Javi Martínez nos atiende en la cantina de los trabajadores del Bayern justo antes de tomar vacaciones. El jugador internacional muestra con toda naturalidad su perfil más humano. Se presenta comiendo un bocadillo de jamón york y queso y con un vaso de zumo de naranja en la mano. Nos habla de la fiestas navideñas con la familia, del pequeño pueblo navarro donde nació y de sus inquietudes personales y deportivas. Javi Martínez, Turuta para los amigos de toda la vida, quiere entrenar duro durante las fiestas porque ahora que ha vuelto a sentirse «al 100%» después de una lesión de 13 meses no se quiere parar. La rodilla no le preocupa ya tanto como ganar títulos en los últimos meses de Pep Guardiola en el Bayern.
Pregunta.- ¿Cómo nos tenemos que imaginar la Navidad en casa de los Martínez-Aginaga?
Respuesta.- Es una época que me encanta, porque ya son nueve años fuera de casa y poder estar allí con la familia y reunirnos todos otra vez es muy bonito.
P.- ¿Y cocina su madre Fortu?
R.- Sí, hay días que se pasa todo el día cocinando para 40 minutos que dura la comida. Yo la ayudaría, pero soy muy malo cocinando y quedaría horroroso.
P.- Usted es propietario de un restaurante en su pueblo, el Durban, nombre de la ciudad donde debutó en el Mundial de Sudáfrica. ¿Allí no se reencuentran nunca para las fiestas?
R.- La Nochebuena, el Fin de Año y otros festivos los hacemos en casa. Pero yo prácticamente cada día como allí. Creamos el restaurante después de hablarlo con mi hermano. Mi hermana había perdido el trabajo por la crisis y como que a mi hermano y a mí nos gusta la hostelería tuvimos la idea de montar alguna cosa para que pudieran trabajar familia y amigos y a al vez tener controlada la calidad. Estamos muy contentos porque cada día está lleno y no lo digo porque sea mío, pero se come muy bien.
P.- ¿Y la carnicería de su madre también notó la crisis?
R.- Mi madre se jubiló cuando comenzó la crisis, pero sí que es verdad que todos los comercios de Estella, cuando montaron grandes superficies, lo notaron.
P.- ¿Trabajó alguna vez en la carnicería de pequeño?
R.- Bueno, cuando me castigaban tenía que ir a San Adrián, un pueblo que está al lado del mío, donde mi padre tenía la carpintería metálica y yo tenía que estar trabajando. Me tenían en la oficina porque en otra zona de trabajo es fácil que te cortes. Pero, vaya, no hacía nada. Ja, ja. Simplemente en vez de ir de parranda con la cuadrilla me quedaba allí.
P.- ¿Era muy travieso, usted?
R.- Ja, ja. Sí, bastante. Yo no me acuerdo, pero mi madre y mi familia siempre me lo dicen.
En el pueblo no soy Javi Martínez, continúo siento el chico que hacía trastadas. Y me conocen como ‘Turuta’.
P.- ¿Y es de los que se anima a cantar villancicos?
R.- Sí, me gusta cantar con mi familia. Compramos un karaoke y todo.
P.- ¿Recuerda cuál fue el mejor regalo que le hicieron de pequeño?
R.- He tenido una familia que siempre me ha querido mucho y los Reyes siempre me traían lo que pedía. Una Play Station, un balón. Mi primer balón fue el único que teníamos en la cuadrilla, jugábamos en la plaza. Mi madre era muy estricta con los horarios. En verano algunos amigos míos podían volver a casa a las once, otros a las doce de la noche y yo siempre a las diez. Mis amigos se enfadaban conmigo cuando me iba, porque me pedían que dejara allí la pelota, pero les decía que no. (Ríe).
P.- Seguro que la disciplina de su madre le ha servido como futbolista.
R.- Sí, sí. El fútbol son muchos factores: calidad, suerte, capacidad de currar. Pero también el hecho de tener unas normas, una responsabilidad. A menudo mis amigos salían de fiesta y yo tenía que ir a casa para cuidarme. Uno sacrifica también muchas cosas cuando es deportista aunque la gente normal no se dé cuenta. Pero lo volvería a hacer mil veces más con tal de ser futbolista.
P.- Ahora que es futbolista y se puede comprar prácticamente lo que quiere, ¿qué regalo le emociona?
R.- Cualquiera de mi familia. Antes de ser futbolista tenía una abuela que siempre me regalaba calcetines. Y cuando comencé a ganar dinero ella me continuaba regalando calcetines que compraba en el mercadillo del pueblo, y yo me los ponía contentísimo. Cualquier regalo de mi gente me hace mucha ilusión. Y ahora me toca a mí también buscar regalos para 13 personas y me paso un par de días pensando qué.
P.- ¿Se deja ver por su pueblo o la popularidad no se lo permite?
R.- Sí, sí. Allí no me ven como Javi Martínez. Soy el chaval que hacía travesuras por el pueblo. Siempre que estoy en el pueblo voy con amigos que conozco desde que tenía cinco años. Allí es otro mundo diferente. Allí no soy Javi Martínez sino Turuta.
P.- ¿Turuta?
R.- Sí, era el apodo de mi abuelo materno, de mi tío y ha pasado de generación en generación. Creo que viene de que mi abuelo en la mili tocaba la turuta, que es una especie de corneta. Y así se quedó.
P.- ¿Se habla euskera en Ayegui?
R.- La mitad de la población lo habla y la otra, no. Yo, no. Si no lo aprendes de pequeño es muy difícil de aprender. ¡Más que el alemán!
P.- Hablando de Alemania, usted fue a visitar a un grupo de refugiados que llegaban a la estación central de trenes de Múnich. He leído que ha estudiado también echar una mano a los refugiados en Ayegui.
R.- Sí, lo hablé con mi hermano, pero tenemos que ver el tema burocrático, que no es fácil. Pero estamos ayudando con la comida, sobre todo del restaurante Durban, y con ropa, que la necesitan bastante. Lo que vi en la estación de trenes de Múnich es chocante. Y te sirve para darte cuenta de que aquella gente hace cuatro días quería vivir con normalidad en su país y ha tenido que marchar de allí sin nada a causa de la guerra y otros conflictos.
P.- ¿Aún visita la acequia de su pueblo donde jugaba a fútbol?
R.- Le pasaré una foto. Increíble dónde jugábamos de pequeños. Era un campo de trigo, podíamos tener muchas lesiones de tobillo, pero éramos felices.
Yo pensaba que era indestructible y, de repente, después de una jugada estúpida estás 13 meses parado. Después de eso ahora disfruto mucho más del fútbol.
P.- Y ahora, ¿qué le pasa por la cabeza cuando piensa en 2015?
R.- Cuando empezó 2015 mis deseos eran que me pudiera recuperar bien, que no tuviera problemas en la rodilla. En octubre, noviembre y diciembre me he encontrado de lujo y no me hace daño nada.
P.- ¿Y al 2016 qué le pide?
R.- Salud para mi familia y para mí, con la rodilla y con todo. Y futbolísticamente continuar ganando títulos, tanto con el Bayern como con la selección española, donde ojalá pueda volver. Es uno de mis objetivos y lucharé por conseguir todo esto.
Lesionado tenía un dolor más mental que físico. Esta es una lesión que necesita atención toda la vida, pero ahora ya me siento al 100%.
P.- Nadie le sacará la capacidad de sacrificio que ha demostrado para volver a estar bien.
R.- Esta es una lesión que necesita atención toda la vida. No es una lesión que recuperas y punto. Todos los días antes del entrenamiento debo estar 30 minutos trabajando con los fisioterapeutas. Es una lesión jodida, pero, sí, he hecho sacrificios muy duros. Yo llegaba a la ciudad deportiva del Bayern a las 8:30 o 9 de la mañana y no marchaba hasta las cuatro o cinco de la tarde. Eran sesiones muy largas mientras veía a mis compañeros cómo corrían, como entrenaban. Lo echaba de menos todo. Tenías un dolor más mental que físico.
P.– Justo ahora tiene la recompensa que le han renovado el contrato hasta el 2021.
R.- Es un honor y un motivo de orgullo que el Bayern quiera continuar contando conmigo. Me siento muy, muy afortunado y a la vez contento que sigan confiando en mí.
P.- ¿Ya ha vuelto el mejor Javi Martínez?
R.- Sí, me encuentro muy bien. No es fácil después de tanto tiempo lesionado volver al equipo y jugar sábado y miércoles, que es donde ves si estás de nuevo capacitado para este ritmo. La verdad es que me veo ya al 100%. Siempre puedes mejorar, claro. Ahora esta pausa de invierno me irá bien para continuar cuidando la rodilla, continuar trabajando el músculo y agarrar un poco de caja, de físico. Serán unas vacaciones relativas porque ya les he dicho que me pongan un plan de trabajo duro. No quiero parar 15 días y después volver. Para mí lo ideal es continuar con una intensidad de trabajo.
Guardiola me ha mostrado 200 vídeos y cosas que nadie me había enseñado, sobre todo como salir con el balón desde atrás.
P.- ¿Tiene la sensación que entiende ahora mejor el fútbol?
R.- Eso es culpa de Pep. Tiene una idea que te explica, te desarrolla y te la hace entender tan perfectamente que ahora veo el fútbol de forma diferente. Cada entrenador tiene un estilo de juego y con cada uno he aprendido cosas. Sí es verdad que después de 9 años y estar uno parado tienes más ilusión. Cuando juegas entras en un bucle de jugar y jugar. Pero después de haber tenido que pararme un año sabes que en cualquier momento se puede acabar esto. Ahora disfruto mucho más cada partido, salgo más motivado e intento hacerlo aún mejor después de la lesión.
P.- Una de sus virtudes es la concentración defensiva. ¿Pero podía disfrutar en la cancha pendiente de corregir errores de los compañeros o pendiente de no cometer ninguno ante el rival?
R.- Sí, sí. Siempre he disfrutado del fútbol, pero entras en una rutina en la que te dejas llevar. Juegas y punto. No valoraba jugar ante miles de personas cada partido, jugar en clubs como el Athletic o el Bayern. Ahora sí. Yo pensaba que era indestructible, decía que no me lesionaría nunca así, que era muy fuerte, y, de repente, en una jugada estúpida, te lesiones y estás 13 meses parado. Gracias a Dios he podido volver a jugar y ahora soy más feliz con el fútbol.
P.- ¿Y el talento de Pep como lo resumiría?
R.- Primero que entiende al jugador. Él tiene una idea y sabe cómo defenderla y cómo ponerla en práctica para alcanzar la forma de juego que quiere. Esto es muy importante, porque nos lo enseña en cada entrenamiento, en cada charla, en cada partido.
P.- ¿Cómo le ha ayudado personalmente en su evolución?
R.- Muchísimo. Hemos hecho muchísima táctica. Me ha mostrado 200 vídeos, me ha enseñado conceptos que quiere, conceptos de defensa, de cómo salir desde atrás, de cómo marcar, de cómo posicionarme. Con Bielsa había jugado de central, pero completamente diferente [con marcaje al hombre] y es de agradecer lo que he aprendido porque me siento más cómodo en esta posición.
P.- ¿Le ha enseñado Pep alguna cosa que no le haya enseñado antes algún otro entrenador?
R.- Sí, sobre todo a la hora de salir con el balón y conceptos que si los nombrara serían mil. Simplemente hay que estar allí en los entrenamientos para vivirlo.
P.- ¿La salida de balón se ha convertido también para usted en una obsesión?
R.- No es una obsesión, pero es una forma de juego. Nosotros no somos nada si no jugamos la pelota. No quiere decir que siempre tengamos que jugar desde atrás. Nosotros queremos el balón, pero a veces el rival no nos deja tenerlo. Pep lo sabe y a menudo nos enseña que muchas veces hace falta buscar otras muchas formas de juego. Pero obviamente cuanto mejor sacas la pelota mejor atacas. Si llegas a tres cuartos de cancha con ventaja eso cambia la jugada y el partido.
Fíjese en los pases de Boateng, en la versatilidad de Philipp Lahm, en cómo se meten por dentro los laterales, en cómo buscamos la espalda a los mediocentros rivales. Todo eso lo hemos aprendido en los entrenamientos.
P.- Echarán mucho de menos a Guardiola. Y, de rebote, se crea una situación similar a la de 2013, cuando se anunció que él llegaba y el Bayern de Heynckes acabó ganando el triplete.
R.- Creo que no conviene hablar de la marcha de Guardiola, porque es el actual entrenador y esto es lo más importante de todo. Como con Heynckes creo que hay que dejarlo trabajar estos próximos cinco meses para que nos intente hacer campeones de Europa.
P.- ¿Por qué deja huella Guardiola en unos futbolistas como los alemanes que no estaban acostumbrados a su juego de posición? El fútbol de Pep en Alemania es contracultural.
R.- A ellos les ha pasado como a mí. Nos ha enseñado cosas en cada entrenamiento y ahora ves cómo han mejorado muchos jugadores. Fíjese en los pases de Jérôme Boateng, en la versatilidad de Philipp Lahm. Son grandes jugadores, pero Pep se atrevió por ejemplo a poner a Lahm en mediocampo, donde no le había visto nunca. Jérôme con la pelota es ahora el mejor central de Europa. Y mire cómo los laterales se meten por dentro, fíjese en cómo buscamos la espalda de los mediocentros rivales. Todo eso lo hemos entrenado mucho y se nota que lo hemos aprendido en los entrenamientos.
P.- Pep ha maldecido cada uno de los minutos que usted se ha perdido por lesión. ¿Nota que es un jugador clave para él?
R.- Pep odia que la gente se lesione, primero porque nos quiere como personas. Crea un vínculo de mucho afecto. Y, además, lesionados no podemos ayudar. Todos hemos notado su afecto y nos hemos sentido importantes para Pep y eso para la mente es muy importante.
* Isaac Lluch (Múnich).
– Entrevista publicada originalmente en el diario ARA. Reproducida con autorización.
– Fotos: Isaac Lluch & Getty Images
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