Fútbol celestial

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Fútbol celestial

por ISMAEL LEDESMA el 23 septiembre, 2015 • 20:56

1.- Todos los partidos tienen su atractivo y todos los equipos sus aspectos interesantes, pero nos faltaría algo en el fútbol si no existieran equipos como el Celta y su primera parte de hoy. Su primera jugada ya fue toda una declaración de intenciones: primero, intento de salir con la posesión del balón; al no conseguirlo, balón largo e intensidad máxima en la búsqueda del rechace. Posesión e intensidad fueron alfa y beta en clave celeste. Mientras los locales jugaban con cinco marchas y sabiendo qué dirección tomar, el Barcelona era un pasajero que intentaba no ser atropellado.

2.- Y por momentos, pareció conseguirlo. No por sacudirse el dominio rival, sino por las ocasiones generadas. Cuando Messi retrasaba su posición hasta el círculo central y giraba sobre su defensor, el peligro era importante. El mismo Messi y Neymar tuvieron ocasiones que Sergio despejó bien. Berizzo situó sobre el argentino a Jonny Castro, cuya función era precisamente limitar las recepciones y posteriores conducciones del diez. No lo hizo en calidad, pero sí en cantidad, y las que tuvo el Barcelona no las supo aprovechar.

3.- Salvo algunoas ocasiones, como en el minuto 10, el partido estaba donde quería el Celta, que presionaba con Iago Aspas por delante, Nolito saltando sobre Piqué y las restantes dos líneas de cuatro ganando metros. Solo Messi y el pase raso de Piqué a Luis Suárez permitían al Barça crear cierto peligro en ataque.

4.- El Celta fue un vendaval. Orellana aparecía por cualquier lado, Aspas hacía daño lanzando la diagonal entre Mascherano y Piqué saliendo por la zona del central catalán, Wass y Augusto llegaban a la segunda jugada y Nolito, simplemente, está en un estado de gracia como pocos jugadores en Europa. Y lo aprovechó, con un centro de Hugo Mallo al segundo palo y una cobertura excesiva de Alves a Piqué. Controló, miró y decidió. Gol por la escuadra del palo largo. Ter Stegen tocó el balón, pero no alcanzó a despejarlo.

5.- Fluidez en el ataque posicional, intensidad y presión caracterizaban al Celta, cuyos jugadores de ataque tenían las mismas fuerzas para encarar que para incomodar al rival en su salida de balón. Así lo demostraron Nolito y Iago Aspas, que encimaron a un Piqué dubitativo y algo lento. Nolito recuperó y Aspas picó el balón por encima de de Ter Stegen.

6.- No se puede decir que el Barcelona no atacara. En ocasiones, lo hizo tanto o más que el Celta. Pero Sergio Álvarez fue un coloso y el Barça estaba negado (Messi tiró al palo). Cuando los culés atacaban sin cesar –con poco orden, pero mucho peligro–, un balón largo del Celta, que alternaba el contraataque con la posesión larga según le convenía, desató la tormenta. Dani Alves corrió hacia él sin pensar que no tenía a nadie por detrás y que difícilmente tenía opciones de llegar al balón. Aspas estuvo (otra vez) más rápido y tuvo tiempo hasta para disfrutar en la carrera mientras se dirigía a la meta de Ter Stegen. Del 1-2 al 3-0. Aciertos y fallos. Acción-reacción.

7.- Volvió a emerger la figura de Sergio Álvarez, un gigante contra el tridente culé. Solo Neymar pudo batirle una vez, aprovechando un pase de Messi a la espalda de la defensa. Diez minutos por delante y una pequeña posibilidad de remontada que pronto se desvaneció. Hugo Mallo ganó una vez más la línea de fondo ante la desubicación, acrecentada esta temporada, de Mathieu en el lado izquierdo. Piqué falló en el despeje y Guidetti solo tuvo que empujar el balón.

y 8.- Los jugadores del Celta están en ese momento en el que todo sale, agigantados por la dirección maestra del Toto Berizzo desde el banquillo, que apostó por una presión valiente y decidida que ahogó a los culés, más allá de Messi. Sería injusto resaltar a alguien en un colectivo de nivel tan alto, pero el guardián Sergio Álvarez fue para Suárez o Messi como Nolito y Aspas para Alves, Piqué o Mascherano. Luis Enrique no encontró respuestas en el banquillo y el actual campeón fue atropellado por un Celta de elevada intensidad, pero, sobre todo, de fútbol celestial.