"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
Selecciones / Fútbol / Copa África 2013
El pasado 19 de enero dio inicio la vigésimo novena edición de la Copa de África, una edición que debía haber organizado Libia en el 2011, pero el conflicto armado en el país norteafricano provocó el cambio de año y sede, siendo Sudáfrica la elegida. Un país que guarda un gran recuerdo de la anterior ocasión en la que actuó como anfitrión.
En el año 1996, Sudáfrica era el país organizador de la Copa de África. Se trataba de la primera competición en la que iba a participar después de la sanción y expulsión a la que la FIFA le condenó debido a la política del apartheid que dominaba el país Fueron más de 30 años de castigo hasta que en el año 1993 pudieron volver a disputar las eliminatorias en busca de la clasificación para el Mundial de Estados Unidos en 1994.
Lo sorprendente del caso es que una selección joven y sin experiencia fue capaz de hacerse con el título, con una generación de jugadores que continúan siendo auténticos ídolos en el país. Pese a todo, el gran protagonista y la persona a la que se le atribuye todo el éxito no disputó ni un solo minuto y ni siquiera estuvo en el banquillo. Se trata de Nelson Mandela, el máximo responsable de que el país volviera a la normalidad.
Mandela visitó a los jugadores durante un entrenamiento para darles ánimo y recordarles que todo el país estaba detrás de ellos empujándoles para conseguir la victoria. Su presencia en los partidos importantes fue una motivación extra para los futbolistas, que el 3 de febrero de 1996 vieron recompensado todo el esfuerzo cuando Madiba (como se conoce al ex presidente sudrafricano) les entregaba la copa.
Unas semanas antes del inicio de la Copa de África 2013, que Sudáfrica iba a volver a organizar, se producía un hecho que paralizó al país. Nelson Mandela era ingresado en el hospital en estado crítico y las muestras de apoyo y afecto hacia su persona no se hicieron esperar. Con el paso de las semanas la situación se fue estabilizando y las buenas noticias hablaban de una mejora y recuperación del líder sudafricano.
Por esa razón, durante la preparación de la selección sudafricana para el campeonato, un único mensaje les ha acompañado en su camino para conseguir alzar de nuevo la copa: “Hacedlo por Madiba”.
Las semanas previas al debut en la competición no fueron fáciles para los componentes de la selección, especialmente para su técnico, Gordon Igesund. Desde su llegada al cargo, en junio de 2012, las críticas han estado siempre presentes, tanto por la elección de jugadores como por los resultados cosechados antes de la CAN 2013.
Uno de los primeros problemas que se encontró el técnico a su llegada fue el anuncio de la retirada Steven Pienaar a nivel internacional. Además, las lesiones fueron afectando todas sus convocatorias teniendo que convocar a un gran número de jugadores.
Por otro lado, los amistosos previos al inicio del torneo no fueron nada esperanzadores, cosechando una derrota por la mínima ante Noruega y un empate sin goles ante Algeria, aunque lo peor fue la pobre imagen que el equipo ofreció en ambos partidos.
Pese a estar encuadrados en un grupo complicado con Cabo Verde, Angola y Marruecos, el técnico se mostró confiado y consciente de que el equipo haría un buen papel como ocurriera en el año 1996.
El partido inaugural iba a enfrentarles a la selección de Cabo Verde, debutante en la Copa de África. El seleccionador apostó por una alineación en la que seis jugadores del actual líder de la liga sudafricana, el Kaizer Chiefs, formaban de entrada. Una decisión extraña, ya que dejó en el banquillo a jugadores importantes que habían sido titulares en anteriores encuentros.
La selección local no fue capaz de crear ni una sola ocasión clara de gol y el partido finalizó con un triste empate a cero que hizo que el pesimismo se apoderara de la afición sudafricana.
Después del partido, el seleccionador se mostró muy cíitico con sus jugadores, a la vez que decepcionado por la pobre imagen ofrecida. Su último mensaje iba dirigido a los seguidores, a los que pedía que continuaran apoyando al equipo, ya que no les iba a fallar.
Después del mal partido inicial tocaba enfrentarse a Angola. El entrenador realizó cinco cambios con respecto al primer partido y desde el primer minuto se pudo ver a una Sudáfrica diferente, mucho más agresiva y ofensiva que en el anterior encuentro.
Un defensa, Sangweni, fue el encargado de abrir el marcador con una volea excepcional ante la que nada pudo hacer el meta de angoleño. En la segunda parte llegó el tanto de Majoro, que permitía a Sudáfrica asegurarse los tres puntos y comenzar a pensar en la final que debía jugar ante Marruecos, la selección más peligrosa del grupo.
La afición había vuelto a recuperar la sonrisa y veía cómo las opciones de clasificarse para cuartos eran reales, además de haber disfrutado con el juego desplegado por el equipo.
Para el partido contra Marruecos se puso el cartel de no hay billetes, demostrando los sudafricanos que iban a estar detrás del equipo apoyándoles para conseguir el objetivo deseado.
El partido contra los marroquíes se puso cuesta arriba con el error del portero local Khune a la salida de un córner, provocando que el nerviosismo se apoderara de la grada. El empate llegaría por mediación de Mahlangu, jugador que actualmente milita en el Helsinborgs sueco y que dio el salto a Europa sin debutar en la PSL sudafricana.
Con el empate parecía que la tranquilidad volvía a la grada, pero minutos después Marruecos, por mediación de Hafdi, volvía a adelantarse quedando escasamente 10 minutos para el final del partido.
Pese a la situación en la que se encontraba el equipo, la grada salió al rescate del conjunto, cantando y animando en busca del gol que pudiera clasificarles para cuartos. Tan solo fueron necesarios seis minutos para que, en una contra, Sangweni, central de Orlando Pirates que ya había sido clave en el anterior encuentro, se encontrara con un balón en la frontal del área que colocó con suavidad lejos del alcance del guardameta marroquí.
La locura se apoderó de aficionados y jugadores, que se veían fuera de su Copa de África. Con el silbato final se desató la alegría entre cuerpo técnico, jugadores y seguidores, conscientes de que el objetivo continuaba con vida.
La plantilla ha recuperado aquellas cualidades que hicieron al país fuerte antes las injusticias vividas en el pasado; lucha, trabajo, sacrificio, compañerismo y mucho sentimiento se combinan para hacer de la selección un equipo capaz de aspirar a todo. Mali será el próximo rival [sábado, 19,30, Eurosport], un equipo complicado y experimentado que volverá a poner a prueba a los guerreros de Madiba.
* Enrique Durán es Director Técnico de fútbol base de los Mamelodi Sundowns de Sudáfrica. Anteriormente fue Coordinador de la FCB Escola.
– Fotos: Reuters – AFP – Schalk van Zuydam (AP)
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