1.- El entrenador del Sevilla, Unai Emery, comentó en la previa que el partido de vuelta de la semifinal «será largo y duro pese a que el 3-0 es un buen resultado». Lo fue durante poco más del primer cuarto de partido, a partir del primer gol y la aparición estelar de un Banega brillante, todo quedo visto para sentencia. Los minutos restantes del primer tiempo más toda la segunda parte, fueron un constante choque de los locales contra Sergio Rico, M’Bia y las piernas de los visitantes que repelían cada esférico que tenía como destino la valla del joven y prometedor portero.
2.- Vincenzo Montella ideó un once inicial basado en un 5-3-2. Gonzalo Rodríguez central con Savic a su derecha y un inseguro Basanta a su izquierda, Joaquín y Marcos Alonso como carrileros. Pizarro fue el mediocentro posicional y encargado de cada inicio en la salida del balón. Matías Fernández y Borja Valero fueron los interiores con Ilicic y Salah en punta de ataque. Por el lado de los andaluces, un 4-2-3-1 con el doble pivote formado por M’Bia y Krychowiak, Banega de mediapunta, Vidal y Vitolo los extremos y Bacca como finalizador.
3.- Pese a los dos primeros minutos con un Sevilla que sorprendió e intentó liquidar el pase a la final, la Fiorentina no se amilanó y aceptó el intercambio de golpes que dejó como resultado momentáneo a un equipo español perpetrado en su arco y sin conexión ni noticias de Banega y Bacca. Vidal y Vitolo permanecían muy ocupados por sus respectivos flancos ante las proyecciones incesantes de Alonso y Joaquín respectivamente. A este ataque local por los costados se le añadió la recepción de la dupla de ataque Ilicic-Salah quienes hallaban espacios a espaldas de M’Bia y Krychowiak, quienes de forma gradual fueron recuperando metros y obstruyendo el carril central (el polaco se posicionaba de forma reiterada como tercer central, aprovechando su juego aéreo).
4.- Inicialmente los españoles sufrieron por su sector derecho con las combinaciones Borja-Salah, más tarde Ilicic, Mati y Joaquín inauguraban el otro lado sin consumar ocasiones claras pero con llegadas que terminaban en córneres como el que cabeceó Gonzalo Rodríguez, quien hizo lucir a Rico -lo del guardameta fue una constante-. Los de Florencia presionaban la salida de su contrincante, esto impidió que el rival (acorralado) detuviera el ritmo de juego.
5.- De un balón parado local mal ejecutado a una falta lateral innecesaria y apresurada de Pizarro sobre Vidal con amarilla incluida para el chileno. Banega centró a media altura, Kolodziejczak arrastró la marca al primer palo y por detrás, Bacca se adelantó a Savic para adelantar a los suyos a placer. Fue el 0-1 cuando menos se imaginaba. Cinco minutos más tarde llegó el 0-2 para aniquilar toda ilusión de los espectadores en el Artemio Franchi. Otra vez Banega con mucha precisión envió una falta lejana al segundo palo con destino en Coke, Borja se despistó y el lateral desplazó el balón hacia el área pequeña; Basanta no acabó de rechazar y Carriço empujó debajo de la portería la pelota a la red. Silencio total y jugadores locales cabizbajos.
6.- Con una ventaja imposible de desperdiciar, los pupilos de Emery continuaron con su repliegue y dentro de su comodidad en este aspecto, generaban ocasiones posrobo ante un elenco nervioso, impreciso y fastidioso. Banega comandó cada acción y se guardó el partido en el bolsillo. Replegado, ordenado y esperando la recuperación (cada transición ofensiva olía a desastre local) para lastimar, se fueron unos primeros cuarentaicinco minutos de dominio y control sevillista tras los goles.
7.- En el complemento Montella cambió a Pasqual por Balanta. Alonso se posicionó como central y el recién ingresado como carrilero por izquierda. Sergio Rico seguía a lo suyo, desesperando a Salah e Ilicic en una misma jugada. Banega era sustituido (Iborra) debido a su tarjeta amarilla y a un merecido descanso como también tuvieron Bacca y Vitolo (Gameiro y un Reyes de buen último tramo de temporada) en los minutos posteriores. Por momentos parecía un amistoso de pretemporada, unos más que conformes esperando el pitido final casi sin querer hacer más daño y los otros rendidos pese al sempiterno peligro de Salah.
y 8.- Tras varios centros de Pasqual, córneres y disparos de larga distancia; Ilicic tuvo el premio con una pena máxima que envió por encima del travesaño. El monólogo italiano en el segundo acto no tuvo recompensa ni para tan siquiera maquillar el marcador. Los del sur de España jugarán por segunda vez consecutiva la final de la Europa League, tras vencer al Benfica en Turín la temporada pasada. Esta vez el rival será el sorprendente Dnipro ucraniano que irá a Varsovia con el cartel de presunta víctima ante una entidad que ha hecho propio este certamen. Otro éxito para Emery con todo su equipo de trabajo y para el fútbol español que tiene un participante en cada final continental y la posible ocasión de enviar cinco representantes en la próxima Champions League.
* Nicolás Quiroga.
– Foto: Maurizio Degl’Innocenti (EFE)
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