"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
1. – El partido entre el Valencia Basket y el Laboral Kutxa era el más equilibrado de los cuatro primeros encuentros. Cumplió las expectativas. Se decidió en el último segundo por un error de uno de los jugadores con más experiencia sobre la pista. Una falta innecesaria de San Emeterio permitió a Rafa Martínez anotar un tiro libre con medio segundo por jugarse y decidir el encuentro.
2.- Se llegó a ese final apretado porque el Laboral Kutxa no supo aprovechar los diez puntos con los que se fue al descanso. Esa diferencia la lograron gracias a un sensacional Nocioni y al trabajo de Hamilton y Pleiss en la pintura. Con los tres vigilando las espaldas de sus compañeros, los de Scariolo pudieron aprovechar las pérdidas rivales para anotar con facilidad.
3.- El Valencia comenzó con un problema defensivo importante que con el paso de los minutos fue corrigiendo. En el primer cuarto concedió 26 puntos, en los dos siguientes 19 y 17 y en el último solo 11. Mientras, el ataque iba funcionando a rachas. Sin ser una maravilla, pero manteniendo un ritmo regular de anotación.
4.- Cuando la defensa del Valencia se ajustó, el Laboral Kutxa no encontró maneras de anotar cómodas. Así, poco a poco, el partido se fue igualando, hasta llegar a los últimos cinco minutos con todo por decidir. Ahí, el poco miedo de Lafayette y Rafa Martínez y la incapacidad del Baskonia de cerrar el rebote defensivo dieron la victoria al favorito, es decir, al Valencia.
5.- Pero pudo ganar el Baskonia. El partido iba encaminado a la prórroga, pero San Emeterio concedió la oportunidad a Rafa Martinez de sentenciar el encuentro (74-73). No se sabe qué hubiera pasado en el tiempo extra, pero el Valencia está en las semifinales sin que ninguna de las estrellas se haya lucido y con el subidón moral que da ganar dos partidos ajustados de forma seguida. Va a costar frenarles.
6.- El primero que tiene la misión de hacerlo es el Barça, que ganó placidamente a un Iberostar Tenerife que llegó derrotado a Málaga tras haber traspasado a Sekulic al Fenerbahçe y puso poca oposición al Barça, aunque tal vez más por méritos del rival que por deméritos propios.
7.- Porque el Barça no es el mismo ahora que hace dos meses. Con una rotación menos amplia y con jugadores conscientes de su papel dentro del equipo, ha comenzado a funcionar tanto en ataque como en defensa. En los dos lados de la canasta imprime un ritmo muy intenso difícil de contrarrestar por el rival.
8.- Si a eso añadimos que el juego exterior funcionó, se encontrará rápido la explicación a los veinte puntos de diferencia con la que los de Xavi Pascual se fueron al vestuario, fiel reflejo de la diferencia de nivel entre los dos equipos.
9.- Los siguientes veinte minutos los aprovechó Pascual para curtir a Abrines. En una gran cita, jugó con el pabellón en contra, abucheándole como si de una estrella se tratase. El público de Málaga no le perdona la forma en que salió de Unicaja. El mallorquín respondió como los grandes, con un gran partido.
10.- Casi sin quererlo, el Barça hizo sangre. Dosificó minutos y esfuerzos, no solo rotando, sino en cancha, ya que la intensidad bajó varios peldaños, pero el acierto culé fue haciendo grande las diferencias. Al final, 42 puntos separaron a los dos equipos (102-60).
y 11.- Mañana será otra historia. Si es igual de bonita que la del domingo pasado, seguro que el amante del baloncesto lo disfrutará. Jugadores hay en los dos equipos para que así sea.
* Daniel Arias.
– Foto: ACB Photo
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