Suiza es un país famoso por muchos aspectos. Uno de ellos es la precisión de sus relojes. Pues bien, con la llegada del año 2014 las agujas del reloj tenístico han decidido pararse. Se han detenido para contemplar la hora de sus tenistas. El año no podía haber empezado de mejor manera para los helvéticos. Stanislas Wawrinka, ahora número tres del mundo, completó un torneo excelente en Australia y se hizo con su primer grande. El de Lausana se salió, sobre todo en su duelo con Djokovic. Pero no fue la única gran noticia para los suizos. Roger Federer, el maestro e ídolo nacional, recuperó su mejor juego y se coló en semifinales, aunque nada pudo hacer con un sensacional Nadal. Dos suizos entre los cuatro mejores del Open de Australia, algo que a día de hoy solo parecía estar al alcance de España, con Ferrer y Nadal.
Pero no acaba aquí el idilio tenístico suizo. Una semana más tarde, el equipo de Copa Davis compuesto por Wawrinka, Federer, Lammer y Chiudinelli vencía con total autoridad a la selección serbia y se clasificaba para cuartos de final diez años después. Suiza nunca ha ganado la Davis. Llegó a la final en 1992, pero cayó derrotado frente a la superpotencia norteamericana (Andre Agassi, Pete Sampras, Jim Courier y John McEnroe). Desde entonces, varapalo tras varapalo. Pero 2014 pinta diferente. La Copa Davis es, junto al oro olímpico individual, el gran torneo que le falta a Federer. ¡Quiere acabar con eso! Y este parece ser el año marcado por el maestro en su mente.
Pocos países parecen capaces de superar el potencial suizo. Y menos ahora tras la eliminación de España y Argentina. El camino hasta la final del histórico torneo es, a priori, muy sencillo para los helvéticos. En cuartos, la débil Kazajistán. En semifinales, Italia o Gran Bretaña. Y en la final, si todo sigue el camino lógico, República Checa o Francia. Los suizos son capaces de defenderse en cualquier superficie. Y no solo cuentan con las victorias casi seguras de Federer y Wawrinka en los puntos individuales. En caso de ser necesario, pocas parejas pueden hacer frente a las dos estrellas del pequeño país en el dobles. En los Juegos Olímpicos de Pekín los dos jugadores se llevaron el oro. Federer y Wawrinka por fin han decidido unirse en la Davis. Y juntos parecen imparables.
Es el año de Suiza, las agujas del reloj se han detenido. Wawrinka dio el primer paso en Australia. En Roland Garros, todo puede pasar (hay que recordar que el propio Wawrinka llegó a la final del Master 1000 de Madrid el pasado año). En Wimbledon, el rey es Federer. En Estados Unidos, tanto los dos lucharán. Y el compromiso de Stanislas y Roger en la Copa Davis parece claro. La quieren y está en sus manos. 2014 quizás quede marcado en la historia del tenis como el año de Suiza.
* Karel López.
– Foto: Darko Vojinovic (AP)
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