A sus 20 años, Jairo Sampeiro se está convirtiendo en una de las grandes revelaciones de la liga española. No parecía, a priori, que el cántabro fuera a ser un jugador de gran importancia para el Sevilla F. C. en el arranque de este campeonato. Todo indicaba, tras los fichajes en la zona de mediapuntas acometidos por la entidad sevillana, que el exracinguista era una apuesta a largo plazo. Pero las lesiones y un rendimiento menor al esperado de jugadores como Marin, Vitolo, Perotti o Reyes lo han llevado a la titularidad.
Una vez alcanzado un puesto en el once inicial, sus actuaciones lo han convertido en una pieza muy útil para un Unai Emery que está encontrando en el menudo mediapunta cántabro a uno de sus jugadores más fiables en el plano ofensivo. Jairo está mostrando una progresión importante en su juego que nos lleva a pensar que en él puede haber un futbolista cuando menos notable a nivel de la liga española. Y que el techo de su crecimiento todavía puede ser mayor, lo cual es aún más importante.
Jairo transmite una fragilidad física que se palpa al verlo desarrollarse en el terreno de juego. Rehúsa en la medida de lo posible los choques, sabedor que su fortaleza física y corpulencia –nada desarrolladas– no le permiten ser competidor en las disputas cuerpo a cuerpo. Su altura le condiciona también en el juego aéreo, donde no es un jugador llamado a las disputas aéreas. Pero en este sentido su técnica en el remate de cabeza es mucho mayor de lo que su cuerpo parece indicar.
Aunque no podemos decir que sea un futbolista robusto y desarrollado muscularmente, sí que tiene algunos aspectos físicos que le hacen ser muy desequilibrante. Destaca principalmente en su juego la velocidad, sobre todo cuando recibe quieto. Su arrancada es su distinción desde el punto de vista físico.
Su físico menudo le permite ser un futbolista de gran agilidad y mucha capacidad para desarrollar cambios de dirección en carrera, además de tener una velocidad de reacción bastante elevada. Su resistencia física no es destacable; aunque es difícil de valorar este aspecto porque no es un jugador intenso, destaca más por apariciones cortas de media-alta explosividad que por mantener un alto nivel de participación y presencia activa en el juego.
Jairo es un jugador marcadamente diestro pero que tiene en su pierna izquierda un recurso útil si la situación lo requiere. Utiliza su pierna mala tanto para los pases como para apoyarse en ella para el desborde.
Si algo está llamando la atención en Jairo esta temporada es su personalidad. Es un futbolista de los que siempre siguen intentando desarrollar el fútbol que llevan dentro a pesar de que las cosas no les estén funcionando bien. Mantiene la concentración y se activa con facilidad cuando le toca tomar parte del juego.
Quizás donde tiene un campo de mejora relativamente importante es en la toma de decisiones. En ocasiones es excesivamente individualista y con una marcada intención de terminar las jugadas de forma personal, y eso le conduce a dejar de lado opciones mucho más productivas para el equipo. También es cierto que su crecimiento en los últimos partidos es importante en este sentido y permite atisbar un proceso de mejora y aprendizaje importante, aspecto este muy determinante en un futbolista de su edad, donde la capacidad de mejora es básica.
Es en esta parcela, la técnica, donde Jairo muestra sus mejores cualidades. Es un futbolista de grandes recursos técnicos para superar líneas o rivales, apoyado en su velocidad y agilidad principalmente. Nos muestra mucha capacidad para el regate y el desborde fundamentalmente desde el cambio de ritmo y su agilidad para cambiar de dirección con el balón en los pies. Su conducción del esférico es muy buena debido a que suele llevarlo bastante pegado y utiliza diferentes zonas de contacto para protegerse del robo rival, escondiendo el posible acceso del defensa contrario al balón con sus cambios de dirección.
Pero si hay que destacar algo en el plano técnico por encima de los demás es su capacidad para realizar controles de los envíos largos. Jairo nos deleita con la recepción de los pases de los compañeros con una gran calidad en la orientación del balón tras el primer control del mismo.
Su rango de pases suele ser medio-corto. Ejecuta las acciones de golpeo –pases y disparos a puerta– con gran velocidad al utilizar varias zonas del pie –interior o empeine principalmente–, apoyándose en su pierna mala –la izquierda– en caso de que este recurso le permita ganar tiempo para evitar la oposición rival.
Pese a no destacar por su altura, su calidad en el contacto de cabeza es buena y en general su técnica de remate es más que aceptable, mostrando buenas capacidades para la definición frente al portero.
En la parcela defensiva su técnica disminuye, dado que es un jugador de marcado carácter ofensivo y no destaca por su calidad en las intercepciones, cargas al rival ni despejes, siendo todas estas acciones técnicas defensivas de baja calidad en su juego.
Jairo se desenvuelve principalmente por la zona derecha del ataque de su equipo. Aunque, dado su carácter central, es un futbolista que puede actuar en cualquier zona del frente de ataque desde la mediapunta. Quizás, dadas sus cualidades y sus características tácticas, su posición idónea sea la de mediapunta, pese a que se ubique preferentemente de partida en el carril derecho.
La tendencia natural de Jairo es a aparecer por zonas centrales, realizando diagonales sin balón para apoyar en el carril interior a sus compañeros. Alterna los desmarques de ruptura y de apoyo, siendo la primera opción generalmente la de prestarse como una opción de pase en zonas libres. Sus movimientos sin balón son, habitualmente, bastante buenos, habilitando opciones de pase a los mediocampistas. La ruptura suele ser su preferencia en cuanto a las soluciones que ofrece al poseedor del balón en opciones de contragolpe, tras buscar primero un apoyo y luego una pared con el consiguiente desmarque al espacio o como una opción al espacio dentro de un modelo de juego más directo con envíos largos.
Suele tener una buena lectura de lo que requiere el juego en el aspecto ofensivo, manteniendo la posesión a la espera de la llegada de los apoyos. En especial temporiza bastante esperando la proyección ofensiva del lateral de su zona. Aunque en ocasiones, cuando observa que existen espacios, suele arrancar en conducción sin medir bien la presencia de compañeros que le sirvan de apoyo o que le permitan espacios con sus movimientos de aclarado, metiéndose en conducciones con balón de gran dificultad ante el número de rivales que le cierran.
Su calidad en la conducción y su velocidad con el balón en los pies permite al equipo tener en Jairo una opción de progresión ofensiva casi desde cualquier altura. No suele acometer pérdidas en zonas comprometidas, ya que en situaciones de cierre de espacios por parte del rival busca la asociación sobre la búsqueda del desborde de los defensas contrarios. Es decir, es un jugador que toma riesgos en zonas que podríamos llamar permitidas, en campo rival y en situaciones que se pueden controlar en caso de pérdida.
Jairo es un jugador de gran aporte en el plano ofensivo, pero no podemos decir lo mismo desde el punto de vista defensivo: muestra una tendencia natural a desentenderse del repliegue defensivo en situaciones en las que su equipo tiene una actitud ofensiva agresiva. Si el Sevilla realiza un posicionamiento más bajo, en campo propio, el cántabro sí participa en el repliegue, pero su influencia defensiva no es destacable. Principalmente se dedica a estar más que a ser partícipe del robo al rival.
Sus cualidades físicas y defensivas no son muy buenas, por lo que verle recuperar balones tiene más que ver por su posicionamiento que por su agresividad en las disputas. Ayuda al lateral de su zona, pero no hace coberturas o permutas con él. No podemos decir que defensivamente actúe en la banda como un doble lateral.
Donde sí tiene una buena lectura es en las basculaciones –cerrando espacios centrales– o en las permutas para realizar las coberturas a los mediocentros cuando estos salen a presionar. Se ubica en la posición del centrocampista que ocupa posiciones interiores si este pierde la posición por ir a buscar el robo a un rival.
Jairo es un jugador en crecimiento y en fase de aprendizaje. El paso de los partidos va mostrando que existe una mejora en diferentes aspectos de su juego. Aunque no es menos cierto que esa progresión debe incidir en mayor medida en conceptos de naturaleza más defensiva. El fútbol actual demanda jugadores de banda completos y aquí debemos decir que el cántabro todavía tiene aspectos en los que mejorar. Posiblemente sus características serían más aprovechables en zonas interiores, puesto que no es un hombre de zonas exteriores al uso. Además, en una posición de mediapunta sus defectos defensivos quedarían mucho más enmascarados. El tiempo dirá si existe una evolución de su juego hacia el carril central o no. Posiblemente, para él sería muy positiva esa proyección.
* Miguel Canales es director del proyecto “Fútbol Global“.
– Foto: UESyndication
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