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Gabriel Jesus

por GUSTAVO CARRATTE el 28 agosto, 2016 • 0:01

El anuncio oficial del Manchester City resumió bien la esencia de la noticia: “La joya brasileña escogió ser pulida por Pep Guardiola“. Gabriel Jesus, el joven delantero que apareció definitivamente para el mundo con la medalla de oro de la selección brasileña en los Juegos Olímpicos de Rio-2016, será el nuevo refuerzo del entrenador catalán a partir de enero de 2017 -o a partir del inicio de la temporada 2017-18, caso de que el club y el jugador así lo decidan-. A los 19 años, demuestra algunas deficiencias. Aún no es un jugador completamente formado, que asumirá la camisa del City y demostrará desde su primer minuto en el campo todo lo que es capaz de hacer. Pero ese margen de crecimiento no es negativo. En las manos del hombre que determinó una nueva era para el fútbol mundial, las proyecciones para su futuro desatan la imaginación.

Fenómeno en las canteras del Palmeiras, con registros que solían ser mayores que un gol por partido, el delantero se estrenó como profesional en marzo de 2015, antes aún de llegar a los 18 años. Desde entonces, a veces jugando más, a veces jugando menos, fue ganando relevancia en el plantel del club, que en los últimos años está dividido entre invertir fuertemente en adquisiciones o confiar en sus propias revelaciones. De este segundo pilar estratégico, es el nombre que más ha destacado.

Para el jugador que es, el valor de la contratación (32 millones de euros) parece alto. Para el jugador que puede ser en un futuro próximo, dadas sus condiciones, puede ser un precio muy barato.  Guardiola lo sabe, y la prueba de ello es el hecho de haber insistido personalmente en hablar con el joven por teléfono antes de que se concretara la negociación. El tono de la conversación debió ser muy semejante a la pregunta que el entrenador le hizo a Douglas Costa, pieza fundamental en su última temporada en el Bayern de Múnich: “¿Estás preparado para abrir la mente y aprender a jugar al fútbol de verdad?“. La respuesta de Gabriel Jesus probablemente fue una sonrisa, un brillo en los ojos y un retumbante “sí”. Por el bien del fútbol citizen, brasileño y ¿por qué no? mundial.

FICHA TÉCNICA

• Nombre completo: Gabriel Fernando de Jesus
• Nombre futbolístico: GABRIEL JESUS
• Fecha de nacimiento: 03/04/1997
• Nacionalidad: Brasileña
• Altura: 1,75 m
• Peso: 68 kg
• Club: SE Palmeiras
• Campeonato: Brasileirão

 

• Ámbito físico

Aunque su peso sugiera algo distinto, Gabriel Jesus ya posee un porte físico potente. De estatura mediana, no necesita de mucho tiempo en acción para dejar boquiabiertos a cuantos le observan e imaginan el estereotipo del talentoso delantero brasileño. Es un jugador que aguanta golpes, que se siente confiado para desafiar defensores más corpulentos, que es suficientemente inteligente para escapar del contacto cuando resulta conveniente y que demuestra capacidad para mantener el ritmo y la lucidez mental incluso después de recorrer anchas extensiones del campo a alta velocidad. La comparación no es favorable a él, pero, en algunos aspectos, se asemeja a lo que fue Ronaldo Nazario, el Fenómeno, en su inicio de carrera, cuando su explosión física ya era una aliada importante de su soberbia calidad técnica.

• Ámbito psicológico

Gabriel Jesus quiere concluir el año 2016 en su país natal, manteniéndose en acción con el Palmeiras en la búsqueda del título del Brasileirão, y ese deseo por sí sólo ya denota fuertes trazos de madurez en un chico de sólo 19 años. Como dice Tite, el entrenador altamente capaz que se prepara para iniciar su trayectoria en una convaleciente selección brasileña, “Gabriel Jesus es de verdad“.

Tal postura se debe en gran medida a su origen humilde, que lo hizo conocer desde niño la dureza de la realidad y el dolor de la represión. En el final de 2015, tras un año como profesional, fue detenido en una redada policial en el barrio en que vivió. Poco después de que el episodio se hiciera público, Gabriel Jesus se manifestó por las redes sociales diciendo que “sólo fue un caso más en que un niño de piel negra no pudo andar en un coche bonito por las calles de la comunidad donde creció sin que la policía le ordenara parar”. Gabriel Jesus fue obligado a ser hombre desde muy joven, y lo es.

Dentro de la cancha, a veces se muestra excesivamente nervioso, algo que él mismo reconoce que necesita mejorar. Por otro lado, sus momentos destemplados son casi siempre causados por exceso de competitividad, por equívocos de los árbitros, por errores suyos o de sus compañeros de equipo. Es un obseso del fútbol, de su propia evolución, y tal característica tiene todo incluso para aproximarlo a Guardiola y minimizar los efectos negativos que un cambio tan brusco de país puede causar en su estado psicológico. Además de eso, Fernandinho y Fernando también están en el elenco del City, diez años mayores que nuestro protagonista, y ambos con larga experiencia en Europa; ellos, ciertamente, serán importantes para la adaptación del recién llegado.

Un detalle que puede ser relevante en sus meses iniciales en Mánchester es el extenuante calendario inglés, que no permite pausas ni en épocas de Navidad o inicio de año. El delantero parece preparado para llegar a Europa directamente a un club con ambiciones, sin la necesidad de ser cedido a otro equipo de menor expresión para ambientarse de la mejor forma. Pero la llegada en plena competición, sin tiempo para respirar, puede atrasar su proceso de adaptación.

• Ámbito técnico

Gabriel Jesus es un jugador muy bien dotado técnicamente. Está muy lejos de ser un showman, pero es altamente capaz de pensar en soluciones rápidas y realizar jugadas plásticas. Posee un dominio de balón excelente, y poco importa cómo le llega la pelota: él siempre trata de dominarla y proseguir la jugada. Destaca también por su capacidad de hacer paredes o buscar compañeros que las hagan, generando cambios de pases en alta velocidad y siempre en dirección al arco rival. En los momentos en que conduce el balón, puede mantenerlo tanto próximo como distante de sus pies, superando oponentes con leves toques y pequeños desvíos de ruta. Además, como su centro de gravedad es bajo, todas sus eventuales debilidades en este aspecto son compensadas por una enorme capacidad de proteger la pelota de los adversarios que se aproximan para intentar robarla. A todo esto se suma su intuición diferenciada y una notable explosión física.

Diestro, no utiliza mucho la pierna izquierda. Como resultado de su origen en el fútbol de barrio, escenario en que estuvo hasta los 15 años de edad, el delantero también lleva consigo los puntos positivos y negativos de ese hecho: tiene toda la anarquía de pensamiento dentro de la cancha, lo que lo permite jugar suelto y siempre dispuesto a accionar su vena inventiva, pero todavía comete algunos errores infantiles de fundamentos, especialmente en pases o remates. Aún no es un jugador en su plenitud emocional para la toma de decisiones, pues a veces intenta conducir el balón cuando lo ideal sería realizar un pase, o da un  pase cuando lo adecuado sería rematar, o remata cuando el ideal sería conducir la pelota algunos metros más, etc. Por más que tenga una brutal media de goles, todavía no ha completado su repertorio de remates: sus cabezazos son imprecisos y sus disparos con los pies no siempre tienen los movimientos de cuerpo correctos o el tempo ideal de modo que evite la llegada de su marcador  y consiga desplazar al portero.

Todo eso, sin embargo, puede tener una fecha de validez bastante corta. Gabriel Jesus está siempre en búsqueda de su propia evolución, y demuestra enorme talento para minimizar los puntos débiles. Cuando consigue un gol de cabeza, por ejemplo, suele conmemorarlo con sonrisas y apuntando hacia ella. Cuando falla en una finalización, suele darse pequeños golpes en el muslo de la pierna que no ejecutó perfectamente lo que su cerebro quería, en tono de reprobación. Ese alto grado de exigencia consigo mismo aún no garantiza el fin de sus errores, pero poco a poco los va reduciendo.

• Ámbito táctico

Tácticamente, es un jugador interesante, cuyo poder de decisión está más relacionado con el tercio final de la cancha que con el segundo. Es peligroso no solamente con la pelota, sino  también sin ella, pues es capaz de disparar en dirección al arco, regateando y dejando incontables rivales atrás de la misma forma que sabe encontrar espacios a la espalda de la última línea defensiva, dando sólo un toque en el balón antes de rematar. Puede ser segundo punta, inmediatamente por detrás de un ‘9’ que sirva como referencia en el ataque. Puede ser extremo por la izquierda, que abra el pasillo para el lateral, promueva líneas de pase con los mediocampistas o demás delanteros y busque siempre las entradas en diagonal. O también puede ser el delantero más avanzado, si su equipo tiene como punto fuerte las transiciones rápidas y no se posiciona todo el tiempo en el campo rival.

En el City de Guardiola, que hasta ahora se ha caracterizado por dos extremos bien abiertos y dos hombres de mucho movimiento por detrás de un delantero más avanzado, el brasileño puede ser todo. Las posiciones que más le beneficiarán, sin embargo, son las de la zona central, especialmente la ejercida por De Bruyne, o la posición más abierta por el lado izquierdo, que actualmente pertenece a Nolito. De todos modos, por más que haya talento en exceso para vencer duelos individuales en las proximidades del área rival, es importante ponderar que la función ejercida por el delantero español puede limitar demasiado el instinto de Gabriel Jesus, que necesitará como nunca de la habilidad de Guardiola para hacerle evolucionar colectivamente en aquella posición. Hoy en día, él está más preparado para actuar en la zona central, buscando espacios entre líneas y siendo una especie de punto de equilibrio entre el organizador David Silva y la referencia Kun Agüero.

Defensivamente, posee una característica admirada por todos los entrenadores por los cuales ya pasó, principalmente Cuca, del Palmeiras, y Rogério Micale, de la selección brasileña olímpica: responde siempre defendiendo de forma avanzada. “La intensidad con que él intenta recuperar la posesión del balón en el campo de ataque es contagiosa”, dijo el entrenador medallista de oro en los Juegos Olímpicos de 2016. “Es algo que contagia a sus compañeros a intentar hacer lo mismo”. Por todo eso, no es inusual percibir un crecimiento en las tentativas de juego directo por parte de los defensores que se enfrentan a él. Por fin, también es extremamente dedicado en la recomposición defensiva, tapando los espacios adelantados del lateral de su equipo cuando el oponente detiene el balón y los obliga a retrasarse en dos líneas de cuatro.

* Gustavo Carratte es periodista y editor del sitio web brasileño “Conexão Fut”.
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