"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
Habitualmente, los juegos de los Marineros de Seattle suceden cuando el resto del mundo duerme, a causa al huso horario del Pacífico estadounidense. Esta vez, Félix Hernández lanzaba a plena luz del día, como si fuese destino que el mundo entero pudiese admirar su perfección.
Llegado el séptimo inning (séptima entrada), ya todo el mundo del baseball se concentraba en el venezolano: ningún jugador de Tampa Bay había conseguido pisar la primera base. Tensión máxima para el último tercio del encuentro y sin embargo el “Rey” transpiraba serenidad con la mirada relajada de quien sabe lo que tiene que hacer, como un niño que juega en el patio de su casa. El último out cayó por la vía de los tres strikes y entonces comenzó la fiesta: el venezolano de 27 años lograba un juego perfecto en victoria 1-0 sobre los Rays. The perfect game
Un juego perfecto no es cosa de todos los días, ni todas las temporadas. De hecho, en la historia de más de un siglo de Major League Baseball, este es apenas el 23° juego perfecto. Para tener una idea quizás más clara de lo que significa, hay que considerar que actualmente, en la temporada regular de MLB, se juegan 2.430 juegos (partidos). Si bien es cierto que el baseball es un deporte de equipo, todo el equilibrio está concentrado en el pitcher: de su control depende la evolución ofensiva del equipo contrario aunque bien depende del apoyo al bate de sus compañeros para poder ganar el juego.
El caso de Félix Hernández es bastante particular. Seattle es actualmente el peor equipo de la Liga Americana (una de las dos que componen la MLB) y la pobre labor de sus compañeros tanto a la ofensiva como la del resto de los lanzadores ha impedido que el nacido en Puerto Cabello, en la casilla de “juegos ganados”, no tenga cifras acordes a su calidad. Sin embargo, la historia del criollo ha servido para romper paradigmas históricos.
En un deporte de estadísticas como el baseball, los tres renglones más importantes para evaluar a un pitcher siempre fueron juegos ganados, efectividad (promedio de carreras permitidas) e innings lanzados; sobre todo los dos primeros. Todo esto hasta que en 2010, Hernández terminó con sólo 13 ganados pero una magnífica efectividad de 2.27 y 249.2 innings lanzados que convencieron a todos de que la calidad individual puede estar más allá del rendimiento colectivo para que se hiciera acreedor del Cy Young de la Liga Americana, premio al mejor lanzador de la temporada. Ahora, con este juego perfecto, el vinotinto está justificando a pulso el sobrenombre que lleva a cuesta desde que era un adolescente, más allá de lo que hagan o dejen de hacer sus compañeros. El Rey ya se ha puesto su corona.
*Félix Hernández nació en Puerto Cabello (Venezuela) el 8 de abril de 1986. Fue firmado por la organización de los Marineros de Seattle cuando apenas tenía 16 años. Debutó en las Grandes Ligas en 2005.
** Glosario con todos los términos del béisbol.
* Alessandra Roversi es periodista. En Twitter: @aleroversi
– Fotos: AP
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