Erwin Vandenbergh: garantía de gol

por el 26 julio, 2014 • 13:09

Uno de los mejores delanteros que ha dado Bélgica al fútbol y el único de su país que ha logrado obtener la Bota de Oro europea. Formó parte de la gran selección de los Diablos Rojos en la década de los ochenta y consiguió ser máximo goleador de la liga belga con tres equipos diferentes (tres veces con el Lierse, dos con el Anderlecht y una con el Gent). Nacido el 26 de enero de 1959 en Ramsel (Bélgica), Erwin Vandenbergh se desempeñaba como delantero. Jugador de buena técnica y excelso rematador, tenía habilidad, oportunismo, astucia y un gran instinto goleador.

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Sus primeros pasos los da en el equipo de su localidad natal, el FC Ramsel hasta que en 1976 fichó por el Lierse. En su primera temporada disputó catorce encuentros, logrando dos goles, pero es a partir de la temporada 77-78 cuando alcanzó la titularidad. Su progresión fue magnífica, cada curso anotó más goles que el año anterior y a finales de década se convirtió en uno de los mejores delanteros del país. La gran explosión tuvo lugar en la campaña 1979-1980, cuando marcó 39 goles en 34 encuentros, consiguiendo el trofeo de mejor goleador de la liga Belga y la Bota de Oro europea superando al húngaro Fazekas y el austriaco Schachner. Comenzó a llamar la atención de varios grandes del continente y recibió ofertas de la Juventus, el Bayern Múnich o el Hamburgo.

Sin embargo, decidió permanecer un par de temporadas más en el Lierse, donde siguió batiendo récords. Obtuvo dos trofeos más de mejor artillero de la liga en 1981 (24 goles) y 1982 (25), y además fue nombrado Bota de Oro belga en 1981, premio que distinguía al futbolista más destacado de la competición doméstica.

El Anderlecht y su presidente Constant Vanden Stock echaron sus redes sobre él tras el Mundial de España y tras pagar 62 millones de francos belgas se hicieron con sus servicios. Allí formó un gran dúo con el también recién fichado Alex Czerniatynski y en su primera campaña bajo la dirección de Paul Van Himst conquistaron la Copa de la UEFA. Se deshicieron consecutivamente de FC Kuopio, Oporto, FK Sarajevo, Valencia y Bohemians de Praga antes de la gran final ante el Benfica. En la ida, en Heysel, sacaron una victoria por la mínima que defendieron en Da Luz con un empate a uno que les dio el título. En aquel conjunto malviblanco destacaban, además de los dos delanteros, sus compatriotas Vercauteren o Ludo Coeck, el hispano-belga Juan Lozano o el danés Morten Olsen. En la liga se tuvieron que conformar con un subcampeonato, mientras que Vandenbergh revalidó el trofeo de artillero más destacado con 20 dianas y compartió junto a Alain Giresse el mismo premio en la Copa de la UEFA, con 7 tantos.

En la campaña siguiente volvieron a quedarse a las puertas en la competición nacional y de nuevo alcanzaron la final de la Copa de la UEFA, aunque en esa ocasión cayeron frente al Tottenham por penaltis en White Hart Lane. El ariete de Ramsel igualó los 20 goles del año anterior en la liga, pero por primera vez en cuatro cursos fue superado en la tabla de goleadores. El año 1985 fue uno de los más importantes en la carrera de Vandenbergh, puesto que inauguró su palmarés a nivel nacional con la consecución de la liga. Después de varios años rozando el título, por fin lo consiguieron, siendo además muy superiores a todos sus rivales y perdiendo solo un partido. Los éxitos no pararon ahí y en el curso posterior revalidaron su hegemonía en el fútbol belga por delante del Brujas. Además, ganaron la Supercopa al Círculo de Brujas y Vandenbergh logró su quinto trofeo de mejor goleador de la liga con 27 goles. Sin embargo, un hecho producido en Navidad había dejado tocado al artillero: el técnico Van Himst había sido destituido y en su lugar llegó Arie Haan, un entrenador con mentalidad defensiva que no agradó a Vandenbergh. Esa fue una de las razones para que abandonase el Anderlecht en verano de 1986 con destino al Lille. Dejó el club de Bruselas después de cuatro temporadas en las que sus números fueron de 162 encuentros y 112 goles.

En el equipo francés se encontró con un técnico belga, Georges Heylens, y su compatriota Philippe Desmet, que le hicieron más sencilla su adaptación. Con los mastínes siguió marcando goles, aunque su promedio bajó respecto a la liga de su país. Su campaña más fructífera fue en 1989, cuando consiguió 14 goles, pero el equipo deo norte de Francia no tenía opciones de conquistar el título y deambulaba todos los años por la mitad baja de la tabla. Compartió vestuario con varios jóvenes que destacarían en los años noventa como Jocelyn Angloma, Bernard Lama o Abédi Pelé, hasta que en 1990 decidió volver a Bélgica para firmar por el Gent.

En la primera temporada vistiendo la camiseta de los búfalos cuajó un gran papel y obtuvo el sexto y último de sus entorchados como máximo goleador liguero, con 23 goles. La campaña fue magnífica y el Gent ocupó el tercer lugar de la clasificación, después de haber comandado la liga durante bastantes jornadas. Ese puesto les dio derecho a participar en la Copa de la UEFA del curso venidero, donde eliminaron a Lausanne Sports, Eintracht de Frankfurt y Dinamo de Moscú, y solo fueron detenidos por el futuro campeón, el Ajax, en cuartos de final. Vandenbergh permaneció dos temporadas más en el Gent, pero fue desplazado de la titularidad y en 1994 puso fin a su aventura en el cuadro de Flandes. Fichó por el RWD Molenbeek, en el que disputó 20 partidos y sumó cuatro goles, y al término de la temporada 1994-1995 colgó las botas con 36 años.

Con la selección belga fue internacional durante doce años, disputando 48 encuentros y marcando 20 goles. Debutó en el partido decisivo de la fase de clasificación para la Eurocopa de 1980 frente a Escocia. Los belgas debían ganar para superar a Austria y lograr el pase y visitaron Hampden Park con Vandenbergh como protagonista. En el minuto 18 se estrenó con un gol que junto con los dos de Van der Elst dieron la victoria por 1-3 y aseguraron su presencia en la Eurocopa italiana.

Convocado por el técnico Guy Thys, participó en los tres partidos de la liguilla ante Italia, Inglaterra y España. En la primera jornada empataron con los ingleses a uno; a continuación vencieron a los españoles por 2-1 en San Siro; y en la última jornada igualaron a cero con los anfitriones, lo que les dio un puesto en la gran final. Con Alemania como rival, Vandenbergh vio desde el banquillo la derrota por 1-2 tras un gol a poco del final de Horst Hrubesch. Bélgica había juntado una gran generación de futbolistas en la que destacaban Jean-Marie Pfaff, Eric Gerets, Frankie Van Der Elst o Jan Ceulemans.

Su siguiente gran objetivo fue obtener el billete para el Mundial de 1982, y para ello debieron enfrentarse a Chipre, Irlanda, Holanda y Francia en el Grupo 2 europeo. Vandenbergh fue el estilete con 5 goles y ayudó a que los Diablos Rojos liderasen la liguilla por delante de los franceses, consiguiendo así regresar a un mundial tras doce años de ausencia. En tierras españolas el sorteo les deparó como adversarios a Argentina, Hungría y El Salvador. En el debut, en el Camp Nou ante a la albiceleste, Vandenbergh cuajó un gran papel y marcó el gol que dio la victoria por la mínima a su equipo. Frente a los centroamericanos cosecharon idéntico resultado y contra los europeos el empate a uno les sirvió para pasar como primeros. En la segunda ronda buscaron junto a Polonia y la URSS un hueco en semifinales. Sin embargo, se vieron claramente superados por ambas escuadras y después de perder por 3-0 ante los polacos y 0-1 contra los soviéticos quedaron eliminados.

Selección de España en el Mundial'82 (Camp Nou)

Selección de España en el Mundial’82 (Camp Nou)

Unos meses más tarde, Bélgica su camino para la Eurocopa de 1984. Tras superar a Suiza, la RDA y Escocia y con 4 goles vitales de Vandenbergh consiguieron clasificarse. El delantero seguía siendo un fijo para Thys y la Eurocopa no pudo tener mejor comienzo para Bélgica. Derrotaron a Yugoslavia por 2-0 en Lens con un gol del artillero de Ramsel y lideraban el grupo tras la primera jornada. Las malas noticias llegaron a partir de entonces, sobre todo después de encajar un severo correctivo por parte de Francia (5-0). En el último duelo ante los daneses se jugaban la clasificación, pero en un intenso choque acabaron cayendo por 3-2 y volvieron a casa.

La última gran cita a la que acudió Vandebergh fue el Mundial de México de 1986. En la clasificación perdió peso en la selección y solo disputó cuatro encuentros. Uno de ellos fue en el decisivo playoff los Países Bajos, una eliminatoria durísima que se decidió en la vuelta tras un gol in extremis del defensa Georges Grun (1-0 en Bruselas y 2-1 en Róterdam). En México, el sorteo les emparejó en el Grupo B con los anfitriones, Paraguay e Irak. En el estreno contra los mexicanos, donde perdieron por 2-1, el ariete marcó el gol de su equipo, pero también se lesionó en el menisco y no volvió a actuar en todo el torneo. Posteriormente, ante iraquíes y guaraníes sumaron tres puntos (1-2 frente a Irak y 2-2 ante Paraguay) y ocuparon la tercera posición del grupo, lo que les hizo verse las caras con la URSS en octavos de final. El partido frente a los soviéticos fue uno de los mejores del torneo y tuvo que decidirse en el tiempo extra, donde los Diablos Rojos se impusieron por 4-3. En cuartos de final, contra la España de Butragueño, Michel, Víctor Muñoz o Señor, llegaron a los penaltis y tras el fallo de Eloy y el acierto de Ceulemans, se presentaron en semifinales. En el Estadio Azteca de México, un Maradona en el mejor momento de su carrera destrozó a su defensa y con dos goles les apartó de la final. Cerraron su participación en la Copa del Mundo de 1986 con el choque por el tercer puesto frente a Francia, que les doblegó en la prórroga por 4-2.

Tras no acudir Bélgica a la Euro de 1988 y no ser convocado para el Mundial de Italia 90, Vandenbergh se despidió del equipo nacional en un duelo clasificatorio para la Eurocopa 1992. Disputó los noventa minutos ante Gales en Bruselas en un encuentro que finalizó 1-1.

Después de dejar el césped inició una breve experiencia por los banquillos. En 1995 dirigió al SK Tongeren de la segunda división belga y luego tomó las riendas del KVC Westerlo y Sint-Niklaas SK. Regresó tiempo más tarde al Westerlo para trabajar en las categorías inferiores cuando su hijo Kevin, que estaba en la cantera del club.

En 2007 fue condenado por falsificación teniendo que cumplir seis meses de libertad condicional y pagar una multa de 2.500 euros. Además tuvo que indemnizar por daños y perjuicios a su exmujer y su hijo.

* Alberto Cosín.




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