Cada mañana enciendo el ordenador y me conecto para conocer todo lo sucedido en España tanto a nivel deportivo como social. Hoy lo he vuelto a hacer, pero no estaba preparado para lo que he visto.
Siempre he admirado a todos aquellos entrenadores con una modesta carrera como jugador que son capaces de convertirse en grandes entrenadores, quizás porque son el espejo en el que me gusta mirarme. Su capacidad para adaptarse a la situación y conseguir sacar el máximo de todos sus jugadores siendo siempre respetado.
Tienen la facilidad para ajustarse al vestuario y ser considerado un miembro más de la plantilla teniendo una excelente relación con todos ellos, basada en la confianza, honestidad y profesionalidad.
Crearán equipos que sabrán adaptarse a diversas situaciones y diversos estilos de juego, donde deberán ser conscientes que deberán sudar cada punto conseguido hasta el último minuto.
«Os prometo que no tengo ni idea, no sé ni los partidos que faltan para terminar la primera vuelta».
No dudarán en alabar al rival ya que forma parte de la grandeza de este deporte enfrentarse a jugadores que hagan mejorar a tus pupilos, siendo una manera de motivar al grupo.
«Estamos ante un portero (Kameni) que sólo verle los brazos yo me acojono».
Pese a ello, cuando se ha de ser duro en privado o en público allí están, haciendo conscientes a los jugadores de cuáles son sus responsabilidades, que deberán ser aceptadas de forma natural para poder seguir creciendo.
«Si tú pierdes la pelota a 40 metros de tu portería y delante de esa pelota están Forlán, Simao, Maxi y Kun Agüero, pues a sufrir campeón».
Aquellos entrenadores que son despedidos, y al ser informados los jugadores se mirarán a la cara y pensarán quién va a ser mejor que él, sintiéndose responsables de la destitución. Minutos después, una breve charla con el ya exentrenador les devolverá la sonrisa, transmitiéndoles su confianza en que serán capaces de solventar la situación, a la vez que agradecerá el esfuerzo realizado durante los años en los que han convivido. Tomando este adiós como una experiencia que les hará mejores personas en el futuro.
Ruedas de prensa en la que ves una persona sincera respondiendo siempre aquello que pensaba, incluso siendo políticamente incorrecto en ocasiones, pero siempre fiel a sus valores, buscando proteger sus intereses y los de sus jugadores.
«Ni antes éramos la última mierda que cagó Pilatos, ni ahora somos el Bayer Leverkusen.»
Los resultados son positivos hasta que la gente olvida el objetivo principal para el que ha estado preparando a los jugadores temporada tras temporada, que no es otro que mantener la categoría, hecho que permitirá a los aficionados seguir disfrutando cada semana de partidos al máximo nivel, creando unas expectativas para los que el Club no está preparado.
En días como hoy te das cuenta que hay muchas formas de ganarte el reconocimiento y ser admirado, independientemente de los títulos o galardones conseguidos. Gracias por mostrarme el camino.
Sigo delante del ordenador, todavía conmocionado por la noticia ya que nos ha dejado un gran entrenador, al que estoy seguro que no le gustaría que estuviéramos tristes:
«Bueno, Felices Fiestas, que lo paséis de puta madre».
¡¡¡Hasta siempre Manolo!!!
* Enrique Durán es Director Técnico de fútbol base de los Mamelodi Sundowns de Sudáfrica. Anteriormente fue Coordinador de la FCB Escola. En Twitter: e_duran_diaz
– Fotos: Luis Gómez (Deia) – AFP
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