Giovanni Galli; Ferrara, Corradini, Baroni, Francini; Crippa, Alemao, De Napoli; Maradona; Careca y Silenzi fue el último once que logró un título para el Napoli en Italia. Concretamente fue el 1 de septiembre de 1990, en el estadio San Paolo. El Napoli goleó a la Juventus de Turín por 5-1 en la final a partido único de la Supercoppa de Italia.
Casi 22 años después, el Napoli ha conseguido un nuevo título, la Coppa italiana, venciendo en la final al mismo rival de entonces, la Vecchia Signora. Ha sido una victoria justa por 2-0. En el primer tiempo comenzó mejor y más intenso el Napoli. La Juve, poco a poco, fue imponiendo su juego de toque, pero sin profundidad por las bandas y sin ocasiones. Un ingenuo penalti de Storari a Lavezzi, ya en la segunda parte, cambió el partido. Cavani lo transformó y colocó el escenario perfecto para Walter Mazarri. El Napoli se agazapó atrás y lanzó una contra mortal, maravillosamente ejecutada entre Inler, Pandev y Hamsik para sentenciar la final con el 2-0 definitivo.
EL HOMBRE DE IDEAS FIJAS
Walter Mazarri es un entrenador muy discutido, de ideas fijas, pero con esas ideas clasificó al Napoli para la Liga de Campeones la temporada pasada y ha conseguido un nuevo título para el club en esta. Su sistema es un 3-4-1-2 y no lo cambia casi nunca, aunque lo hizo una vez en esta edición de la Coppa ante el Cesena en 1/16 de final, clave para remontar y pasar la eliminatoria.
CEMENTO ATRÁS
Mazarri busca solidez en defensa. Sus tres centrales son innegociables. Sus preferidos y los que jugaron ayer son Hugo Campagnaro, Paolo Cannavaro y Salvatore Aronica. Ellos han jugado la mayoría de partidos esta temporada y fueron titulares en la final. Ayer sorprendió ver a Campagnaro subir mucho al ataque en la primera parte por la banda derecha: no lo había hecho casi nunca. Mazarri buscaba hacer daño a Estigarribia, que es un defensor bastante débil.
AMPLITUD POR BANDA
Una de las claves del sistema son los «carrileros largos»: Cristian Maggio es el dueño de la banda derecha en el Napoli y en la Azurra, aunque en Italia con defensa de cuatro atrás. Maggio es un lateral ofensivo, un puñal y además incansable. La banda izquierda se la han repartido Zúñiga y Dossena. En el tramo final ha jugado más el colombiano Zúñiga. Como es diestro, no suele ganar la línea de fondo y le gusta disparar o dar algún pase interior. Cuando ha jugado Dossena, el equipo tiene más amplitud y profundidad.
En la final no se han prodigado mucho ninguno de los cuatro laterales. Casi todo el juego ha transcurrido por dentro. Ni Maggio ni Zúñiga en el Napoli, ni Lichesteiner (acabó sustituido) ni Estigarribia en la Juve, han tenido la participación en el juego que buscan sus técnicos.
MEDIO CAMPO DE POCO PESO
La participación de los mediocentros en el juego del Napoli es escasa. No tienen mucho peso, porque el equipo practica transiciones rápidas buscando las bandas y la velocidad arriba. En ese estilo, el suizo Gökhan Inler no ha rendido como se esperaba. Llegó el pasado verano de Udinese y es un magnífico mediocentro, con buen manejo de ambas piernas y bastante llegada a la frontal, pero en Nápoles no se ha visto su mejor versión, al contrario que en Udine o la selección suiza.
Su compañero de baile ha ido variando. Ayer jugó el también suizo Dzemaili. Un futbolista con despliegue y bastante llegada. En otras ocasiones ha jugado el uruguayo Walter Gargano, un mediocentro defensivo, para blindar aún más el equipo.
LLEGADOR, ELECTRICIDAD Y CONTUNDENCIA
Por delante de los mediocentros juega el eslovaco Marek Hamsik. Un media punta «llegador». No es un jugador de último pase, pero cuando está bien es muy peligroso llegando de atrás y tiene bastante gol. El segundo gol de la final le define bien. Lavezzi es la electricidad del equipo. El argentino presiona, es rápido, tiene gol, cae a las dos bandas… El «Pocho» es una de las claves y quizá jugó ayer su último partido como napolitano.
La contundencia tiene un nombre: Edison Cavani. El delantero centro uruguayo es rápido, interpreta de maravilla el contragolpe y es un goleador nato. Ayer abrió la cuenta de su equipo transformando el penalti y durante la temporada ha sido fundamental con 23 goles en la Serie A.
SIN NOTICIAS DE LA MEJOR JUVE
La Juve comenzó apocada y poco a poco intentó imponer su juego de toque, pero sin la intensidad y profundidad de otros días. No aparecieron las bandas, ni la llegada masiva al área contraria. Un desconocido Lichsteiner no asomó por campo contrario y Estigarribia sigue en la línea de más a menos que inició en la pasada Copa América con Paraguay.
Solo el guerrero Arturo Vidal mantuvo su agresividad habitual. Pirlo no tuvo la presencia que acostumbra y arriba el equipo no tuvo pólvora. La Juve no ha tenido mucho gol en todo el campeonato y en partidos como ayer lo nota en exceso. Pese a ello, tuvo que ser en el último partido de la temporada cuando llegara su única derrota del curso, un balance extraordinario.
ADIÓS DE UN GRANDE
En el minuto 67, Antonio Conte, con su equipo perdiendo uno a cero, decidió sustituir a Alessandro Del Piero y dar entrada a Mirko Vucinic, buscando revitalizar su ataque.
Atrás quedan 19 años y 705 partidos con la camiseta bianconera. Ayer no pudo brillar como en otras ocasiones, pero se ha despedido siendo titular en una final (en la Coppa sí ha jugado bastante) en el estadio Olímpico de Roma y con el respeto de todo el fútbol mundial.
El Hall of Fame de la Juve ya tiene un miembro más. A los nombres de Omar Sívori, John Charles, Giovanni Trappattoni, Dino Zoff, Roberto Bettega, Gaetano Scirea, Antonio Cabrini, Michel Platini y Zinedine Zidane hay que añadir en letras de oro a Don Alessandro Del Piero. Grazie Pinturicchio.
* Alberto López Frau es periodista. En Twitter: @Albercampeontv
– Fotos: EFE – Juventus.com
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