Pocos dudábamos de que esta temporada recién finalizada sería la de la confirmación de Marc Bartra como una de las realidades más evidentes de la factoría blaugrana. La negativa de Tito Vilanova a reforzar la retaguardia, el ocaso de Puyol y el escaso número de efectivos en el centro de la defensa aventuraban que sí, que este era el año de la irrupción del canterano en la maquinaria barcelonista.
El tarraconense despachó una pretemporada notable y el curso se inició con la esperada y obvia permutación para dos puestos de la terna Piqué-Puyol-Mascherano.
Los problemas acontecieron pronto, con el argentino en estado de shock tras el partido de vuelta de la Supercopa en el Bernabéu y las constantes lesiones de la línea de flotación culé. Con Piqué y Puyol entre algodones, Vilanova decidió apostar por la experiencia reconvertida de Song en vez de por Bartra. El camerunés evidenció graves problemas de adaptación a su fugaz rol y en el primer enfrentamiento liguero ante el Real Madrid, Adriano acudió al rescate en el eje central. Bartra no debutó en liga hasta la jornada 9, en la que jugó diez minutos circunstanciales en Vallecas con el marcador 0-4 favorable al Barcelona. Tres días antes había disputado su primer partido como titular ante el Celtic en Champions.
Las participaciones esporádicas del canterano resultaban difícilmente explicables en esa situación de precariedad defensiva, aunque nos viene a la mente el refranero de Vilanova: “Si Iniesta no fue titular hasta los 23 años, ¿qué os hace pensar a vosotros que podéis serlo con 18?”. Con Puyol ya de baja definitiva, es significativo que el primer partido como titular de Marc Bartra en la liga fuera en la jornada 29 ante el Celta de Vigo, tres días antes de que el Barça iniciara su eliminatoria europea ante el PSG. En París se lesionó Mascherano y a la vuelta, su sustituto, Adriano, lo que despejaba el camino a la titularidad a Bartra a la hora de la verdad, ante el peor rival posible, el coco de cocos: el Bayern München. Allí estaba Bartra en el momento decisivo de la temporada, con la liga ya decidida y apenas 700 minutos jugados hasta el momento, esparcidos en trece partidos, de los que solo cuatro fueron completos, dos de ellos de copa. Entregado a los leones, Marc mantuvo el tipo como pudo en una semifinal que supuso la caída de un imperio. El soberano repaso de los alemanes en semifinales obligó a los blaugrana a ganar la liga cuanto antes para alejar fantasmas y distraer las voces discordantes. El Barcelona saltó ya campeón al Vicente Calderón, a falta de cuatro jornadas de liga, en la última participación de Marc Bartra en la temporada. Los últimos encuentros fueron un reflejo de lo que fue el año, con una plantilla exhausta y erráticamente gestionada, que consiguió el récord de los 100 puntos como colofón a un curso agridulce.
Marc Bartra finalizó el curso con 16 partidos disputados, la mitad como titular, repartidos en 902 minutos, siendo tras un testimonial Dos Santos el jugador de la plantilla menos utilizado por Tito Vilanova. La situación excepcional de la temporada, con la línea defensiva constantemente penalizada por las lesiones, añade más relevancia e incomprensión a la situación vivida por el canterano, llamado, por clase y talento, a ser el futuro central titular en la zaga blaugrana. La búsqueda de un central de prestigio por parte del club, unido a la competencia de Piqué, Mascherano, Puyol e incluso Adriano, estos dos con sus correspondientes problemas físicos, podría cortar de cuajo la progresión de Bartra, que se vería relegado a un rol de, cómo mínimo, cuarto central del equipo. El jugador ha afirmado que no se plantea una cesión, aunque si atendemos a los números y a la llegada segura de un central de postín, quizá la mejor manera de acumular minutos, experiencia y fútbol esté lejos del Camp Nou. Por otra parte, y atendiendo de nuevo a las citas de Tito, quizá el míster blaugrana tiene previsto ir introduciendo al canterano con más regularidad en la dinámica del equipo la próxima temporada: “Hay que dejar madurar el tiempo de los chicos y de sus entornos”. Habrá que esperar para conocer la respuesta en un nuevo curso blaugrana en el que habrá más de un frente abierto por resolver.
* Sergio Pinto es periodista.
– Foto: Reuters
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