F. C. Augsburg: la historia se escribe ahora

por JUANMA ROMERO el 1 agosto, 2013 • 15:07

Augsburg vivió el Mundial de 2006 de reojo. A escasos kilómetros de las sedes de Múnich, Stuttgart o Nuremberg, esta pequeña ciudad al sur de Baviera no pudo disfrutar en primera persona del acontecimiento que dio el impulso definitivo a la hoy pujante Bundesliga. La poca relevancia histórica del club de la ciudad y su rol como tercera urbe de la región bávara dejaron a Augsburg, como muchas otras ciudades alemanas, sin Mundial. Pero, indirectamente, la cita mundialista trajo consigo el hecho que cambiaría la historia reciente del FC Augburg, su último ascenso a la 2.Bundesliga (tras 23 años de ausencia). Un ascenso que obligaría al cambio de estadio y que serviría como punto de partida para la etapa más gloriosa de este centenario club que se prepara ahora para afrontar la tercera temporada consecutiva en la 1.Bundesliga.

El objetivo del FC Augsburg para esta nueva temporada en la élite parece claro: sufrir lo menos posible. Pero al igual que en las dos anteriores, donde se salvó in extremis en ambas ocasiones, no le será nada fácil. No sólo por el nivel de los rivales que permanecen en la categoría, sino también por los que llegan desde abajo, caso de los norteños del Eintracht Braunschweig, reforzado con el ex del Augsburg Torsten Oehrl; y el de un clásico como el Hertha de Berlin, potenciado con otro ex, Sebastian Langkamp, y con la dirección del holandés Jos Luhukay, responsable del primer y último ascenso del Augsburg a la Bundesliga. Trabajo por delante, por tanto, para un equipo que ha mostrado carencias, sobre todo en la faceta ofensiva. En sus dos primeras temporadas en la Bundesliga, ha estado entre los tres equipos menos goleadores del campeonato.

Para hacer frente a la tarea de estabilizar al equipo entre los grandes, el técnico Markus Weinzierl, en su segunda temporada al frente del club, ha perdido efectivos importantes, pero ha logrado mantener a algunas piezas clave de su proyecto, primer paso para dejar de ser un equipo ascensor. El lateral diestro holandés y capitán, Paul Verhaegh, los “veteranos” Callsen-Bracker y Dominik Reinhardt, el prometedor checo Jan Movarek o el reciente campeón de la Copa de Oro con EE UU Michael Parkurst, seguirán formando parte de un plantel joven (25 años de media) pero experimentado tras dos temporadas sufriendo hasta el último partido. Por tanto, en la línea de tocar lo menos posible se han movido esta verano en los despachos del SGL Arena.

A las ya mencionadas bajas de Oerhl y Langkamp, con papeles testimoniales la pasada temporada, se han sumado las destacadas e inevitables salidas de los surcoreanos Koo Ja-Cheol y Ji Dong-Won, 13 goles entre ambos y de vuelta a Wolfsburg y Sunderland respectivamente; y del retirado guardameta Simon Jentzsch, después de cuatro temporadas en el club bávaro. En el apartado de altas, la tercera pata futbolística de Baviera apenas ha invertido dinero, siendo Mathias Fetsch, delantero procedente de la Regionalliga Südwest (cuarta división alemana), en la que anotó 12 goles la pasada temporada, el único gasto realizado. El austriaco Raphael Holzhauser (Stuttgart) y el griego Panagiotis Vlachodimos (Olympiakos) llegan como cedidos, mientras que el meta Marwin Hitz (Wolfsburgo) y Halil Altintop (Trabzonspor) lo hacen con la carta de libertad. Por las botas del hermano gemelo de Hamit Altintop, ex del Real Madrid, pasará parte del éxito del Augsburg. Su larga trayectoria en el fútbol alemán, en equipos como Kaiserlautern, Schalke o Eintracht Frankfurt, dará un salto de calidad a la necesitada línea ofensiva.

Todo parece indicar que Markus Weinzierl seguirá apostando por el 4-1-4-1 de las últimas campañas, con el objetivo de ser un equipo más fiable, tanto en casa como fuera, y lograr un mayor equilibrio entre defensa y ataque. El juego del Augsburg siempre se ha caracterizado por la poca continuidad, la falta de profundidad y la escasa definición; mientras que uno de sus puntos fuertes ha sido la gran entrega de sus futbolistas y la fe ilimitada de éstos para arañar puntos imposibles.

El Augsburg es uno de los clubes más modestos de la Bundesliga y un modelo de gestión, por cómo rentabiliza lo poco que invierte. Pero esta temporada, técnico y jugadores deben dar un paso al frente, ofrecer algo más, para no quemarse tras jugar con fuego los dos últimos años.

PORTERÍA

Cuna de futbolistas como Bernd Schuster o Helmut Haller, Augsburg también vio nacer a Rudolf Diesel, creador del motor que lleva su mismo nombre. En el equipo de la ciudad, el diésel es, a sus 36 años, el que fuera guardameta del Espanyol, el austriaco Alexander Manninger. Tras llegar libre de la Juventus en el pasado mercado invernal, las actuaciones del curtido guardameta fueron clave para lograr la permanencia la pasada temporada y se antojan más fundamentales si cabe para asentar al equipo, de forma definitiva, en la Bundesliga.

La llegada de Marwin Hitz dará un plus más de competitividad y servirá, en función de lo que aguante el veterano austriaco, de posible relevo para el futuro. Pero ni uno ni otro deberán bajar la guardia ante el joven marroquí Mohamed Amsif, ya internacional absoluto con Marruecos y protagonista destacado en los últimos Juegos Olímpicos con los Leones del Atlas, con actuaciones brillantes como ante España. El joven marroquí ha gozado de bastantes minutos durante la pretemporada, ganándose la confianza de Markus Weinzierl.

DEFENSA

Desde la zona de retaguardia quiere construir el FC Augsburg su propia Fuggerei. Al igual que el proyecto de vivienda social promovido dentro de la ciudad bávara por el adinerado Jakob Fugger en el siglo XVI –el cual resiste el paso del tiempo–, el equipo de Markus Weinzierl busca perpetuarse en la Bundesliga con cimientos fuertes y eso pasa por una base defensiva sólida. Salvo Langkamp, poco se ha movido en la parte de atrás y las cuatro posiciones tienen claros destinatarios.

Verghaegh volverá a ser un fijo en el lateral diestro, el capitán de la selección de Estonia, Ragnar Klavan, y Callsen-Bracker formarán el eje central, y el prometedor sub 21 alemán Matthias Ostrzolek seguirá en el lateral zurdo. El estadounidense Michael Parkhurst, tras su buen hacer en la Copa de Oro, podría tener mayores oportunidades en el centro de la defensa, al igual que Dominik Reinhardt, quien seguirá ocupando un rol secundario aunque, como Parkhurst, pueda jugar tanto de central como de lateral. El canterano Maik Uhde, de tan sólo 19 años, ha podido disputar algunos minutos durante la pretemporada y parece que Weinzierl cuenta con él.

CENTRO DEL CAMPO

No reluce tanto como la impresionante Goldene Saal del ayuntamiento de Augsburg, pero la medular que dispondrá Markus Weinzierl para esta temporada se muestra como la más equilibrada y competitiva de los últimos años. Sin la calidad y el desparpajo de Ji y Koo, pero con la experiencia de Altintop y el potencial de Holzhauser y Vlachodimos, el centro del campo del Augsburg sube un peldaño en cuanto a garantías de mayor estabilidad, aunque con carencias significativas.

La manija la seguirá llevando Daniel Baier, pero seguirá estando ausente de relevo en el pivote defensivo, salvo que el sub-21 Kevin Vogt diga lo contrario. El checo Moravek, que tras renovar hasta 2017 afronta la temporada de su consagración definitiva en el equipo, será el acompañante de Baier en la construcción del juego, mientras que Altintop será el volante ofensivo titular, liberado en la elaboración y más centrado en rentabilizar sus llegadas al área rival. Holzhauser y Hahn ocuparán los costados, con el joven Vlachodimos y el alemán de origen rumano Ronny Philp como relevos. El que estuviera durante seis temporadas en el Bayern Munich, Andreas Ottl, así como el sempiterno Tobias Werner o el canadiense Marcel de Jong, aportarán la dosis justa de competencia a una medular cargada de efectivos y con casi todas las posiciones dobladas.

DELANTERA

Pretender, por tercera temporada consecutiva, seguir formando parte de la Bundesliga anotando 38 o 33 goles, se antoja una temeridad. La misma que tuvo Martín Lutero al emprender su reforma protestante y cuya doctrina básica, el luteranismo, tuvo su origen en Augsburg. Pero Markus Weinzierl, al igual que Lutero, no quiere jusficarse con más milagros. Por ello ha potenciado el ataque con la llegada de Mathias Fetsch, único gasto esta temporada –200.000 euros–, que llega con el aval de 12 goles anotados el último curso. Además, siguen el tosco Sascha Mölders, que parte como titular, y el burkinés Aristide Bancé, aunque este último se fracturó el antebrazo en la pretemporada y tardará en reaparecer. Por último dos procedentes del Augsburg II: Bajram Nebihi, con 1,92 de altura, y Arif Ekin, de tan sólo 17 años; quienes, tras tener algunos minutos en la pretemporada, podrían gozar de alguna oportunidad.

La mentalidad en el FC Augsburg, como buen club bávaro, es la de seguir apostando por un proyecto serio, tanto en lo económico como en lo deportivo, donde el poco gasto no significa una poca ambición. Tres temporadas en la gloria deportiva, para un club acostumbrado a deambular la mayor parte de su centenaria historia por las categorías más modestas del fútbol alemán, son un preciado regalo que hay que saber cuidar. Los cimientos están puestos y Augsburg quiere seguir creyendo y construyendo su nueva historia.

*El FC Augsburg arranca la competición oficial este viernes con la disputa de la primera ronda de DFB-Pokal frente al RB Leipzig (20h.) y debutará en competición liguera en casa ante el Borussia Dortmund, el próximo 10 de agosto (15:30h.)*

*Juanma Romero es periodista.

Seguir a @JuanmaRomeroSER

– Fotos: FC Augsburg – Fred Fredrichshafen (Augsburger Allgemeine)