"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
A lo largo de la historia, el Real Zaragoza ha tenido magníficos delanteros, desde los pioneros Tomasin Arnanz o Mariano Uceda pasando por Marcelino, Seminario y Diarte hasta algunos más contemporáneos como Esnáider, Milosevic o Diego Milito, pero el máximo goleador en la liga del club maño con 90 goles es un desconocido para muchos, Joaquín Murillo. Nacido en Barcelona (España) el 27 de febrero de 1932, fue un delantero alto y desgarbado, un verdadero depredador del área al que no se le podía dejar el mínimo espacio. Manejaba ambas piernas con habilidad y era un excelente cabeceador. Popularmente se le conoció con los sobrenombres de El pulpo o El patas.
Pertenecía a una familia futbolera en la que sus tres hermanos eran futbolistas, destacando Bartolomé, que llegó a jugar en primera con el Español y el Nastic. Joaquín, espanyolista de corazón, dio sus primeros pasos en el Europa con 18 años hasta que llamó la atención del F. C. Barcelona, que le incorporó a su conjunto amateur. Allí ganó el campeonato de Cataluña y el de España y el club se decidió a firmarle un contrato profesional, aunque jamás llegó a debutar en el primer equipo. Se marchó cedido al España Industrial, con el que logró el ascenso a la máxima categoría, que no se formalizó por su condición de filial de la institución blaugrana. Llamó la atención de varios equipos y fichó por el Valladolid en 1954, debutando en septiembre ante la Real Sociedad. Permaneció en la entidad pucelana tres temporadas, en las que logró 15 goles en la primera, 10 en la segunda y 19 en la tercera, ayudando al Valladolid a no pasar apuros en la clasificación. En la última destacaron especialmente dos tripletes ante la U. D. Las Palmas y Real Zaragoza, que entusiasmado por su juego y su capacidad goleadora se hizo con sus servicios en 1957. Debutó de nuevo frente a la Real Sociedad en Atocha en un encuentro que finalizó con empate a uno. Murillo cumplió las expectativas y consiguió 13 goles a lo largo del curso con los que el Real Zaragoza terminó antepenúltimo en la tabla y se mantuvo en primera por un sólo punto. Las dos siguientes campañas mantuvo la media anotadora, con 13 y 12 goles, hasta que en 1960 realizó su mejor temporada con 20. Consiguió dos hat-trick ante Elche y Valladolid y el Zaragoza finalizó tercero con un equipo joven en el que emergiron Lapetra, Marcelino o Reija.
La temporada 1961-1962 confirmó los buenos resultados obtenidos el año anterior y con 17 goles de Murillo sumados a los 25 del pichichi Seminario el equipo acabó cuarto en la liga y llegó a semifinales de copa, donde cayó con el Real Madrid por un global de 6-2. Con 30 años recién cumplidos, las cifras goleadoras de Murillo comenzaron a descender en el curso de 1962-1963, donde marcó 9 goles, aunque siguió siendo el máximo artillero del equipo en la liga. El equipo acabó quinto y llegó hasta la final de copa tras eliminar consecutivamente a C. D. San Fernando, Athletic Club, Atlético de Madrid y Real Madrid. En el partido que decidió el título cayó ante el F. C. Barcelona de Kocsis, Olivella, Garay o Pereda por 3-1. La última temporada de Murillo en el Zaragoza fue la de 1963-1964, en la que su peso en el equipo cayó significativamente. La dura pugna con Marcelino y su relación tensa con el entrenador, Antoni Ramallets, hizo que únicamente participase en seis encuentros de liga, logrando cuatro goles. Además, no jugó en ninguna de las finales que el Zaragoza disputó aquel año y que redondearon una temporada fantástica. Se proclamaron campeones de copa al vencer por 2-1 al Atlético de Madrid en el estadio Santiago Bernabéu y de la Copa de Ferias tras hacer lo propio con el Valencia en el Camp Nou por 2-1. Abandonó el conjunto blanquiazul dejando un bagaje de 113 goles (90 en liga, 16 en copa y 7 en Copa de Ferias) en 178 partidos y se enroló en el Lérida, donde colgaría las botas poco tiempo después.
Tras su retirada regresó a Zaragoza y regentó el bar La Espiga durante muchos años. Recibió numerosos homenajes por parte del club y de la Asociación de Peñas, el último con motivo del 75 aniversario del Real Zaragoza en el 2007.
Afectado por la enfermedad de Alzheimer, falleció a los 76 años en Zaragoza el 10 de enero del 2009. Parte de sus cenizas fueron esparcidas en el estadio que le vio marcar goles de todos los colores, La Romareda.
* Alberto Cosín
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal