"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
JJOO Londres'48. Wembley, ceremonia entrega medallas fútbol:
Suecia oro; Yugoslavia plata; Dinamarca bronce
La Europa convaleciente de 1948 vivía un proceso de reconstrucción moral y material después del trauma de la II Guerra Mundial. Como parte de esta terapia común, Londres retomaba la tradición de los Juegos Olímpicos de la era moderna, interrumpidos tras Berlín’36. En los llamados “Juegos de la austeridad”, el fútbol regresaba a su cuna. Estrenado en el programa oficial precisamente en Londres cuarenta años antes, el torneo reunía esta vez a 18 selecciones de cuatro continentes, todas ellas formadas por jugadores amateurs. Aunque hubo ausencias notables como las del fútbol suramericano, Alemania o Hungría, una cita de rango mundial como la de Londres’48 representaba un gran impulso para el fútbol. A nivel de selecciones nacionales, antes de los Juegos sólo estaban vigentes una gran competición continental, la Copa América, y cuatro destacados torneos regionales: la Copa Internacional Europea (1), el Campeonato Británico, la Copa Balcánica y la Copa Nórdica.
Cuando el balón echó a rodar pronto sobresalieron dos equipos sobre el resto: Suecia y Dinamarca. Los primeros eliminaron en octavos de final a Austria, uno de los favoritos (3-0). En el siguiente trámite, infligieron a la República de Corea la mayor goleada del torneo (12-0), con cuatro goles de su delantero centro, Gunnar Nordahl. Por su parte, los daneses se deshicieron de Italia en los cuartos de final (5-3). John Hansen no se quedó atrás y marcó otros cuatro tantos.
El anfitrión también se plantó en semifinales, contra todo pronóstico, guiado por el extraordinario carisma de un histórico: Matt Busby. Tras ganar la FA Cup esa temporada con el Manchester United, el manager escocés tomó las riendas de Gran Bretaña. Tras un atribulado proceso de selección, el Comité Olímpico británico le presentó a 26 jugadores aficionados, de quienes Busby sólo había visto jugar a uno. Los preparó en un Old Trafford semiderruido con la ayuda de algunos profesionales del United. Años más tarde, Busby confesaría sentirse “orgulloso” de hacer uno de sus “mejores trabajos”. “Ganar la First Division con el United fue un juego de niños comparado con hacer competitivo a aquel equipo amateur”, afirmó (2). La selección británica se cruzó en semifinales con Yugoslavia, el único equipo del bloque comunista que compitió en fútbol. Ganaron los balcánicos (1-3). El otro cruce antes de la final fue el desafío nórdico: Suecia venció a Dinamarca (4-2).
5-Agosto-1948. Selhurst Park. 1/4 final. Suecia vence a Corea (12-0)
Choque de trenes en la gran final de Wembley, con 40.000 espectadores en las gradas. Describen las crónicas de la época que el partido se jugó con mucha humedad en el ambiente y un terreno de juego pesado. Contribuyó a ello que dos horas antes acabara de jugarse en el mismo césped el duelo por el bronce, con victoria de Dinamarca sobre los locales (3-5). Desde el comienzo, dominio sueco que se materializó a los 22 minutos: gran combinación de la delantera que culmina el cerebro del equipo, Gunnar Gren, con un tiro desde 15 metros. Los yugoslavos incrementaron el ritmo del partido y lograron el empate a tres minutos del descanso merced a Stjepan Bobek. A poco de reanudarse el partido, gran asociación entre Nordahl y Henry Carlsson que acaba con el remate del primero a la escuadra.
Era su séptima diana y le convertía en máximo goleador del torneo. Desde entonces, los escandinavos contuvieron los avances del rival que, aun así, dispuso de ocasiones para restablecer la igualada. Un penalti señalado sobre Nordahl en el minuto 67 supuso el fin de las esperanzas yugoslavas: Gren sentenció desde los once metros (3-1). Suecia se colgaba así su primera medalla de oro en fútbol después de conseguir el bronce en París’24. Cuatro años después, en Helsinki, volvería a subirse al tercer escalón del podio. Ninguna selección fuera de la órbita comunista pudo desde entonces ganar el oro en fútbol, hasta que Francia lo logró en Los Ángeles’84.
Causó sensación en los eruditos ingleses el despliegue futbolístico de suecos y yugoslavos. El diario “The Times” calificó de “espléndida exhibición” la final olímpica. Y en la reseña del partido plasmó sus argumentos: “A diferencia del estilo amateur británico, basado en el ataque directo y frontal, estas dos selecciones continentales practican un juego de infiltración -si se puede llamar así– científicamente planificado”. “El balón raso”, prosigue, “se desliza hacia los jugadores que, ingeniosamente, han encontrado espacios libres”. En tono ufano pero nostálgico, la crónica de “The Times” recuerda que “éste fue el primer estilo de fútbol que las Islas [británicas] enseñaron al mundo. Ahora los equipos continentales han sumado una habilidosa e imprevisible permuta de posiciones en ataque, que hace muy difícil su contención por las defensas contrarias”.
Era un elogio amargo porque el triunfal técnico de Suecia era el inglés George Raynor (3). Durante la guerra había entrenado en Irak y cuando regresó a su país tuvo acomodo en el equipo reserva del Aldershot, club donde había terminado su carrera como jugador. En 1946 su vida dio un giro decisivo tras ser contratado por la federación sueca para dirigir a la absoluta. Raynor se encontró con jugadores amateurs educados en una mentalidad distinta a la inglesa: más disciplina, más motivación y mejor condición física de base.
Era una tierra fértil para cultivar sus nuevas ideas sobre el juego. Raynor fue de los pioneros en alterar el dibujo táctico hegemónico: la WM (3-2-2-3). “Retrasábamos los extremos al mediocampo y los rivales no sabían descifrarlo”, presumía. La consecuencia era una superioridad numérica en la medular que fortalecía el repliegue defensivo y facilitaba la construcción del ataque, ofreciendo mayores líneas de pase a los dos interiores ofensivos. “Frente el juego horizontal yugoslavo, Gren, Carlsson y Nordahl, apoyados por los extremos [Kjell Rosen y Nils Liedholm], fueron siempre profundos (…) Jugaron rápido y en espacios reducidos”, describía el rotativo británico.
Crónica de "The Times" sobre la final olímpica: edición 14-Agosto-1948
Tradicionalmente, Suecia ha sido un país de mestizaje futbolístico. En este sentido, el deporte fue por delante del tejido social. En la primera mitad del siglo XX, el amateurismo y el veto a los jugadores foráneos no fueron obstáculo para absorber la influencia internacional. Primero, la danesa y la británica. Los suecos han sido siempre grandes admiradores de los equipos ingleses, hasta el punto de que las apuestas que venían de más allá del mar del Norte gozaron de una popularidad inusitada.
Esta visión panorámica fue especialmente lúcida en el periodo de entreguerras. Los clubes suecos comenzaron a contratar a entrenadores procedentes de Centroeuropa, singularmente, húngaros. Así, la selección que ganó el bronce en los Juegos de París’24 estaba entrenada por Josef Nagy. En la segunda posguerra mundial, Lajos Czeizler y Konrad Kalman fueron otros dos técnicos magiares que dejaron huella en el balompié sueco. La crisis económica que azotaba a la mayoría de países europeos favoreció el flujo de talento hacia Escandinavia, menos castigada en la contienda bélica. También era frecuente invitar a clubes centroeuropeos y franceses a disputar amistosos. A su vez, los equipos suecos hacían giras por Suramérica, África y Asia.
El torneo olímpico de fútbol de Londres’48, aparentemente devaluado por el carácter aficionado de los jugadores, fue un llamativo escaparate que atrajo la mirada de clubes italianos y franceses. El papel rutilante del ariete sueco Nordahl le sirvió para convertirse en el primer jugador profesional de su país. En enero de 1949 firmó su primer contrato con el AC Milan. Poco antes, el Calcio había abierto sus fronteras a los fichajes extranjeros, con un cupo máximo de tres foráneos por equipo. Hasta entonces la normativa sólo permitía la alineación de oriundos, esto es, jugadores suramericanos con ascendencia italiana, aunque no siempre rigurosamente acreditada. En 1949 se introdujo un nuevo cambio reglamentario. Los jugadores extranjeros que sumasen un mínimo de cinco años en la liga italiana ya no contarían como tales. Se inauguraba así la era del Calciomercato.
Nordahl no defraudó. Incorporado a mitad del campeonato, el sueco acabó marcando 16 goles en 15 partidos, un tanto menos que su compañero Ricardo Carapellesse. El Calcio iba ganando músculo financiero. Umberto Trabattoni, empresario textil y presidente rossonero, siguió la recomendación de Nordahl. La temporada siguiente (1949-50) fichó a dos de sus compañeros de selección: Gren y Liedholm. La revolución milanista se completó con la llegada al banquillo del mencionado técnico húngaro Lajos Czeizler (4).
El impacto en la liga italiana fue tremendo. El Milan fue subcampeón -cinco puntos por detrás de la Juventus- pero logró el estratosférico registro de 118 goles (5). La pugna por el capocannoniere también fue antológica: se impuso Nordhal (35 goles), por delante del húngaro del Inter Istvan Nyers (6) (30); del ya citado danés John Hansen (7) (28), de la Juventus, y del argentino Benjamín Santos (8) (27), del Torino. No fue casual, pues, que fueran cuatro fichajes extranjeros.
El Gre-No-Li, histórico tridente sueco del AC Milan:
Gunnar Gren, Gunnar Nordahl, Nils Liedholm
El enorme rendimiento de Gren, Nordahl y Liedholm les elevó al estrellato. La prensa y los tifosi bautizaron a este tridente genial con el acrónimo Gre-No-Li. El Milan ganó su cuarto Scudetto en la temporada 1950-51 -44 años después del último-, rubricado con la consecución de la Copa Latina -embrión de la Copa de Europa-. El Gre-No-Li ya era una leyenda viva. En 1953, Gren se fue a la Fiorentina. Sus dos compañeros sumaron a su palmarés otra liga (1954-55) y la segunda Copa Latina (1955-56). Tras ser cinco veces capocannoniere, Nordhal (9) se marchó a la Roma, mientras que Liedholm volvió a ganar el Scudetto en las temporadas 1956-57 y 1958-59. Éste continuó sentando cátedra en el Calcio, gracias a una dilatada trayectoria como entrenador10.
Los equipos nórdicos marcaron tendencia en Londres’48 y provocaron una derivada relevante en el fútbol contemporáneo: la ola migratoria de jugadores suecos y daneses hacia Francia (11) y, sobre todo, Italia (ver tabla inferior). Una mezcolanza que enriqueció el juego e impulsó la industria del deporte.
SUECIA (Futbolistas olímpicos en Londres’48 que jugaron en la liga italiana):
– Gunnar Nordahl > Milan (1949-1956) y Roma (1956-1958)
– Nils Liedholm > Milan (1949-1961)
– Gunnar Gren > Milan (1949-1953), Fiorentina (1953-1955) y Genoa (1955-1956)
– Kjell Rosen > Torino (1950-51) y Novara (1951-1953)
– Knut Nordahl > Roma (1950-1952)
– Bertil Nordahl > Atalanta (1948-1951)
– Sune Andersson > Roma (1950-1952)
DINAMARCA (Futbolistas olímpicos en Londres’48 que jugaron en la liga italiana):
– John Hansen > Juventus (1948-1954) y Lazio (1954-1955)
– Karl Aage Praest > Juventus (1949-1956) y Lazio (1956-1957)
– Jorgen Leschly Sorensen > Atalanta (1949-1953) y Milan (1953-1955)
– Johannes Ploger > Juventus (1948-1949), Novara (1949-1950), Torino (1950-1951)
y Udinese (1951-1954)
– Karl Aage Hansen > Atalanta (1949-1950), Juventus (1950-1953), Sampdoria (1953-1954)
y Catania (1954-1957)
– Ivan Jensen > Bologna (1949-1956)
– Axel Pilmark > Bologna (1950-1960)
– Stellan Nilsson > Genoa (1950-1952)
– Par Bengtsson > Torino (1949-1950)
– Erling Walter Sorensen > Modena (1949-1950), Udinese (1950-1952) y Triestina (1952-1955)
– Dion Ornvold > Ferrara (1951-1952)
(1) El 21 de abril de 1948 comenzó a disputarse la quinta edición. En este torneo competían cuatro selecciones centroeuropeas (Austria, Checoslovaquia, Hungría y Suiza) más Italia.
(2) El máximo goleador de Gran Bretaña fue Bob Hardisty, con tres tantos. Tras el accidente aéreo de Munich (6 de febrero de 1958), Busby le fichó para el equipo reserva del Manchester United. Años después, Hardisty también trabajaría como técnico a las órdenes del escocés.
(3) Raynor fue seleccionador de Suecia en tres etapas distintas. En la primera (1946-1954) ganó el oro olímpico en Londres’48, fue tercero en el Mundial de Brasil’50 y bronce olímpico en Helsinki’52. Tras sentarse en el banquillo de Juventus FC, SS Lazio y Coventry City, en su segunda etapa (1956-1958) hizo al equipo subcampeón del mundo en Suecia’58. Finalmente, regresó en 1961 pero sólo dirigió partidos amistosos.
(4) Czeizler fue entrenador del IFK Norrköping (1942-1948), donde coincidió con Nordahl y Liedholm. Ganó cinco ligas y dos copas suecas. Tras su paso por el AC Milan, fue seleccionador de Italia en el Mundial de Suiza’54.
(5) El récord de goles de la Serie A lo posee el Torino FC con 125 tantos en la temporada 1947-48. Aquella liga fue la única de la historia que disputaron 21 clubes.
(6) Entre 1956 y 1958, Nyers jugó en el FC Barcelona -ausente en partidos oficiales-, CE Sabadell y Terrassa FC.
(7) Entre 1948 y 1955, Hansen anotó 139 goles en 214 partidos de la Serie A.
(8) Santos fue fichado por el Torino FC tras el accidente aéreo de Superga (4 de mayo de 1949). Venía de ser el máximo goleador (21) de la liga argentina con Rosario Central.
(9) Nordahl es el segundo goleador histórico del Calcio (225) por detrás de Silvio Piola (274). Sin embargo, el sueco tiene mejor promedio (0’77) que el italiano (0’51). El actual capitán del AS Roma, Francesco Totti, está a diez goles de igualar a Nordahl.
(10) Con el AC Milan ganó el Scudetto en la temporada 1978-79. En el AS Roma logró un Scudetto (1982-83), tres copas (1979-80, 1980-81 y 1983-84) y fue finalista de la Copa de Europa (1983-84). También trabajó en el Hellas Verona, AC Monza, AS Varese y ACF Fiorentina.
(11) Tras Londres’48, el menudo (1’63 m) interior zurdo sueco Henry Carlsson jugó en el Stade Français. Tras una sola temporada, fichó por el Atlético de Madrid (1949-1953). Marcó 33 goles en 87 partidos.
* Gustavo Da Silva es periodista.
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