La época dorada del Real Unión en el fútbol español tuvo lugar desde finales de los años 10 hasta comienzos de los 30, cuando el profesionalismo se instaló en suelo hispano. Uno de los artífices del éxito irundarra en ese tiempo fue Francisco Gamborena, que se encargó de organizar el juego del conjunto blanco durante más de una década. Nacido el 14 de marzo de 1901 en Irún (España), se desempeñaba como mediocentro o medio derecho. Jugador de refinada técnica, inteligencia y colocación, era el líder del equipo desde su posición en el centro del campo. Pese a su corta estatura, tenía una gran presencia y abarcaba una enorme cantidad de terreno de juego, siendo además muy eficaz y rápido a la hora de distribuir la pelota. En el panorama futbolístico fue conocido como Patxi.
Sus primeros pasos en el balompié los dio en el Hispania, hasta que el club desapareció y entró a formar parte de la cantera del Real Unión en 1916. En la entidad irundarra estaría casi dos décadas, siempre como futbolista amateur. Llegó al primer equipo poco después de la conquista de la copa de 1918, aunque no sería hasta el inicio de la década de los 20 cuando se convertiría en uno de los fijos del plantel. Por entonces ya destacaban en el conjunto fronterizo hombres como Patricio Arabolaza, René Petit, Domingo Muguruza, Ramón Eguiazábal, Ramón Azurza o Román Emery.
El estreno de su palmarés fue con el Campeonato de Guipúzcoa logrado de manera consecutiva en 1920, 1921 y 1922. En 1922, el Real Unión alcanzó la final de copa después de vencer al Fortuna de Vigo en cuartos y el Real Madrid en semifinales. Sin embargo, en la final celebrada en el estadio de Coia (Vigo), el F. C. Barcelona de Ricardo Zamora, Vicente Piera, Agustín Sancho, Pepe Samitier o Paulino Alcántara ganó por 5-1.
Un año más tarde no pudieron revalidar el campeonato regional, pero en 1924 volvieron a la senda de la victoria levantando el torneo guipuzcoano y la tercera copa de la historia del club. Sevilla y F. C. Barcelona, este último tras un desempate en San Sebastián, fueron sus victimas antes de derrotar al Real Madrid en la final. En el estadio de Atocha, los irundarras derrotaron a los madridistas por la mínima gracias a un tanto de Echeveste. En aquella final, el mítico Steve Bloomer juntó en el centro del campo a Gamborena, René Petit y Eguiazábal y dominó el partido. Además también jugaron Antonio Emery en la portería, Anatol y Berges en la defensa y Echeveste, Vázquez, Errazquin, Aguinaga y Azurza en la delantera.
La rivalidad con la Real Sociedad en el campeonato regional continuó siendo muy dura, y mientras que los irundarras alzaron el trofeo en 1926 y 1928, los donostiarras lo hicieron en 1927. Precisamente ese curso el Real Unión se tomó la venganza en la copa al eliminar a sus vecinos en un duelo de desempate con sede en Madrid. A continuación el cuadro fronterizo doblegó al Sporting y al Real Madrid y de nuevo llegó a otra final copera. En esta ocasión se vieron las caras con el Arenas de Getxo en Zaragoza. Gamborena capitaneó al equipo al triunfo y con una diana de Echeveste en la prórroga se hicieron con el título.
A finales de la década se inicio una nueva competición futbolística en el país, la liga. El Real Unión fue uno de los equipos fundadores y comenzó el torneo en la primera división. El primer partido lo disputaron ante el Español, que les derrotó por 3-2. Gamborena formó parte de aquel once junto a Antonio Emery, Berges, Petit, Garmendia o un joven Luis Regueiro que anotó los dos goles de su equipo. La temporada fue mala y ocuparon el penúltimo lugar de la tabla con 12 puntos.
En 1929-1930 y 1930-1931, el papel fue mejor y, aunque no consiguieron luchar por el título, terminaron ambas temporadas en mitad de la tabla. Gamborena, en plena madurez, fue uno de los baluartes del equipo y solo se perdió dos choques (Racing de Santander en la 29-30 y Arenas en la 30-31). Además se estrenó como goleador frente a la Real Sociedad en Atocha en la jornada 13 del curso 1930-1931, en un encuentro que acabó 3-3.
Sin embargo, todo se torció en la campaña 1931-1932. Las bajas de Villaverde, Luis Regueiro o Echeveste causaron estragos en el equipo y el Real Unión descendió de categoría. El medio irundarra siguió dos temporadas en la división de plata buscando el ascenso, pero el Real Unión estuvo lejos del Oviedo, el Sevilla y el Atlético de Madrid y no regresó a primera. Su retirada se produjo con 33 años, al término de la campaña 1933-1934.
Con la selección española fue internacional en 20 ocasiones entre 1921 y 1933. Debutó de la mano del trío de seleccionadores formado por Berraondo, Ruete y De Castro en un choque ante Bélgica en San Mamés. España que formó aquel día con Ricardo Zamora, Arabolaza, Pagaza, o Careaga venció a los belgas por 2-0, ambos tantos logrados por Paulino Alcántara.
Estuvo tres años sin ir con el equipo nacional, hasta que en 1924 fue convocado para un amistoso contra Italia en Milán que terminó 0-0. Dos meses más tarde, ambas escuadras volvieron a verse las caras, esta vez en los Juegos Olímpicos de París. Gamborena entró en la lista de Parages, Colina y Cernuda y fue titular en el estadio de Colombes. El duelo fue poco vistoso y atractivo y apenas hubo ocasiones de gol por ambos bandos. Sin embargo la expulsión del medio español Larraza resultó clave para que Italia lograse el control del juego. En los últimos minutos del partido, el zaguero Vallana desvió un disparo de Baloncieri y marcó en propia puerta. España, que era una de las favoritas, cayó en la primera ronda del torneo olímpico.
En los años siguientes, el centrocampista de Irún se hizo con una plaza fija en el combinado español y durante tres años contó todos sus partidos internacionales como victorias. Por entonces apenas había competiciones oficiales y la mayoría de encuentros eran amistosos. Participó de manera activa en triunfos de gran importancia como el 2-1 ante Austria en Les Corts en 1924, el 0-3 frente a Suiza en Berna en 1925, el 1-0 contra Italia en Mestalla también en 1925 o la victoria en Vigo con Hungría por 4-2 en 1926.
La racha duró hasta 1927, cuando en una visita a Bolonia el conjunto italiano venció a España por 2-0. Un año más tarde la selección empató con Portugal en el estadio Da Luz y con los transalpinos en Gijón, y a continuación viajó a Ámsterdam para los Juegos Olímpicos. En la primera ronda aplastaron a México por 7-1 en una magnífica tarde de Yermo, que hizo un hat-trick. Su siguiente adversario sería Italia, que ya contaba en sus filas con futbolistas que serían campeones años después como Rosetta, Caligaris, Schiavio o Combi. La selección, con Benito Díaz y Berraondo en el cargo de seleccionador, saltó al campo con Jáuregui; Zaldúa, Quincoces; Amadeo, Gamborena, Trino; Bienzobas, Cholín, Yermo, Marculeta y Robus y recibió una de las goleadas más importantes de su historia. Al descanso el marcador reflejaba un 4-0 que daba muestra de la superioridad italiana. Yermo acortó distancias, pero Jáuregui encajó tres tantos más en los últimos minutos para el definitivo 7-1. La posibilidad de medalla desapareció e Italia se convirtió en la bestia negra del equipo español.
A partir de ese momento, en la selección hubo un proceso de renovación que incluyó a Gamborena, que no volvió a ser convocado hasta 1931. La suerte no le acompañó y en el choque de su regreso Inglaterra les avasalló por idéntico tanteo al conseguido por Italia en Ámsterdam. Los ingleses estaban dolidos por la derrota de unos años atrás en el Metropolitano y se vengaron de los españoles. Gamborena compartió alineación con futbolistas muy importantes en aquella década como Gorostiza, Samitier, Cilaurren o Ventolrà, pero no pudieron contener el vendaval inglés liderado por John William Smith, Tommy Johnson o Dixie Dean.
Cuatro días más tarde, el 13 de diciembre de 1931, España jugó ante la República de Irlanda y venció por 0-5 para quitarse el mal sabor de boca del duelo de Highbury. Ya en 1932, Gamborena participó en el triunfo frente a Yugoslavia en Oviedo. Y su despedida de la selección se produjo un año después. Fue en un choque mítico para el equipo nacional español, pues obtuvo la victoria más amplia hasta la fecha. El adversario fue Bulgaria y el resultado fue de 13-0, conseguido en el antiguo coliseo de Chamartín.
Al término de su carrera sobre el césped ejerció como entrenador durante casi una década. Dirigió primero al Hércules de Alicante en el curso 1939-1940, aunque en la jornada 17 dejó el puesto pese a ocupar momentáneamente el sexto lugar. Su siguiente destino fue el Alavés en la campaña 1940-1941. Allí ascendió a segunda división tras quedar campeones de tercera por delante de Ferroviaria y Racing Langreano. Para el curso 1941-1942 firmó por el Real Zaragoza, donde se sentó en el banquillo durante siete partidos en la categoría de plata, y luego tomó las riendas de la Real Sociedad, club que descendió a segunda esa temporada. Allí pudo entrenar entre otros a José María Querejeta, Patri, Bienzobas, Roberto Echevarria u Ontoria, pero después de sumar cinco victorias en 26 encuentros el equipo finalizó último. Después de algunos años sabáticos retomó su labor en las filas del Real Oviedo en la campaña 1947-1948. El conjunto asturiano aún contaba con los veteranos Herrerita, Emilín y Antón y consiguió el objetivo de mantenerse en primera división tras terminar en mitad de la tabla. Sin embargo, durante el periodo estival Gamborena se marchó para posteriormente fichar por el Real Jaén en 1949. En tierras andaluzas estuvo una temporada y más tarde también entrenó al Atlético Tetuán.
En 1964 le hicieron un homenaje en un partido entre Real Unión y Osasuna en el Stadium Gal, y además la Real Federación Española de Fútbol y la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes le distinguieron con las medallas de oro y plata. Luego trabajó varios años en la aduana de Irún. Falleció el 30 de julio de 1982 a los 81 años en San Sebastián.
* Alberto Cosín.
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