1.- El Valencia debutaba en Champions en su estadio frente al rival que debía pelearle el segundo puesto del grupo mas, como muchos apriorismos, este parece desmontarse, como analizaremos más adelante.
2.- Los che afrontaban el partido con muchas bajas. Especial mención merecen las de Rami y Ricardo Costa, dos de los tres centrales de la plantilla. Ante la ausencia de laterales y mediocentros reconvertibles, solo quedaba apostar por la opción del filial: Delgado. Pero la opción era magnífica: un zurdo sobrio, con personalidad, al que en ningún momento le quedó grande el encuentro (teniendo varias intervenciones meritorias e ideas muy claras) que desmontan una teórica mala configuración de la plantilla en esta zona. Inmejorable su debut.
3.- Asimismo, por segundo partido consecutivo, Guaita era el arquero. Dado que Pellegrino no utiliza a uno en Liga y a otro en Europa como hacía Emery y que Vicente ya fue titular contra el Zaragoza, da la sensación de que el torrentino se ha hecho con la titularidad. Con justicia, en mi opinión, ya que, sin poseer los espectaculares reflejos de Diego Alves, es mucho más completo y da una mayor seguridad. Si las lesiones le respetan, será el portero titular de la Selección cuando a Casillas y Valdés se les acabe la magia.
4.- Pero, más allá de la buena actuación de estos dos futbolistas, el protagonista indiscutible sería Gago (a pesar de los dos goles de Jonas). Impecable en la iniciación, clarividente en el pase, más que correcto en lo táctico y agresivo y acertado en las acciones defensivas. En torno a él ha girado el juego de un Valencia que en su ausencia había perdido completamente el rumbo, siendo especialmente determinante cuando se alineaba con los centrales para ejecutar la salida lavolpiana.
5.- Justamente de sus botas llegaría la primera ocasión del encuentro, siete minutos después de dar comienzo. Gracias a un pase largo raso filtrado por el pasillo que dejaba Beria, lateral izquierdo francés, al no cerrar pertinentemente, Feghouli se encontró solo ante el portero, errando en la definición de manera sorprendente dado su buen inicio de temporada en esta faceta.
6.- Pero no sería esta la tónica del partido, sino otra muy distinta: mayor posesión valencianista carente de verticalidad, Lille alternando fases de repliegue intensivo con otras de posesión etérea sin crear excesivos apuros a Guaita. Así es el Valencia de Pellegrino: un equipo en cuyos partidos las oportunidades de gol son tremendamente escasas, merced a la solidez de su equipo en defensa organizada y a lo poco que expone en ataque para evitar contragolpes letales.
7.- Sin embargo, si se dan pérdidas difícilmente explicables en zonas de riesgo, es inevitable sufrir al contragolpe. Y es que las fases del juego son indisociables: dime cómo atacas y te diré cómo defiendes. Esta y no otra fue la causa de la derrota ante el Bayern, si bien en aquel partido se perdieron infinidad de balones más (porque no estaba Gago, entre otras cosas). Así, en esta ocasión han sido dos las pérdidas infames que han propiciado sendos contragolpes del Lille. Solo el desacierto de Balmont y Payet, respectivamente, ha evitado que Guaita se viera batido.
8.- Pero, antes de esta segunda ocasión, el Valencia ya había anotado su tanto, en la segunda oportunidad de que dispuso, confirmando su elevado ratio de efectividad. Tras encontrar magníficamente Gago a Jonas entre líneas, el brasileño se la dio a Soldado, quien la supo aguantar para asistir en el momento justo a su compañero, que no perdonó.
9.- El capitán del equipo merece una mención especial, pese a no haber dispuesto de oportunidades. Ya es más capitán que goleador, pues es capaz de realizar movimientos o incluso asistencias que benefician a sus compañeros y, sobre todo, hace gala de un encomiable esfuerzo, como muestran sus múltiples coberturas defensivas en la banda derecha. Su espíritu de lucha contagia a un conjunto cada vez más comprometido.
10.- Sin embargo, solo el mayor acierto valencianista causó la diferencia en el marcador al descanso, pues, pese a la relativa superioridad mostrada, ambos equipos habían dispuesto de las mismas ocasiones. Y eso que el Lille había desperdiciado un buen número de peligrosas faltas laterales.
11.- Pero ese fue todo el peligro que fueron capaces de generar los galos en el encuentro, por mucho que no les faltara voluntad. Había enfrente un sistema defensivo demasiado sólido para un equipo tan tocado, seguramente. Tampoco su mayor exposición devino en riesgo de goleada: una clara ocasión de Soldado tras jugadón de Guardado y centro de Feghouli y el gol de Jonas, mitad genialidad mitad error de Landreau, fueron lo único destacable del segundo tiempo.
12.- Sin embargo, sí quedan algunos detalles que el cuerpo técnico deberá analizar, como la excesiva dependencia de Gago. En el momento en el que Balmont dio el paso adelante necesario para evitar que saliera con claridad, Tino Costa no fue capaz de tomar el timón en la creación. Probablemente, la solución llegará con la recuperación de Banega, con quien Pellegrino tiene un importante desafío. Si es capaz de hacer con él lo mismo que ha hecho con Gago, habrá resuelto la mayor parte de los problemas del Valencia y, al mismo tiempo, de la selección de su país.
13.- En ningún caso será este jugador Parejo. Pese a que Mauricio esperó al momento idóneo para darle entrada, la afición le recibió con una sonora pitada que ajusticia su pésima trayectoria en el conjunto che. Jugador difícilmente recuperable, porque ni siquiera se sabe con certeza qué es lo que había antes que pueda interesar recuperar ahora.
y 14.- Éstos y otros problemas tendrá que superar el Valencia para clasificarse para los octavos de final de la Champions, pues un rival inesperado afincado en territorio hostil aguarda. Es el Bate Borisov, conjunto bielorruso que lidera el grupo tras ganar a Lille y al mismísimo Bayern Munich. No había rival pequeño: ahora en Bielorrusia también hay oponentes de alto nivel. El fútbol está cambiando.
* Rafael León Alemany.
– Fotos: EFE
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