Estrellado contra sí mismo

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Estrellado contra sí mismo

por ALBERTO PEREZ el 14 febrero, 2013 • 23:21

1.- ¿Alguien recuerda la última derrota del Atleti en casa? Fue menos grotesco. El partido lo ganó Cristiano Ronaldo y fue en abril del año pasado. Esta vez se perdió solo, por desperdiciar dos pases a la red en la línea, por enviar un portero a rematar un córner y porque se hace duro estrellarse de cabeza una y otra vez contra un muro llamado carencias…diez meses después. Algo bueno se habrá hecho mientras tanto.

2.- Se populariza la leyenda del marcador en contra. El Rubin se bebió la pócima y otorgó 85 minutos para demostrar eso de que las estadísticas están para romperlas. Cuando las cosas pasan más de una vez y de dos, la casualidad ya no se usa en el diccionario. Si te toca tener el balón lo que debe correr es la pelota y eso no está en el libro de estilo. Los de rojo y blanco prefieren tener campo para correr ellos.

3.- En el decálogo de Simeone la palabra blando es indecente. Si un equipo sabe que encajar primero es ir a la lona, no debe acariciar con la mirada una simple diagonal de Rondón. Mal coordinados, mal parados y mal solucionado. Al Cata (que parece dar más miedo cuando le miras que cuando le encaras) le salvó el Cholo de una pitada post cambio. Si no repunta, el Sevilla tiene un filón copero con el sustituto de Godín.

4.- Disciplina espartana, prusiana y moscovita la del Rubin. Ganaron casi sin tirar a puerta, pero superaron el estado de revista con la venia de los mandos. Saber insistir en el sufrimiento tiene mérito. Cada uno cuidaba el terreno conquistado, incluso con uno menos. Treinta minutos más y seguirían correteando cual autómatas en la defensa del tesoro.

5.- Recibir un tiro y encajar dos goles es una dura estadística para un portero. Asenjo vive más de lo que fue y prometía que de la realidad. Le pesaron las lesiones, le minaron quienes le adelantaron por la derecha desde la suplencia (De Gea y Roberto) y le discutieron quienes no encontraban aquello que les habían contado. No falló en el primero, pero tampoco paró bien. Dejó el balón en tierra de nadie, donde el tiempo parece querer dejarlo a él.

6.- En el fútbol se juegan dos mitades y pasarse una entera sin tirar a gol es una eternidad. El Calderón no estaba acostumbrado a esto. Los mejores pases de este equipo vienen del rival. Si presiona bien roba y si roba arriba genera peligro. Hoy llegó siempre cuando no debía, un segundo tarde y a veces hasta más. Sin vigor no hay paraíso.

7.- Descifrar por qué un equipo no avasalla o acogota como siempre está al alcance de otro tipo de profesionales. Podría decir que parecían cansados, sin chispa, o quizá algo desmotivados. Del parecer al ser hay mucha diferencia. Lo sabrán los que lo sienten aunque sí constato que no eran los mismos, el porqué lo dejo para otros.

8.- Otras hipótesis: ¿será el interés por la competición? ¿El bajón que cada equipo tiene? ¿Estará pautado? La tesis se encuentra en construcción, pero cualquiera sería condicionada por tanto cemento. El personal ya ha saboreado dos veces la Europa League y todo el mundo se cansa de comer lo mismo. Los jugadores tiraron media parte y los seguidores medio estadio vacío. Semejante frialdad no contribuye a aumentar la testosterona.

9.- Volviendo al partido reseñamos que el Atleti salió a jugar en el minuto 46. Que el Rubin se quedara con diez al bordear el intermedio ayudó un poco, pero no debe interferir en el intento rojiblanco por parecerse un poco más a sí mismo. Digamos que no se quedó tan lejos y que el juego le puso en la tesitura de ataque contra defensa y que se estrelló contra lo que no tiene: toque y calidad.

10.- En este punto cuesta más criticar cualquier referencia a los atributos físicos. Ocurre que todo eso ya no pintaba nada en el partido. No podía correr ni el que quería porque no había sitio. Se trataba de jugar en alambres y baldosas y de eso no hay en el catálogo. Esos defectos ocultos salen a borbotones y minan la confianza. Pese a todo se debió empatar, pero no era el día.

11.- Fallar un gol al lado de la línea suele ser motivo de portada así que cuando fallas dos supongo que no hay sitio ni para encajarlo. Adrián sigue poniéndolo difícil a sus numerosos admiradores. Volverá, pero empieza a tardar más de lo que le podemos cubrir. Justificar un cabezazo extraviado sin más oposición que el gol supone un ejercicio de literatura imposible. Y cuando todavía intentaba construir la explicación se suma el Cebolla con una nueva vuelta de tuerca. Mejor dejarlo así.

12.- Y mientras tanto El Tigre, del que hablamos poco últimamente. En Vallecas marcó y hoy le frenó el travesaño. Empezar así y continuar diciendo que no está bien suena poco creíble. Es tan bueno que las cifras caminan con él para salvarle de malos momentos como este. El parón le ha parado. Ha vuelto un punto menos agresivo, un punto menos rápido, un punto más espeso. Las garras están menos afiladas.

13.- Dos fallos a puerta vacía para una portada y un portero corriendo decenas de metros detrás de un jugador sabiendo que le van a profanar. Así se resuelve el problema de selección. Decirlo ahora parece fácil, pero es cuando toca. No procede enviar a un portero a rematar cuando se va a jugar la segunda parte en Rusia. Eso no parece conveniente y la decisión arbitral directamente no es admisible. El cartel luminoso se saca por algo. Ayer un árbitro no deja sacar un córner con el tiempo cumplido y hoy no solo lo permite sino que concede un contragolpe de veinte segundos de reloj. Eso se llama unificación de criterios.

y 14.- El Cholo ha conseguido que dos derrotas seguidas se perciban como un cuerpo extraño en un Manzanares sereno y caudaloso. Hay crédito más que suficiente para seguir fallando semana tras semana. No obstante será mejor no aprovecharlo porque los extremos en la ribera no están en el campo sino en el ambiente. La felicidad y la desgracia han convivido demasiado por esos lares.