La temporada 2016 de rugby de selecciones ha terminado con dos claros triunfadores: Inglaterra y Nueva Zelanda.
El equipo de Eddie Jones ha vencido en los trece partidos que ha disputado este año: el seleccionador australiano no conoce nada más que el triunfo desde que ocupa el banquillo inglés.
El equipo de Steve Hansen sumó trece victorias y una derrota en los partidos de 2016.
El análisis de los datos estadísticos nos permite desmontar, como casi siempre, algunas afirmaciones que tienen poco sustento.
Nos fijaremos en primer lugar en los datos defensivos:
Inglaterra ha recibido 229 puntos (17,6 puntos de media).
Nueva Zelanda ha encajado 221 puntos (15,8 por partido).
Se han aplaudido mucho las virtudes defensivas de Inglaterra y podemos observar que Nueva Zelanda ha encajado ocho puntos menos, habiendo jugado un partido más. Lo hemos dicho en otras ocasiones: la defensa neozelandesa suele pasar inadvertida debido a lo vistoso y efectivo de su juego de ataque, pero los datos demuestran que también son el equipo que mejor defiende.
Hay más datos que nos sirven para contextualizar la afirmación anterior:
Inglaterra ha encajado 24 ensayos (1,8 por partido) y Nueva Zelanda 19 (1,3 por partido). 5 ensayos menos habiendo jugado un partido más.
Los dos equipos han disputado tres encuentros en los que no han encajado ningún ensayo: Inglaterra contra Escocia, Italia y Francia; Nueva Zelanda contra Gales, Australia e Irlanda.
En tres de sus partidos el XV de la Rosa ha recibido más ensayos de los que ha logrado (Australia en dos ocasiones y Gales). Contra Argentina hubo empate a ensayos (dos para cada equipo).
Nueva Zelanda sólo recibió más ensayos de los que consiguió -en la única derrota de la temporada- contra Irlanda en Chicago (cinco del XV del Trébol por cuatro de los All Blacks).
Inglaterra recibió más de veinte puntos en seis de sus trece partidos (Australia en tres ocasiones, Sudáfrica, Francia y Gales); Nueva Zelanda encajó más de 20 puntos en cuatro de sus catorce encuentros (Gales en dos ocasiones, Argentina e Irlanda).
Si a nivel defensivo los datos resultan esclarecedores, los datos en ataque desequilibran todavía más la balanza a favor de los neozelandeses:
Inglaterra sumó 424 puntos a favor (32,6 por partido), Nueva Zelanda 562 puntos (40,1 por partido).
46 ensayos para el equipo de Eddie Jones (3,5 de media), 80 ensayos para los de Steve Hansen (5,7 por partido): + 22 en el diferencial de ensayos ingleses, + 61 para los All Blacks.
Trabajemos con las dos hipótesis respecto a los ensayos y los bonus ofensivos:
Inglaterra habría hecho bonus -con la regla de los cuatro ensayos- en seis de los trece partidos. Nueva Zelanda habría bonificado en doce de los catorce.
Con la regla de tres ensayos más que el rival: Inglaterra hubiese sumado en cuatro partidos, Nueva Zelanda en once.
Inglaterra consiguió nueve ensayos contra Fiyi, cinco contra Gales e Italia y cuatro contra Australia (2) y Sudáfrica.
Nueva Zelanda: diez ensayos contra Italia, nueve contra Sudáfrica, ocho contra Argentina y seis contra Australia (2), Sudáfrica y Gales.
El dato de los ensayos es relevante ya que en el 6 Naciones 2017 entran en vigor los puntos bonus (ofensivo por cuatro ensayos, defensivo por perder por siete puntos o menos). Inglaterra en el 6 Naciones 2016 sólo habría conseguido el bonus contra Italia; los All Blacks cerraron el Rugby Championship 2016 con bonus ofensivo en todos sus partidos.
La conclusión, por si cabía alguna duda, es que en 2016 Nueva Zelanda ha defendido mejor y ha atacado mejor que Inglaterra. Los datos lo demuestran y el juego también, aunque eso ya sabemos que no le interesa a casi nadie.
* Javier Señaris es analista de rugby.
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