El Elche es otro equipo desde el parón navideño, y una de las claves, conjuras aparte, es la continuidad de Fayçal Fajr en la mediapunta. No porque sea su demarcación ideal –que también–, sino por una serie de matices que esta circunstancia aporta al equipo. El francomarroquí jugó en la zona de manera ocasional a principios de temporada (en las derrotas ante Eibar y Celta), cuando su sitio más visitado solía ser el asiento del banquillo. Tras varias derrotas y probaturas, Fran Escribá le dio continuidad en el once. Sin embargo, siempre partía desde un costado, donde los errores no se pagan tan caro. Aunque en la izquierda demostró sentirse algo más cómodo al poder recortar hacia dentro y disparar o filtrar un pase con su pierna derecha, el rendimiento global fue pobre. En el nuevo año, el equipo ha adquirido mayor fluidez a la hora de sumar puntos y ganar partidos. A su vez, el entenador ha decidido situarlo al fin donde más le gusta y donde la afición pedía a gritos. El cambio se ha notado para bien.
Si intentamos entender la tardía decisión, cabe aportar pistas como el reciente y ligero aumento de musculatura acorde al salto de competición (vino procedente del Caen de la segunda división francesa, con el que ascendió a Ligue 1). Escribá también comentó hace poco que le ha costado adaptarse a lo que le pedía. Además, el entrenador del Elche tiende al conservadurismo. Lo cierto es que ahora son varias las ventajas que proporciona Fajr al equipo desde su posición centrada. Para empezar, anteriormente solo destacaban en fase ofensiva Jonathas y Víctor Rodríguez. El catalán jugaba por detrás del brasileño, la verdadera estrella del equipo. En los costados habitaban dos jugadores de dudoso rendimiento, independientemente de los nombres. Ahora Fajr se ha unido al dúo, Víctor no ha visto mermado su caudal partiendo desde un costado y Aarón o Rodrigues se benefician de la visión de juego entre líneas del ’20’.
El conjunto se encuentra hoy más junto, ya que Fajr es el acompañante del punta que más juego mezcla: apoya al doble pivote y tampoco duda en presionar arriba si la ocasión lo pide (un claro ejemplo es el partido ante el Rayo, en el que fue el franjiverde que más corrió). El doble pivote carece ahora de un pivote posicional y especialista en el quite, y además ha sufrido la baja de un indiscutible Mosquera. Paradójicamente, Adrián y Pasalic se van entendiendo y demostrando que el nivel entre los tres es parejo en la actualidad. Si hubiera que poner algún pero, es que Jonathas ha perdido la distracción que Cristian Herrera producía en los centrales, aunque es cierto que el canario debe sumar algo más que lucha para hacerse un hueco en la Liga BBVA. Tampoco está sufriendo demasiado el espigado delantero de Ribeirao das Neves, ya que es autosuficiente y forma un triángulo con Fajr y Víctor que se asocia y se entiende muy bien.
El mediapunta ha aprovechado que Marruecos no ha participado en la Copa África para asentarse en el Elche. Rechazó ofertas de otros países y del Granada para darle el sí a un Víctor Orta que ha visto truncada su labor dada la inhabilitación de la LFP al club por irregularidades en operaciones del personal anterior. Tras unos meses, Fajr ya puede sentir que ha acertado. Podrá conseguir la permanencia de su equipo o no; la plantilla es corta y estará en la pelea el grueso de la temporada. En cualquier caso, se está haciendo un nombre en el panorama del fútbol europeo. A sus 26 años, toca mantener la línea ascendente. Sería una gran noticia para el Elche.
* Óscar Ato.
– Foto: Alejandro García (EFE)
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