Una de las primeras grandes estrellas del fútbol húngaro. Considerado de los mejores del mundo en su puesto en la década de los 30, desarrolló toda su carrera en el Ferencváros. Además también jugó dos Copas del Mundo con la selección magiar para posteriormente ser un reputado entrenador en el calcio italiano. Nacido el 5 de agosto de 1912 en Budapest (Hungría), fue un futbolista muy polivalente. Podía actuar como defensa central, interior y también en punta, posición en la que finalmente se instaló. Jugador completísimo, tenía rapidez, técnica, elegancia con el balón en los pies, versatilidad, un gran juego aéreo y eficacia de cara a gol. Se le conoció con el apelativo del “Doctor”.
De padre húngaro y madre italiana y con un apellido original de Stefanicsics, el joven Györgi en un principio no quería dedicarse al fútbol. Él prefería estudiar derecho y comenzó la carrera hasta que su padre, un sastre sin trabajo fijo, le animó a que probase con el balompié dada la gran depresión que sacudía el mundo en aquellos días. Sárosi entró en la cantera del Ferencváros con 15 años y allí discurrió toda su trayectoria deportiva.
Comenzó como defensa central gracias a su estatura de 1,86 cm pero pronto fue avanzando de puesto en el terreno de juego hasta situarse en el frente del ataque. Su primer título con las Águilas Verdes llegó en 1932 con la consecución de la Liga y un curso después logró la Copa al derrotar al Újpest por 11-1 (anotó tres goles y dio cuatro asistencias) en la final. Los blanquiverdes completaron varios años de grandes cosechas en Hungría dada la aportación de Sárosi y otros internacionales como el portero Háda, Korányi, Polgár, Toldi, Lázár, Tänzer o Kemény.
En 1934 y 1938 dos nuevas Ligas adornaron las vitrinas del club a lo que hay que sumar otro torneo copero en 1935. Pero esos éxitos no se quedaron solo en su país al levantar uno de los trofeos más importantes a nivel europeo de la época, la Copa Mitropa. Sárosi ya había participado en 1935 siendo el máximo goleador con 9 goles, pero dos años después se superó al anotar 12 y tener un papel fundamental para que el Ferencváros se hiciese con el entorchado. En aquella edición se deshicieron primero del Slavia de Praga y luego del First Vienna tras un choque de desempate. En semis eliminaron al potente FK Austria de Sindelar y en la final se vieron las caras con el Lazio. En Budapest Sárosi firmó un gran hat-trick en la victoria por 4-2 y en la vuelta en Roma volvió a ser una pesadilla para los capitalinos. El partido finalizó 4-5 y el delantero magiar logró otros tres goles superando en su duelo particular al transalpino Silvio Piola.
Con la llegada de los años 40 tanto el Ferencváros como su buque insignia continuaron cosechando éxitos en forma de triunfos y títulos. Las Águilas Verdes consiguieron por primera vez desde 1928 dos títulos de Liga seguidos en 1940 y 1940 siendo el capocannoniere de la competición Sárosi con 23 y 29 goles, que de esta forma se llevaba el premio de mejor goleador por tercera vez tras el logrado en 1936 con 36 goles. Además en la Copa también tuvieron un poder hegemónico poco tiempo más tarde al llevarse las ediciones de 1942, 1943 y 1944 al imponerse a Diósgyör, Salgótarján y CFR Cluj.
El polivalente jugador siguió en activo durante cuatro campañas más aunque en esa etapa no volvió a conocer el triunfo con su equipo. Se retiró en 1948 con 36 años y dejando unas estadísticas asombrosas de 382 partidos oficiales y 351 tantos, que aún en la actualidad le proclaman como el jugador que más veces ha marcado con la elástica blanquiverde.
Con la selección húngara fue internacional en 62 ocasiones, marcando un total de 42 goles, lo que le permitió ser el segundo mejor realizador del equipo nacional a su retirada solo por detrás de Schlosser. Hizo su debut en 1931 en un amistoso frente a Yugoslavia en el que cayeron por 3-2. Unos meses más tarde participó junto a los Lazar, Istvan Avar, Turay, Hirzer o Toldi en la Copa Internacional de la Europa Central del año 1931-1932. Sárosi jugó cuatro partidos aunque en uno solo pudo saborear el triunfo, ante Checoslovaquia en Budapest por 2-1.
El año 1933 fue muy importante para el delantero puesto que estrenó capitanía y logró su primer gol con Hungría. En un choque amistoso contra los Países Bajos en Amsterdam que se resolvió con victoria visitante por 1-2 portó el brazalete por primera vez, mientras que la diana llegó en otro partido no oficial esta vez frente a Suecia en Solna donde sucumbieron con claridad. Ese año dio comienzo otra edición de la Copa Internacional de la Europa Central en la que se destapó como goleador. Hungría no pudo alzarse con el título pero el jugador del Ferencváros brilló con 7 goles, empatando con el suizo Kielhodz en la tabla de máximos artilleros.
Entre medias de esa competición se celebró el Mundial de Italia. Los húngaros compartieron grupo de clasificación con Austria y Bulgaria y accedieron a la fase final. Sárosi actuó en el primer partido contra los búlgaros y encarriló el triunfo con el primer tanto de su selección en la victoria por 1-4. Posteriormente entró en la lista de Odon Nadas para la Copa del Mundo. Suplente ante Egipto si disputó los cuartos de final ante Austria. En un partido reñido y siempre muy importante dada la rivalidad de ambos países Sárosi anotó de penalti pero los austriacos se llevaron el triunfo y el pase a semifinales.
En el siguiente periodo entre Mundiales la estrella de las Águilas Verdes volvió a ser la figura de su equipo en la Copa Internacional de la Europa Central. Logró 10 tantos y era el máximo realizador de la competición hasta que se interrumpió. En ese instante Hungría lideraba la clasificación por delante de Italia y Checoslovaquia pero nunca pudo adjudicarse el trofeo. Los magiares con Sárosi en el once derrotaron a suizos tanto en casa como en Basilea, a los austriacos en Viena y a los checoslovacos en Budapest en la mejor tarde como internacional del delantero que consiguió siete de los ocho goles de su país.
Poco después ya en 1938 jugó su segundo Mundial en el que tendría más protagonismo que en el celebrado en Italia. Titular indiscutible junto a los Szabó, Biro, Szucs, Titkos o Zsengeller marcó en todos los partidos que participó. En octavos Hungría barrió a las Indias Orientales Neerlandesas y en cuartos superó a Suiza. En semifinales en París Suecia tampoco fue rival y llegaron a la final contra Italia en Colombes. Sin embargo los actuales campeones impusieron su poderío y les doblegaron 4-2 pese al tanto de penalti materializado por Sárosi en el minuto 70.
Con el inicio de la II Guerra Mundial no hubo más competiciones futbolísticas durante casi una década y el punta húngaro solo disputó partidos amistosos. En cuatro de ellos amplió su cuenta anotadora con un tanto contra Escocia, otro ante Yugoslavia, un doblete frente a Suecia y el último a Rumania pero su despedida fue agria al marcharse después de un amistoso contra los suecos en Budapest que concluyó con el resultado de 2-7.
Además también formó parte del partido entre un combinado de la Europa Central y otro de la Europa del Oeste disputado en Amsterdam en 1937. En su equipo se encontraban los italianos Olivieri, Rava, Andreolo, Meazza y Piola, sus compatriotas Sas o Lazar, los austriacos Schmaus y Sesta y el checoslovaco Nejedly. Mientras que en el cuadro rival destacaban los germanos Jakob y Goldbrunner, los belgas Voorhoof y Braine o el francés Delfour. El resultado fue de 1-3 para los centroeuropeos en un estadio Olímpico con 50.000 espectadores en las gradas.
En su faceta como técnico debutó en las filas del Bari a finales de los años 40 donde estuvo dos temporadas. A continuación se marchó al Lucchese y en mitad de la temporada 1951-1952 firmó por la Juventus para sustituir a los interinos Combi y Bertolini. Con el cuadro bianconeri consiguió su gran éxito en los banquillos, el Scudetto de esa temporada. La Juventus sumó un total de 60 puntos y superó ampliamente al Milan y el Inter. Era una escuadra en la que destacaban entre otros Boniperti, los daneses Praest, John Hansen y Karl Aage Hansen, Mucinelli, Parola o Viola.
En 1953 abandonó el equipo turinés y se fue al Génova para entrenar hasta 1955. Su siguiente club fue la Roma en el curso 1955-1956 donde dirigió a Ghiggia, Dino Da Costa o el húngaro Nyers y al año siguiente tomó las riendas del Bolonia. Regresó temporalmente a la capital italiana en 1959 y con la llegada de los años 60 fue reclutado por el Brescia. Sus dos últimas experiencias en la parcela técnica tuvieron lugar en el Lugano suizo y en el Gruppo C, un equipo genovés que estaba encuadrado en la Serie D.
Tras su retirada continuó estudiando Derecho y finalmente acabó licenciándose.
A finales del siglo XX fue elegido por la revista World Soccer en el puesto 89 de los mejores jugadores de la centuria, por delante por ejemplo de Kopa, Kubala, Gerson o Futre. Mientras que la IFFHS lo seleccionó en la posición 60 de los futbolistas europeos más destacados, empatado a votos con el luso Coluna.
Falleció en Génova el 20 de junio de 1993 a la edad de 80 años.
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