La lista de magníficos laterales izquierdos que ha dado Brasil a lo largo de la historia es muy larga, desde Nilton Santos, Everaldo o Marinho Chagas a los Junior, Branco o Roberto Carlos, siendo el precursor de todos ellos Bigode a mediados del siglo XX. Nació el 4 de abril de 1922 en Belo Horizonte (Brasil) y su principal virtud era su poderío físico. De gran potencia y velocidad, realizaba eficientes marcajes y los extremos rivales tenían dificultades para superarle en el uno contra uno. Popularmente se le conoció como Bigode (bigote en portugués) debido a que siempre lucía mostacho.
Comenzó a jugar en los equipos amateurs del Industrial y el Combate hasta 1938, cuando defendió los colores del Sete de Setembro E. C., para posteriormente dar el primer gran salto de su carrera con su fichaje por el Atlético Mineiro con 18 años. Con el Galo empezó pronto a saborear la gloria y siendo un fijo en el once ganó el Campeonato Mineiro de 1941, tras superar a Siderúrgica de Sabará por dos puntos, y 1942, después de hacer lo propio con América de Belo Horizonte. En 1943, Bigode recibió una oferta del Fluminense y se marchó a jugar al conjunto de Río. Allí se formó una gran plantilla, sobre todo en la parte defensiva, con el portero Robertinho, los defensas Gualter e Haroldo, Pé-de Valsa, Pascoal y el propio Bigode. En la delantera detacaba Ademir de Menezes. El gran éxito llegó con el Campeonato Carioca de 1946 tras un cuadrangular que disputaron Fluminense, Botafogo, Flamengo y América. En el partido decisivo, el tricolor se impuso a Botafogo por 1-0 con un tanto anotado por Ademir. En los años venideros intentaron sin éxito revalidar el título y se tuvieron que conformar con un cuarto puesto en 1947 y un tercero en 1948. Bigode fue contratado en 1949 por el Flamengo, equipo en el que jugó 66 partidos en dos temporadas, con un cuarto lugar en el campeonato de 1949 como mejor puesto de la entidad rojinegra. Al finalizar su estancia en el Flamengo volvió al Fluminense en 1952 para pasar los últimos años de su carrera, y esa misma campaña logra la Copa Rio (competición que disputaban equipos europeos y sudamericanos) al vencer en la final al Corinthians por 2-0 en el primer encuentro y empatar a dos en el segundo. En 1955, con un bagaje de 396 encuentros) y un gol) repartidos entre las dos épocas, Bigode puso punto final a su trayectoria deportiva con 33 años. Como curiosidad, buena parte de sus partidos los jugaba con un gorro en la cabeza.
Con la selección brasileña participó en once partidos con sensaciones opuestas. Saboreó el éxito y más tarde el mayor fracaso de la historia del combinado nacional. Debutó en 1949, en el cuarto encuentro de la Copa América disputado ante Colombia, en el que Brasil se impuso por un claro 5-0. Sólo perdieron un encuentro, frente a Paraguay por 2-1, lo que les llevó a tener que enfrentarse a los guaraníes en un desempate en el que les arrasaron por 7-0 y se proclamaron Campeones de Sudamérica. En 1950, antes de que se celebrase el mundial, disputaron dos torneos, la Taça Oswaldo Cruz y la Copa Río Branco, y en ambos con Bigode de titular. Se impusieron a Paraguay y Uruguay respectivamente y levantaron los trofeos.
El 24 de junio de 1950 se inauguró el Campeonato del Mundo en Maracaná. Brasil tenía claro el objetivo: alzar el trofeo por primera vez, y qué mejor oportunidad que conseguirlo como anfitrión. Encuadrado en un grupo con Yugoslavia, Suiza y México, pasó líder con 5 puntos tras derrotar a mexicanos y yugoslavos y ceder un sorprendente empate ante los suizos en el único partido del torneo sin Bigode en la alineación. En el grupo final para dilucidar al campeón, Brasil compitió junto con Uruguay, Suecia y España. Los dos primeros enfrentamientos ante los europeos fueron un paseo militar y apabullaron a suecos por 7-1 y a españoles por 6-1. El 16 de julio tenían enfrente a Uruguay, que venía con 3 puntos tras empatar ante los españoles y vencer con sufrimiento a los suecos por la mínima, mientras que a Brasil le valía el empate. Pero disputados los 90 minutos, todo un país enmudeció y sólo unos pocos festejaban en el terreno de juego. Friaça inauguró el marcador al inicio de la segunda mitad; en el 66, Schiaffino logró la igualada y a falta de diez minutos el extremo derecho Ghiggia, cuyo marcador era Bigode, clavó un puñal en el corazón de todos los brasileños con un tanto que hizo a Uruguay campeona del mundo y obró el ya célebre Maracanazo. Las críticas de la prensa fueron feroces contra dos protagonistas, el portero Barbosa y el propio Bigode, que tuvo una tarde aciaga y no pudo parar en ningún momento a los jugadores charrúas. Este fue su último encuentro, pues empezaba ya a despuntar un mito como Nilton Santos, que le arrebató el puesto en el carril izquierdo de la selección.
Una de las consecuencias de la final perdida fue que Bigode, tras ser premiado con un apartamento por una marca de refrescos al ser elegido jugador más popular de Río de Janeiro, jamás recibió dicho premio. La vida posterior que llevó siempre ha sido incierta y bastante desconocida.
Falleció a los 81 años el 31 de julio de 2003 en el Hospital de Pronto-Socorro João XXIII de Belo Horizonte debido a problemas respiratorios. Habían pasado 53 años de una derrota que nunca llegó a superar y con la que soñó en numerosas ocasiones.
* Alberto Cosín
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