"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
Análisis / Fútbol 2011-2012 / Eurocopa 2012
Si la Eurocopa fuera una Liga, a Italia le sería complicado, incluso, conseguir una plaza para la Champions. Pero para suerte de ellos -y de muchos otros- se juega bajo este formato que estimula el fútbol rácano, frío, resultadista. Contra Inglaterra las cosas le salieron tal cual las soñaron. Jugaron a lo que pudieron y no dejaron jugar a sus rivales, cosa que a todas luces no se planteaba para nada difícil. Ni Ashley Young, ni Cole, ni Glen Johnson ni Walcott, cuando entró, pudieron aumentar la velocidad de un partido que se jugó bajo las reglas italianas con los ingleses inutilizados mansamente en la previsible trampa.
El centro del campo azzurro no hizo pero sí deshizo, guión escrito por Prandelli desde que nombró a sus 23 convocados para la cita, algo bien diferente al fútbol que practicaba en la Fiorentina. Malo el libreto, pero perfecta la interpretación. Una buena alternativa a la disfuncionalidad de los extremos ingleses podría haber sido colocar a Henderson junto a Parker en el doble pivote y explotar las muchas armas de Gerrard a tres cuartos de cancha.
Pero el esquema principal no le funcionó y Hodgson apenas atinó a cambiar sus piezas para mantener el planteamiento. Pobre de él, no tuvo la pericia necesaria para reconstruir a un Liverpool desmembrado por Rafa Benítez ni acierta tampoco en la conducción de un equipo que sigue sin ser precisamente eso, un equipo. Como quiera que se analice, él no es a la larga el mayor culpable.
Pero ahora nos topamos con que Alemania parte contra Italia en la misma desventaja de los ingleses, porque no es su naturaleza jugar como en la mayoría de las veces se hace para ganar una competencia como esta. De cuatro partidos disputados hasta el momento, Italia ha empatado tres, mientras que Alemania los ha ganado todos. Si fuera la Premier, por ejemplo, Italia sería el Liverpool y Alemania el Manchester United: mucho antes de fin de año ya sabríamos cuáles serían sus posiciones en mayo.
Pero aquí no hay puntos en juego, esta cirugía no lleva sutura y cada partido te vale la supervivencia. Por desgracia. Ello demuestra que el fútbol de selecciones está muy lejos del que mueve el mundo, los clubes, y de los torneos más bonitos, las ligas.
España, que se componga para la final porque pueden cobrarle caro y con su misma moneda. El partido de la fase de grupos fue un espaldarazo a lo que vino a hacer Italia a esta Eurocopa. Ya saben cómo funciona y cuatro ensayos más, si es que logran vencer a Alemania, habrán sido suficientes como para aferrarse ciegamente a ese mástil sin bandera.
Inglaterra, que busque un nuevo técnico -uno inglés, nada de aventuras suecas ni italianas-, que comience a construir un equipo con jóvenes a ver si logra la compenetración necesaria para que en la próxima Eurocopa o en el Mundial 2018 pueden llegar al menos a semifinales. Antes, es poco probable que mejoren lo que con mucho trabajo consiguieron en Polonia y Ucrania.
Que pierdan como lo hicieron no es noticia. Noticia será cuando dejen de hacerlo.
* Alejandro Pérez
– Fotos: EPA
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