida la enfermedad de Vilanova, los rumores se dispararon. Algunos decían que volvería Guardiola, otros que se incorporaría a Luis Enrique. Pero Zubi lo tuvo claro: “Las especulaciones son falsas”. No va a llegar nadie porque se confía en los que ya están en casa.
Hasta el pasado verano, Roura había ejercido de analista de los rivales. Nacido en Llagostera el 10 de septiembre de 1967, fue el último en incorporarse al grupo de Pep Guardiola. Lo hizo en el 2009 tras pasar la temporada anterior en el filial. Se unió al grupo de Domènec Torrent y Carles Planchart.
Entre los tres desmenuzaban incluso a los rivales de la pretemporada, algo que el propio Jordi Roura reconocía que podía verse desde fuera como “absurdo”. “Pero conociendo el carácter que tenemos todos aquí, queremos ganar todos los partidos. Además, es una manera de ir haciendo una metodología de trabajo que también tendremos durante el año”, explicaba. Lo mejor era no dejar ningún cabo suelto.
Tito conoció a Roura, que es dos años mayor que él, el mismo día que a Guardiola. Fue a su llegada a La Masia, a mediados de los años 80. Todos juntos formaron un grupo conocido como Els Golafres (Los glotones), porque cada lunes regresaban de sus casas con las mochilas cargadas de comida para compartirla entre ellos.
En juveniles, Roura se alineó junto a Guillermo Amor y Albert Ferrer y, ya en el filial, jugó nueve partidos al lado de Vilanova. Fue en la campaña 88/89 y, además, participaron en dos amistosos del primer equipo. El Barça B lo dirigía Lluís Pujol, que tenía en el veloz extremo de Llagostera a uno de sus titulares
Con Carles Rexach como gran valedor, Jordi Roura no tardó en debutar en un partido oficial con el primer equipo. Cruyff le hizo jugar unos minutos en 1988. En cuestión de semanas, el joven atacante se vio encumbrado como titular. Y toda esta vorágine la compaginaba con el segundo curso de la Económicas.
Su carrera como futbolista se vio truncada, sin embargo, por una lesión fatal. Fue en el partido de vuelta de la Supercopa de Europa contra el Milan. En el minuto 7 de partido se lesionó el ligamento cruzado y el menisco de la pierna derecha en un encontronazo y tuvo que ser sustituido por Miquel Soler.
Fue intervenido por el doctor Borrell y tardó muchos meses en recuperarse. Cuando regresó a los terrenos de juego, sin embargo, ya no volvió a ser el delantero luchador e incisivo que convenció a Cruyff. Aun así, su palmarés es envidiable: ganó una Liga, una Recopa y una Copa del Rey vestido de azulgrana.
Con Roura de nuevo en el filial, tratando de recuperarse de su grave lesión, los aficionados del Mini Estadi fueron muy duros con el futbolista. Quique Costas, su entrenador, salió en su defensa: “Roura está trabajando duramente y por ello no es justo que el público le increpe en la primera pelota que toca. Hay que meterse en el cuerpo de Jordi. Es muy duro bajar de un equipo como el Barcelona, en donde jugaba al lado de muchas estrellas, a jugar en Segunda B. Lo de Roura no ha tenido perdón de Dios y es por eso que lo quiero defender a capa y espada porque sé lo que está pasando”, declaraba en abril de 1991.
Con el primer equipo azulgrana solo había podido jugar 10 partidos y en el verano de 1991 abandonó el Barcelona y se marchó cedido al Murcia, de Segunda División. Allí jugó 11 encuentros a las órdenes de hasta tres entrenadores diferentes (el último de ellos fue Joaquín Peiró) y al lado de Paco Jémez, actual técnico del Rayo Vallecano, y del Toro Aquino.
El curso siguiente, el 92/93, Jordi Roura pasó al Figueres para jugar con los veteranos Pere Gratacós y Tintín Márquez y algunos prometedores jóvenes como Ramón De Quintana y Luis Cembranos. 13 fueron los duelos en los que participó, solo tres de ellos como titular. Ángel Pichi Alonso fue su técnico a partir de la sexta jornada.
Una vez finalizado su contrato, volvió a casa, al Barça, para mantenerse en forma a la espera de nuevas ofertas. Con 25 años, Jordi Roura esperó y esperó hasta que le salió la oportunidad de marcharse al Sant Andreu, en Segunda B. Era 1994 y el extremo iba a actuar a las órdenes del mediático Jaume Creixell.
Así terminó su carrera como futbolista. Aún muy joven para retirarse, el jugador tuvo que buscarse la vida fuera de los terrenos de juego pero, a la vez, muy cerca de ellos. Por eso se enroló como entrenador en la Escuela TARR, fundada por los exfutbolistas del Barça Torres, Asensi, Rifé y Rexach. Allí estuvo hasta que aceptó acompañar a Carles Rexach en su aventura en el Yokohama Flugels japonés. Durante un año y medio vivieron en el país del sol naciente junto a José Ramón Alexanco. Su periplo acabó al final de la temporada 1998/99.
Luego Jordi Roura ingresó como técnico en las categorías inferiores del Barça. Entrenó a los cadetes y al juvenil, del que fue destituido en 2003 tras realizar una mala campaña. Por sus manos pasaron futbolistas como Verdú, Sergio García (Espanyol) o Rodri (Rayo).
Fue Tito Vilanova, que ejercía de director técnico del Terrassa, quien le fichó para ejercer de ayudante de Jordi Vinyals. Más adelante, cerrada su etapa en el conjunto egarense, se convirtió en primer entrenador de L’Hospitalet. Todo esto antes de que el Barça se volviera a cruzar en su vida y le contratara para ejercer de analista, primero en el filial y, desde 2009, en el primer equipo.
Jordi Roura es un hombre que se persigna varias veces durante los partidos. Hasta seis veces hizo la señal de la cruz antes de que el cuadro azulgrana se midiera al Celtic, como captaron las cámaras de televisión. Y lo hizo otras cuatro después de que Jordi Alba marcara el gol de la victoria en el último minuto.
Él será el encargado de dirigir al equipo culé este sábado ante el Valladolid. Ya tiene experiencia en dicha labor porque tuvo que suplir a Tito en los dos partidos en los que el de Bellcaire estuvo sancionado a principio de temporada. Tras ser expulsado en Pamplona, Vilanova se perdió los encuentros contra el Valencia y el Getafe.
Una frase, de cuando era jugador, le define: “Es indispensable huir de triunfalismos hasta que seamos campeones. En el mundo del fútbol ya se sabe, en cualquier momento la tortilla puede dar la vuelta”.
* David Ruiz Marull es periodista.
– Fotos: FC Barcelona – I. Paredes (Sport)
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal