Lo cierto es que Messi, a pesar de sus goles, parece aburrido. La superioridad que genera por dentro resulta intrascendente porque los rivales están aprendiendo a flotar a este Barça a sabiendas de que ni el argentino ni Xavi ni Iniesta pueden filtrar pases a la espalda de la defensa si no se dividen atenciones en la última línea. Con la mejor versión de Pedro y Alexis, también de Tello, ha vuelto la amenaza de ruptura, pero estas suceden con el rival de cara, con los centrales liberados para dar cobertura a sus laterales. Los extremos rompen desde posiciones excesivamente laterales, véase el gol de Pedro en la ida de la Supercopa.
Messi debe vivir liberado, de acuerdo, pero la posición de falso 9 está trasladando el eje gravitatorio del Barça hacia adelante y generando importantes desequilibrios. Xavi está dejando de ser el circuncentro del Barça, como lo describió Matías Manna, para convertirse Messi en el centro de su juego. Soy de los que piensa que Tito ni quiere ni puede tocar a Messi, sino que es Messi quien va creciendo como futbolista y antes Pep y ahora Tito se dedican a gestionar este talento sobrenatural. Guardiola consiguió encajar las piezas aunque para ello sacrificara a Eto’o y a Ibrahimovic. Tito no parece haber dado con la tecla y el tiempo no se detiene.
¿Es demasiado riesgo hacer girar a este Barça en torno a Messi? Si es Messi, no. Aunque las condiciones actuales del argentino obligan a romper con el juego de posición en determinados momentos. En Pamplona, Tito probó con el doble pivote para sostener a Arribas y Flaño y dar un respiro a Messi. Entonces, como en todos los panoramas que incluyan defensa de cuatro, el sacrificado será Cesc, con quien Messi comparte relaciones funcionales sobresalientes que tarde o temprano terminaran por brotar. Pero aún es pronto; todavía juega Xavi.
En el imaginario aparece como posibilidad la final de Wembley, con Villa fijando a los centrales, Pedro ofreciendo espacio y tiempo a Iniesta y Messi partiendo de la derecha hacia dentro para dejar que Dani Alves se aposentara en el carril derecho. El centro de juego seguiría siendo Xavi, el Barça recuperaría su tempo para juntar pases y rivales, mientras que la presencia de Villa y Pedro, o de Alexis y Tello, incluso con Cesc, aseguran la ruptura. El curso del Barça lo marcará Messi y la gestión que Tito haga de su talento. Parece que aún es pronto para que se convierta en el centro de juego, como insinúa el argentino y acepta Tito, pero con Messi nunca se sabe. Es lo que tienen los genios.
* Felipe S. Mateos es Entrenador de fútbol. Metodología Fútbol Base C. A. Osasuna. En Twitter: @FelipeSMateos
– Foto: Reuters
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