"Todo lo que no está creciendo está muriendo. Crecer significa aprender y transformarte cada vez en una mejor versión de ti mismo". Imanol Ibarrondo
El azar no tiene límites. Estos días he conocido una historia casi minimalista pero que habría cambiado radicalmente el rumbo del Barça. Sucedió en marzo de 1973. Los cuartos de final de la Copa de Europa enfrentan a los dos mejores equipos del momento: Ajax de Ámsterdam y Bayern de Munich. El partido de ida es un escándalo: los holandeses entrenados por Stefan Kovacs aplastan por 4-0 (Haan, Mühren, Haan, Cruyff) a los alemanes de Udo Lattek. La eliminatoria está sentenciada y no solo por el resultado: el Ajax del “fútbol total” lamina a Beckenbauer, Breitner, Hoeness, Müller y compañía, que regresan desesperanzados a casa. Dos semanas más tarde se disputa la vuelta en el Olympiastadion de Múnich, pero entre los 22 jugadores hay una baja sensible: Johan Cruyff, capitán del Ajax, que alega encontrarse enfermo para no ser de la partida. Sus compañeros se lo toman muy mal. El Bayern gana aquel encuentro por 2-1, pero resulta eliminado. El equipo holandés acabará conquistando su tercera Copa de Europa consecutiva (derrotando al Real Madrid en semifinales y a la Juve en la final) antes de ver cómo su gran rival germano ganaba las siguientes tres ediciones.
Aquella derrota en Múnich y la ausencia de Cruyff tuvo consecuencias serias: reunida tras la final continental, la plantilla del Ajax decide votar la capitanía de la siguiente temporada y, contra todas las evidencias, Piet Keizer es el elegido en lugar de Cruyff, que acoge con un enfado notable la decisión, hasta el punto que esa misma noche se inclina por abandonar el club. Pero el mismo día, Rinus Michels, entrenador del Barça, ha recibido una oferta que parece irresistible: Gerd Torpedo Müller, delantero centro del Bayern, que el año anterior (1972) ha logrado nada menos que 85 goles (récord que ahora puede superar Leo Messi), está dispuesto a fichar por el Barça. El plazo para decidirse es breve: 48 horas.
Michels, amante del fútbol físico y contundente pese a que cierto revisionismo quiera asimilarle al juego de posición, es partidario del fichaje de Müller. Agustí Montal tiene encima de la mesa otra propuesta: Hugo Cholo Sotil. Y en ese momento, Cruyff pierde la capitanía del Ajax por votación de sus compañeros. Cor Coster, suegro y representante de Cruyff, llama a Montal, con quien lleva dos años largos de contactos y le confirma que el genio del Ajax está maduro. Michels tiene, pues, que decidirse en muy pocos días. Montal y Carabén presionan a su técnico y, finalmente, Sotil y Cruyff son los elegidos, vistas las dificultades que surgen ante la presión que el gobierno de la República Federal Alemana ejerce sobre el Bayern, prácticamente vetando el traspaso. El Barça le dice no al Torpedo.
Sotil firma el 12 de junio de 1973; Cruyff el 18 de agosto. Keizer será capitán del Ajax, pero abandonará el fútbol al término de la nueva temporada. Müller ganará tres Copas de Europa consecutivas y el Mundial del 74. El futuro del Barça quedará por siempre marcado por Cruyff. Para bien. Si en lugar de Johan hubiese llegado Müller quizás se habrían ganado más títulos a corto plazo, pero indudablemente el Barça sería distinto a lo que es hoy.
– Fotos: Masahide Tomikoshi – Horst Müller – FC Barcelona
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