En los últimos 25 años sólo dos selecciones inglesas han sido competitivas a la hora de la verdad: la que acudió al Mundial de Italia’90 de la mano de Bobby Robson (fue cuarta) y la que terminó tercera en la Europa del 96, cuando fue anfitriona.
A falta de dos partidos para que finalice la fase de clasificación, Inglaterra es primera de grupo con 15 puntos, uno más que Ucrania, segunda, y dos más que Montenegro, tercera. Depende de sí mismo pero no puede fallar ante Montenegro y Polonia, aunque juega con la ventaja de tener los dos partidos en casa. Su camino en esta fase de clasificación está siendo un suplicio. De hecho sólo le ha ganado a Moldavia y San Marino y eso deja bien a las claras los problemas que tiene.
Las fases de clasificación son largas, duran prácticamente dos años y las selecciones van cambiando de nombres. Desde que accediera al cargo en mayo de 2012, Hodgson busca una Inglaterra sobre todo práctica.
Joe Hart sigue siendo el portero. Quizá no esté al gran nivel de hace un par de temporadas, pero es un portero bastante fiable.
Han ido cambiando algunos nombres desde la pasada Eurocopa, en la que Hodgson ya estaba en el banquillo, pero la línea de cuatro atrás es habitual. Es previsible analizando la lista para los partidos ante Montenegro y Polonia que Chris Smalling sea el lateral derecho. Hodgson le ha utilizado a menudo junto a Lescott (que no está en la lista) como central, pero lo más normal es que juegue en la banda, con opciones también para el polivalente Phil Jones en esa posición. Cahill y Jagielka formaron la pareja de centrales en el 4-0 a cero a Moldavia en Wembley y en el 0-0 ante Ucrania en el Olímpico de Kiev el pasado mes de septiembre y serán la primera opción. En el lateral izquierdo se está consolidando el quinto Beatle, Leighton Baines, aunque el veterano Ashley Cole siempre tiene opciones. A balón parado, Baines cada vez es más peligroso lanzando faltas desde la zona derecha del área contraria haciendo uso del excelente golpeo con su pie izquierdo.
Inglaterra tiene dificultades para salir jugando desde atrás y es habitual ver un balón largo como primera opción en muchas de las jugadas de ataque.
Ante Moldavia y Ucrania Hodgson recurrió a su clásica pareja Gerrard-Lampard, que ya naufragó en Sudáfrica’10 porque ninguno es un organizador puro. Gerrard tiene un exquisito golpeo en largo, pero nunca fue un armador de juego. Con Lampard pasa algo similar: también posee un buen desplazamiento en largo, pero su merma física es aún mayor que la de Gerrard y tampoco es un armador de juego en corto.
Durante el primer tramo de la fase de clasificación, Hodgson contó con Cleverley desde el inicio. La temporada pasada, Cleverley fue una de las claves del título del United como pareja de Michael Carrick en el mediocampo. Ambos están en la lista, pero creo que Hodgson se la jugará con la pareja Gerrard-Lampard con Wilshere por delante. Así formó ante Moldavia y Ucrania en sus últimos dos partidos. Del jugador gunner depende buena parte de la creatividad ofensiva inglesa de mediocampo en adelante. Ross Barkley, a gran nivel en el Everton en este inicio de curso, es un soplo de aire fresco y una alternativa para Wilshere.
Los costados tienen que trabajar mucho en la idea de juego de Hodgson. Podría utilizar en las bandas jugadores como Sturridge o Welbeck, pero un costado será fijo para James Milner, previsiblemente la izquierda, a pierna cambiada. En la derecha podría aparecer el joven volante del Tottenham Andros Townsend, aunque la opción de un jugador más veloz también a pierna cambiada no es descartable.
Arriba, Rooney siempre rindió mejor detrás de un punta que como único delantero. Si no cambia el esquema y decide jugar sólo con un nueve arriba, lo lógico sería que jugase él. En su ausencia ha jugado y rendido bien el veterano jugador del Southampton Rickie Lambert. Jermain Defoe aparece como una opción para jugar a la contra durante el partido si Inglaterra va por delante en el marcador. Otra opción pasaría por un cambio de sistema que facilitase jugar con dos delanteros y Rooney por detrás de un nueve, pero no parece factible.
El sistema se podría considerar un 4-2-3-1, pero si tomamos como referencia el triángulo del centro del campo, con dos mediocentros y otro jugador por delante, por momentos se puede considerar un 4-3-2-1.
El estilo no está muy definido. En ataque, Inglaterra intenta llevar el balón arriba lo más rápido posible y a partir de ahí generar peligro. No tiene facilidad para elaborar desde atrás y utiliza el recurso en largo. A balón parado es una selección peligrosa, tanto en faltas desde la frontal como en las faltas laterales y córneres, aprovechando la altura de sus centrales.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: AFP
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