Francia y el rompecabezas de Deschamps

por el 10 octubre, 2013 • 21:40

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Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé. Así comienza el archiconocido himno francés, un canto nacional y glorioso que apela a un pueblo victorioso. Sin embargo, los días de gloria para la selección francesa de fútbol hace tiempo que ya pasaron. La generación Zidane marcó sin duda una época: primero tumbando a la todopoderosa Brasil en Francia’98 y dos años después dominando el continente en la Eurocopa de Bélgica y los Países Bajos, tras vencer a Italia en la final. Jugadores como Desailly, Blanc, Thuram, Vieira, Deschamps, Barthez, un joven Henry o el propio Zizou marcaron una época exitosa muy difícil de repetir.

Incluso en el Mundial de Alemania’06, los veteranos de esta generación dorada estuvieron a once metros de la gloria. Pero esta vez Italia rubricó la vendetta en la tanda de penaltis. Y se podría decir que allí terminó todo. Se retiraron las grandes estrellas, otras dejaron la selección y el barco se hundió tocando fondo. Con Domenech al mando, de forma consecutiva en 2008 y 2010, les bleus fueron incapaces de ganar un solo partido en la Eurocopa y el mundial. Los tiempos de gloria se habían ido y en la Euro 2012, con Blanc como técnico, se inició la transición.

Pero el banquillo francés quema y mucho. Y de un miembro de la generación Zidane, el testigo pasó a otro. Didier Deschamps se convirtió en seleccionador francés en julio de 2012 con el primer objetivo de llevar a Francia al Mundial de Brasil 2014. A falta del duelo contra Finlandia, ya tiene asegurada la repesca y depende de una debacle española para ser primero de grupo. Así que una vez más los franceses se lo jugarán a cara o cruz. Sin embargo, la 25ª posición que ocupa Francia en el Ranking FIFA y su poco convincente juego son lastres demasiado grandes para la voraz prensa francesa, que exige a les bleus volver a lo más alto.

Los problemas con los que se enfrenta el técnico galo son los siguientes:

  • Falta de un ‘once tipo’: son 43 los jugadores que ha utilizado Deschamps desde que se hizo con el puesto de seleccionador. En solo 14 partidos. El entrenador francés ha variado demasiado en busca de un bloque compenetrado y competitivo. No obstante, parece que el efecto es contraproducente. Solo cinco jugadores –Ribery, Abidal, Benzema, Lloris y Evra– tienen más de cuarenta convocatorias con la selección, lo que demuestra la falta de experiencia del equipo.

Hasta ahora el once que más ha utilizado y que parece tener en mente Deschamps es el siguiente:

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Tan solo hay tres cosas claras: Lloris es el capitán del equipo, Ribery y Valbuena son los encargados de llevar la batuta del juego en cualquier sistema táctico y, por último, Matuidi y Pogba parecen ser fijos en el mediocentro pese a los continuos cambios en la formación. Seguramente Varane se terminará consolidando como el mariscal de la zaga, y si Benzema encuentra el gol, será indiscutible. Pero estas posiciones no tienen dueño fijo y la irrupción de jóvenes promesas hace que la competitividad por un puesto como titular aumente.

  • Falta de un sistema de juego: en solo catorce partidos ha probado tres sistemas distintos. Parecía tener claro que iba a jugar con un solo delantero: Giroud o Benzema. Por ello apostó por un 4-3-3 en sus primeros partidos oficiales con dos extremos abiertos y un centro del campo de contención y llegada. Pese a los buenos resultados con este sistema, en los amistosos trató de introducir el doble pivote y jugar con un 4-2-3-1, pero el equipo solo venció en uno de los cinco partidos en los que lo probó.

A la hora de la verdad Deschamps sorprendió a todos y apostó por un 4-4-2 con dos puntas arriba y con dos mediocentros de músculo. De hecho, a excepción del partido de España, ese ha sido el sistema utilizado en los últimos tres partidos de clasificación para el mundial. Los resultados han sido engañosos, dos victorias ante Georgia (3-1) y Bielorrusia (2-4) y un empate (0-0) en Tiflis que les alejó de la primera plaza del grupo. Aunque han sacado buenos resultados, han tenido fases horribles en los partidos, como la primera parte en Minsk o el partido en Georgi,a donde no fueron capaces de marcar estando obligados a ello.

  • Falta de un líder: desde la rebelión de Knysna en el 2010, cuando los jugadores de Francia causaron un motín contra Domenech, se evidencia la falta de un verdadero líder en el vestuario con los galones necesarios para influir en el entrenador. Así sucedió con Zidane en el 2006 y desde la marcha del genio marsellés nadie ha tomado el relevo. Desde Francia siempre piden que ese peso lo soporte Ribéry (el más veterano del equipo), pero el jugador del Bayern parece huir de ese papel. Otro hombre pesado como Evra fue señalado como uno de los líderes de los problemas en Sudáfrica y perdió cierto respeto del público y la federación. La esperanza ha llegado con la vuelta de Abidal, un jugador veterano y con los galones suficientes como para no morderse la lengua con Deschamps, pero siempre manteniendo el respeto. También han visto en Pogba o Matuidi posibles líderes sobre el terreno de juego, pero a uno le falta experiencia y al otro, carisma.
  • Falta de gol y el expediente Benzema: hasta que Ribery no marcó el 1-1 de penalti en Bielorrusia pasaron 526 minutos desde el anterior gol, un récord negativo histórico. Cinco partidos son muchos para que un conjunto del nivel de Francia no anote un solo tanto y significa que el equipo no gana. Hecho que repercute directamente en el Ranking FIFA y que complica mucho el sorteo de la fase de clasificación para próximo mundial.

Cuando un equipo no marca, el principal culpable es el delantero, en este caso Karim Benzema. El jugador del Real Madrid no marca con el combinado nacional desde junio del 2012, cuando marcó un doblete en un amistoso contra Estonia. Eso significa dos cosas: ser carne para los periódicos y diana para los pitos y burlas de los aficionados. La presión le está pudiendo y las pocas ocasiones que tiene no las consigue materializar. Para explicar qué es lo que aporta al equipo y lo que el conjunto necesita de él, mejor leer lo que dijo en rueda de prensa previa al amistoso contra Australia: «Hay varios tipos de nueve. Los hay que no marcan, pero que aportan otras cosas. Yo estoy en ese grupo. No tengo en mente marcar, tengo en mente que mi equipo gane. Y si marco, todavía mejor. Aunque claro que debo ver puerta, no le vas a pedir a un delantero que haga el trabajo de un mediocentro». El problema de Benzema es que se aleja del área. Su gran habilidad técnica hace que quiera colaborar más en la creación del juego, abandonando las zonas de remate y dejando el área despoblada. Quizás, junto a Giroud en punta pueda aportar más que cuando juega como única referencia. Deschamps lo sabe, pero parece que ya se ha cansado de intentar sacar rendimiento a Karim delante y que Giroud –en muy buena forma– le ha quitado el puesto como delantero centro.

  • Presión sobre el seleccionador: el banquillo francés es un asiento caliente, si no que se lo pregunten a Domenech, quien vivió un infierno de 2006 a 2010. A Blanc también le pasó factura la responsabilidad de dirigir a los del gallo y rechazó renovar. A Deschamps las cosas parecían irle bien hasta que perdió en París contra España y encadenó cinco partidos sin marcar. Fue entonces cuando se abrió la caja de pandora y las carencias del equipo se hicieron públicas. Nadie entendía la titularidad de Benzema, tampoco que escorase a Valbuena a la banda derecha, los frecuentes cambios de sistema, la falta de un once tipo y, por encima de todo ello, la falta de una idea de juego. Además, su porcentaje de victorias es el peor de la historia de un seleccionador francés, con solo cinco victorias en catorce partidos. Un lastre que pesa y mucho en un país con tanta tradición balompédica.
CONTINUO RELEVO GENERACIONAL

El triunfo francés en el Mundial sub-20 y en el Campeonato de Europa sub-19 deja claro que la generación que viene es de gran nivel. Algunos de sus integrantes ya han debutado con les bleus, mientras que otros jugadores que están brillando en Ligue 1 pueden hacerse su hueco.

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  • Portería: Ruffier es uno de los porteros más regulares de la Ligue 1 y así lo demuestra en cada partido con el Saint-Etienne. El bajo nivel de Mandanda o los años de Landreau pueden hacer un sitio al vascofrancés.
  • Defensas: jugadores como Umtiti (O. Lyonnais) y Zouma (Saint-Etienne) demostraron tanto con la sub-20, como con sus equipos, que son jugadores a tener en cuenta. Ambos son rápidos, fuertes y maduros pese a su juventud. Similar al caso de Mangala (Porto), que es indiscutible en su equipo y ya ha debutado con Francia. La prensa francesa pide relevo en el lateral izquierdo y el elegido es Digné (PSG). Sin embargo, los pocos minutos con los que cuenta hacen que el dúo Evra-Clichy no se tambalee.
  • Centrocampistas: aquí es donde hay overbooking de pivotes: Sissoko, Matuidi y Pogba parecen ser los fijos en las convocatorias. Sin embargo, jugadores como Kondogbia (Monaco), Guilavogui (At. Madrid) o Imbula (O. Marsella) parecen tener algo que decir en las próximas listas. Los candidatos, del mismo perfil, tienen cosas que no aportan los otros tres fijos: tienen más rigor táctico en defensa que Pogba o Sissoko, están más acostumbrados a pisar el área rival y mejoran a Matuidi en fortaleza física y centímetros. Con otro perfil está Rabiot (PSG), que cada vez cuenta más para Blanc, aunque parece aún poco experimentado.
  • Atacantes: Remy Cabella (Montpellier) está a un nivel extraordinario. El joven mediapunta está llamando con fuerza a las puertas de la selección y no extrañaría a nadie su convocatoria. Por otro lado, Lacazette (O. Lyonnais) parecía que iba a consolidarse con Francia tras su debut, pero el mal momento de su equipo le afecta directamente. Y finalmente está Riviére (Monaco), que sale a más de un gol por partido y que puede ser el goleador que la selección está buscando.

Ssi hemos necesitado todo este espacio para explicar qué le pasa a Francia, es obvio que para Deschamps sea un complejo rompecabezas. Pero por ello se caracteriza por ser un ganador nato, por no rendirse nunca y por hacer competir a sus jugadores hasta el último vestigio de esperanza. Y ese suspiro victorioso es lo que quiere llevar a les bleus para encontrar de nuevo los días de gloria que la selección alcanzó. Y así, con orgullo, vengarlos o seguir su camino, como concluye la marsellesa: Nous aurons le sublime orgueil. De les venger ou de les suivre !

* Marc Pons es periodista.

– Foto: Franck Fife (AFP) – FEP/FFF




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