Fútbol de hormigón para seguir sumando

por MIGUEL CANALES el 21 diciembre, 2013 • 19:46

1.- Visitaba el Sevilla el Madrigal con dudas en cuanto a cómo podría afectarle la eliminación copera a manos del Racing de Santader –un equipo de Segunda División B–. Y salió de allí reforzado en su propuesta competitiva. Ya suma cinco partidos sin perder y tres victorias consecutivas a domicilio, algo impensable hace dos meses. Comienza a mirar a los puestos europeos de forma cercana y se muestra como un rival al que hay que doblegar porque su fútbol consiste en no regalar nada.

2.- El comienzo de partido nos mostraba dos propuestas con un punto en común y una divergencia clara. Ambos equipos iban a buscar presionar arriba al contrario en el arranque del choque, pero mientras que el Villarreal quería iniciar limpio desde atrás el juego, el Sevilla tenía claro que su salida desde la defensa tenía que ser en largo. Los de Marcelino son un equipo al que le gusta la asociación, y de ahí que su elección de comenzar el juego desde atrás combinativamente suene coherente. Sin embargo, los de Emery han dado un paso definitivo hace unas semanas. Ese paso les lleva a evitar en la medida de lo posible los errores y las pérdidas de balón en campo propio.

3.- Establecido el entorno en el que parecía que iba a desarrollarse el partido, el Sevilla se imponía en la ruta que este iba tomando. Las áreas parecían lejanas para ambos equipos en el arranque del choque, como pretenden los de Nervión en el último tramo competitivo. Emery está tratando de convertir a su equipo en una roca defensiva, pragmática al máximo nivel y que aproveche las ocasiones que se deriven del balón parado o los contragolpes. Y hasta el final de la primera parte lo consiguió.

4.- La pizarra de Emery sacaba a relucir todo su potencial aprovechando las carencias de un Villarreal plagado de locos bajitos a los que les gusta más gambetear que tener que pelear en los balones aéreos. Cada falta, córner o centro lateral suponía peligro para los locales. En una de las múltiples combinaciones de laboratorio que maneja el Sevilla, Cala hizo un gol que sorprendió a todos. Su prolongación entró en la red para dar al Sevilla la ventaja en el marcador. Y ese arte, la prolongación, es donde el equipo de Emery está machando rivales desde la estrategia, donde cada jugada es una sucesión de movimientos ejecutados casi a la perfección desde los envenenados envíos de Rakitic y Reyes.

5.- Pese a que el partido estuviera parcialmente decantado del lado sevillista y que su propuesta fuera reducir el juego a que pasaran las mínimas cosas posibles, los visitantes tenían un hueco que tapar y un problema que solventar. Hernán Pérez, Jaume Costa y Gio ponían en jaque a un Coke que se veía sobrepasado sin las ayudas de Reyes. Las aproximaciones locales se producían única y exclusivamente por el lado izquierdo de su ataque, desde donde podían conseguir profundidad. Pero no tenían respuesta en el remate. A su vez el Sevilla se iba quedando cada vez más empotrado en su campo ante la dificultad para sacar la contra al recuperar. Reyes no daba lo que se le pedía defensivamente ni en ataque, donde debía ser el eslabón –en este caso perdido– entre la recuperación y Rakitic, para permitir contragolpear al Sevilla.

6.- Y fue en un contragolpe donde el Villarreal tuvo su ocasión más clara para empatar. Ahora los sevillistas no suelen hacer concesiones en ese sentido. El blindaje desde un doble pivote formado por jugadores de pierna dura y choque le supone un peaje al Sevilla en la construcción del juego, que entrega gustosamente para evitar los contragolpes del rival. Carriço e Iborra completaron un partido bastante correcto en lo que se les demandaba, cerrar combinaciones interiores del Villarreal, ayudar a los laterales en caso de no retorno de los extremos y no conceder carreras a la contra a los castellonenses. Ambos ejemplifican lo que quiere ser este equipo, un equipo de granito.

7.- Sin embargo, Emery todavía tiene trabajo en ese sentido, porque la calidad de sus hombres defensivos no es de las más altas del campeonato –con la posibilidad de un error grave siempre latente– y los extremos se muestran perezosos en las ayudas. Sabedor de ello, Marcelino hizo un cambio al comienzo de la segunda parte de los que dañan al rival sin perder equilibrio. Pina entraba en el doble pivote para liberar a Trigueros y que este conformara un triángulo de superioridad frente a Coke junto a Jaume Costa y Gio. Quién sabe si este cambio no podría haber resultado ganador de no mediar un doble error en su línea defensiva, regalando el balón primero a Rakitic y después el remate a Bacca para hacer el 0-2.

8.- Pese a la gran montaña por subir, el Villarreal no le perdió la cara al partido y aprovechó los errores comentados de la zaga sevillista. Primero rompiendo la espalda de Coke y luego aprovechando el error de Cala al cometer un penalti que lo dejaba fuera del campo ya superado y sin opción de hacer una jugada defensiva óptima. Perbet metió el penalti para dar fe a los locales de cara a sacar algo positivo del partido en su recta final.

y 9.- El Sevilla no dejó sorprenderse en el epílogo del choque y consiguió que el descuento fuera un trámite en el que casi no se jugó. Ahí se evidenció la diferencia entre ambos conjuntos hoy. Jugó a minimizar errores y aprovechar los rivales junto a su fortaleza en el balón parado. Mientras, el Villarreal mostró una propuesta de juego mucho más atractiva pero, posiblemente, algo falta de mala idea y experiencia. Los de Marcelino quizá fuera demasiado idealistas para un tan pragmático Sevilla que vuelve a Nervión con un gran parche para la herida que tenía abierta tras la eliminación copera.