1.- Tuvo que ser en la visita del Barcelona cuando lloviera en la ciudad de Valencia, que está viviendo el mes de septiembre más caluroso que se recuerda. Como la lluvia que caía, el juego culé no fue un vendaval, pero sí iba poco a poco mermando las aptitudes físicas y mentales del juego levantinista, necesitado de puntos y moral.
2.- El planteamiento de Mendilibar distaba un poco de lo mostrado en los últimos encuentros. Si uno de los cambios sustanciales con respecto a Caparrós era la posición de la defensa, mucho más adelantada, hoy el técnico vasco situó a su zaga en repliegue medio-bajo, unos metros por delante del borde del área. Su plan: salida rápida tras robo, evitando los pases arriesgados ya que, como reconocía el entrenador levantinista, cuando mejor ataca el Barcelona es tras recuperación. Por eso, la idea era buscar las espaldas de Alves y Alba con los veloces Barral y Morales partiendo desde los costados. 4-5-1 que se tornaba en 4-4-2 cuando Barral abandonaba la banda izquierda para presionar la salida de balón por dentro con Casadesús. Pero el Levante, más que buscar al rival, le esperaba.
3.- Aun así, al principio el Barça sufrió más de lo que se podía prever ante un equipo que sigue sin marcar gol en partido oficial. Todo, eso sí, fruto de errores individuales: malos controles de Mathieu y reiterados resbalones, alguna que otra pérdida de Dani Alves… y la jugada en la que pudo cambiar el partido. Rakitic quiso filtrar un pase por dentro y perdió el esférico. Rápidamente, el Levante buscó a Morales al espacio, que superó a Mathieu, errático cayendo al suelo a cortar el balón. Morales, con tiempo para pensar, centró raso, y cuando Casadesús se disponía a empujar el balón, llegó Rakitic para evitarlo. El Ciutat de València se lamentaba. Era la oportunidad para el Levante. Esa jugada marcó el resto del partido.
4.- A partir de aquí, el Barcelona se tranquilizó y empezó a juntar jugadores por dentro. Busquets, Rakitic, Iniesta y Messi combinaban, Neymar y Pedro, abiertos, realizaban el desmarque fuera-dentro y los laterales llegaban desde atrás. El Levante tenía más o menos controlado el costado izquierdo con Toño y las ayudas de Camarasa, Diop y Barral, pero por el otro lado una jugada reiterativa hacía sufrir a las 25.000 personas que llenaron el estadio granota. Neymar superaba constantemente en su desmarque en profundidad a Pedro López, al que le costaba girar sobre su espalda. Además, Morales no seguía las llegadas de Alba, y el Barcelona olió el peligro. Messi vio el hueco y ahí se acabó el partido.
5.- Una y otra vez, el argentino repetía la misma jugada. Cuando la circulación culé le encontraba con dos segundos para girarse y combinar, el ‘10’ conducía y habilitaba a Neymar o Alba en el costado izquierdo. Control, pase en profundidad a la izquierda… y partido encarrilado. Porque aún no había marcado el Barcelona, pero Messi había descifrado dónde podía ganar el partido su equipo. Como quien lee una página de un libro y se da cuenta, al instante, que ahí está la clave del cuento. La banda izquierda fue el argumento del juego ofensivo culé.
6.- En el minuto 16 con su pase a Alba. En el 20 a Neymar, con una buena intervención de Jesús. Poco después, con Mascherano repitiendo la misma jugada, estando cerca de marcar Neymar tras una mala salida de Jesús. En el minuto 34, a la cuarta, salió. Recibió Messi en el centro del campo, vio el desmarque de Neymar a la espalda de Pedro López y no lo pensó. Habilitó al brasileño, que se quedó solo ante Jesús. Le regateó y puso el 0-1 para el Barça. Las sensaciones eran claras: el partido no se le iba a escapar al visitante.
7.- Siete minutos después, el árbitro fue protagonista. Vyntra hizo penalti a Messi y el colegiado lo señaló. Fue claro, por lo que no hubo excesivas protestas. Pero el griego fue expulsado, para sorpresa del propio banquillo culé, que veía la tarjeta amarilla como lo más razonable. Messi falló el penalti, pero el Levante ya estaba desordenado, defendiendo en un 4-3-2 que permitía al Barcelona combinar a placer sin riesgo de contraataque. Justo antes de acabar la primera mitad, el balón quedó suelto cerca del área y Rakitic, a bote pronto, disparó cruzado, imposible para Jesús. Se verán más goles de Rakitic desde fuera del área, ya que su golpeo es uno de los mejores de la Liga. El 0-2 silenció a la hinchada granota.
8.- Mención aparte para el partido de Iniesta. Sin Xavi en el campo, él es quien marca el ‘tempo’ del juego culé. Decide cuándo acelerar, cuándo parar y por qué lado atacar. Iniesta era el primer escalón del juego, Messi el segundo (y el más definitivo) y Neymar el tercero, ejecutando.
9.- En la segunda mitad el partido no tuvo mucha historia más allá de los goles. Neymar se retiró del campo en el minuto 50 por una torcedura en el tobillo. Aunque quería seguir, Luis Enrique y el cuerpo médico del Barça pensaron en lo que viene y Sandro salió a jugar. Y el canario necesitó solo 6 minutos para poner el 0-3. La presión coordinada del Barcelona hizo que Busquets recuperara, asistiera a Messi y este a su vez a Sandro, que solo, al primer toque, definió al palo corto de Jesús. Tiene un talento innato el joven canterano del Barça en la definición.
10.- Los cambios se sucedieron, lo que permitió que en el Levante entrara Rubén, el jugador favorito de la hinchada, al que necesitarán a su máximo nivel para seguir otra temporada en Primera División. Dio tiempo para que el Ciutat de València ovacionara a Xavi, Iniesta o Busquets, y para que Pedro, que necesitaba el gol para recuperar la confianza perdida, anotara el 0-4 tras una buena combinación entre Sandro y Jordi Alba. Seguía el Barcelona haciendo daño al Levante por el lado de Pedro López, que reclamaba ayudas que nunca llegaban.
11.- Y por supuesto, Messi. Con 10 goles, es el jugador que más tantos ha anotado al Levante en Primera. Hoy falló un penalti, dio dos asistencias, generó cinco ocasiones claras, dio 79 pases (algunos de ellos definitivos) y marcó el quinto gol. Jesús fue a sacar en corto con la mano, pero se le escapó el balón. Messi, que parece que no está pero siempre está, vio el fallo de Jesús y se revolvió para encontrar el hueco. Camarasa (que había ocupado el lugar de Vyntra como central) y Rodas no pudieron interceptar el balón, y el argentino definió picando el esférico con la pierna derecha. Anda como si vagara por el campo, pero está al tanto de todo. Y cuando recibe, la grada murmulla.
12.- Pudo marcar alguno más el Barcelona, cuyo cambio más sustancial fue el de Jordi Alba, que ocupó el puesto de central, por Mathieu, que recuperó su vieja posición de lateral izquierdo. Sirvió para ver al francés por la banda y para que Alba, con molestias, estuviera menos exigido. La lluvia remitió cuando el Ciutat de València ya estaba semi vacío. El 0-5 hizo mucho daño a un equipo acostumbrado los últimos años a ponérselo muy difícil al Barcelona.
13.- El Levante necesita tiempo. Mendilibar está llevando a cabo una serie de cambios en la plantilla difíciles de asimilar tras los últimos años con Juan Ignacio Martínez y Caparrós. El tiempo pasa, pero desde el club se confía en él. Si las lesiones dejan de martirizar al conjunto granota, el equipo mejorará.
y 14.- El Barcelona, salvo algunos errores individuales que propiciaron los contraataques del Levante, dominó el partido de principio a fin. Con la profundidad de Neymar y Alba, la concentración de Busquets, las correcciones de Mascherano, el dominio del ‘tempo’ de Iniesta, y el oportunismo de Messi. Cuando Messi vio por dónde atacar al Levante, el partido acabó. Era ese hueco. Y Messi lo vio.
* Ismael Ledesma.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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