"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
Las especulaciones que flotaban sobre la Caja Mágica se evaporaron conforme iba avanzando el España-Croacia. Se aseguraba que a ninguno de los dos equipos le interesaba ganar porque quedar campeón de grupo significaba el infierno de unos cruces tremendos con Francia y Dinamarca en el camino. Pero los dos equipos se han vaciado en un duelo de alta intensidad que se incrementó incluso en los minutos finales, cuando los malpensados aseguraban que los croatas levantarían el pie del acelerador para no asomarse a esa senda que Dante describía como la que lleva al “dolor eterno”.
Nada de eso. España y Croacia han parecido estar deseando montar en la barca de Caronte y han celebrado cada gol y sufrido cada exclusión como si les clavaran una daga. Han demostrado que ganar es de valientes y Croacia se ha llevado los honores con el triunfo por 25-27 tras un partido en el que su tremenda efectividad ha valido más que el coraje español. La selección de Valero Rivera irá a Zaragoza picada por la derrota pero mirará de reojo un cuadro más accesible para llegar al Palau San Jordi.
Las claves del triunfo croata son fáciles de explicar. Es un maravilloso conjunto al que definí durante los Juegos Olímpicos de Londres como el más completo del mundo aunque entonces una pifia les hizo caer en el bronce. Un equipo que tiene de todo y que ha castigado a España primero con los latigazos del gigantón del Paris Saint-Germain Marko Koplar (2’11 m.) y luego con las genialidades de Duvnjak, el central del Hamburgo, heredero de Balic, un jugador talentoso como pocos que va a hacer famoso a su lugar de nacimiento, Dakovo, por algo mucho más alegre que su tremendo campo de concentración durante la guerra. Y por el extremo, un mago infalible como Cupic, que acertó sus siete primeros lanzamientos, tres de ellos de penalti. Cupic perdió parte de un dedo en su mano buena, la izquierda, poco antes de los Pekín 2008, al engancharse su anillo con una verja. Pero le sobran los otros cuatro dedos para burlar a los porteros rivales.
Ante este equipo perfecto España se ha basado otra vez en Alberto Entrerríos y en los arrebatos del otro lateral, Maqueda. De nuevo, Aginagalde ha estado muy sujeto y las opciones de los extremos se han limitado por la baja de Valero Rivera Jr. Los goles de España han resultado muy costosos, porque además el portero Alinovic (16 paradas, por solo 5 de Sterbik) ha estado mucho más entonado. A los tiradores españoles les ha faltado una mejor selección en el disparo, pero los croatas han encontrado facilidades cuando el repliegue de España no ha sido fluido, por los cambios. Y en el tramo final han contado con un Igor Vori impecable para la remontada definitiva.
Aunque España se ha pasado más de media hora por detrás (desde el 6-5 al 19-18, en el minutos 8 de cada tiempo) ha esprintado hasta irse por tres goles. Pero la reacción croata ha llevado a una sucesión de empates (a 23, 24 y 25) como prólogo al triunfo final de los balcánicos.
Croacia es un equipo al que resulta difícil maniatar. Tiene tantas barajas en su mano que si le juegas con un recurso, te responde con otro. Algo complicado de ajustar. Todos sabemos que la bandera croata tiene un escudo con cuadrados rojos y blancos, ¿pero por qué hay trece rojos y doce blancos? Inexplicable. Del mismo modo, su equipo de balonmano es como un prestidigiador al que no acabas de encontrar el truco. Inexplicable.
A España, la derrota le sienta tan bien como la muerte en la película de Meryl Streep y Bruce Willis. Un traspié dulce, pero que obliga a extraer nuevas conclusiones. Si la portería no funciona a tope, si los repliegues en los cambios ataque-defensa no son más veloces, si los lanzadores no localizan mejor sus disparos, el equipo de Valero Rivera es batible por media docena de selecciones. Por eso, aunque el camino hacia Barcelona ha quedado mejor asfaltado que si hubiera ganado, el equipo tiene que dar un paso adelante para alcanzar el podio. La próxima prueba, el lunes en Zaragoza, la tierra de Valero.
* Pedro Gabilondo es periodista. Ha cubierto 9 ediciones de Juegos Olímpicos (desde Munich 1972).
– Foto: handballspain2013
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