Como quien va dejando migas de pan que señalan el camino, Andoni Zubizarreta no pierde oportunidad para indicarnos, con trazos muy finos, eso sí, la senda por la que se circulará en el porvenir. Ya lo hizo en tiempos pasados y prácticamente todo lo que anunció se cumplió. Ahora, aprovechando la vibrante llegada de Jordi Alba, coronado en la Eurocopa como punzón y daga del costado izquierdo, ha deslizado un nuevo concepto: la intensidad alta. Concretamente, hablando de lo que aportaría el nuevo fichaje, señaló: “Tiene una gran capacidad para la polivalencia y adaptarse a todos los sistemas. Tiene una intensidad de juego alta y eso es algo que nos interesa y nos gusta”. Traducido significa que la polifuncionalidad de los jugadores se mantendrá por encima del cambio de entrenador. Bien, no cabía pensar lo contrario vistas las buenas experiencias con hombres como Abidal, Mascherano o Adriano y la elevada riqueza en variantes tácticas del conjunto. La segunda parte de la frase es la que adquiere tintes novedosos: la intensidad alta.
Se vio en numerosos partidos del curso pasado, en los que Pep Guardiola introdujo la variante del juego más vertical que horizontal. Introdujo o permitió, no lo sé con precisión. Fue decisión suya o simplemente “soltó” a futbolistas muy predispuestos a la velocidad, como Alves, Cesc, Alexis y Messi. En varios encuentros eso acabó en cierto alboroto, con Xavi atropellado por esos compañeros y el equipo desconcertado entre el respeto a la ortodoxia del juego posicional y la rapidez vertical de algunos que parecían inclinar el campo a base de correr hacia delante. Dijimos en aquella ocasión que Guardiola estaba provocando el paulatino y gradual proceso de relevo entre Xavi y Cesc en vivo y en directo, sin anestesia, ejecutándolo sobre el césped. Dicho proceso continuará porque es lógico y natural. Lo hemos percibido nuevamente en la Eurocopa, donde uno y otro jugador han asumido roles diferentes en función de las necesidades de la Selección. No cabe imaginar que en el Barça vaya a ser distinto aunque no tengan por qué coincidir sus papeles en el campo con los que ejecutan con Del Bosque. Y alrededor de ese proceso Xavi-Cesc confluirá un mundo de asociaciones y pequeñas variantes que acabarán construyendo un Barça nuevo. No tremendamente distinto al Pep Team, pero sí algo diferente. La intensidad alta que vaticina Zubizarreta puede ser uno de los rasgos del nuevo equipo. Algo más vertical, algo más punzante, algo más intenso. ¿Todos los minutos de todos los partidos? No, en absoluto. Seguiremos viendo al Barça de siempre, al que mece la cuna para adormecer al contrario, pero Alba se suma a un ramillete de velocistas que empieza a ser numeroso. En la mano de Tito Vilanova está el equilibrio entre ambas vertientes. Continuar siendo el equipo posicional que lo ha ganado todo e introducir la intensidad alta y la velocidad que en ocasiones pueda cambiar el rostro de algunos partidos.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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