"El modelo de juego es tan fuerte como el más débil de sus eslabones". Fran Cervera
Transcripción de la entrevista realizada a Eric Abidal en el programa ‘El món a Rac1’.
Pregunta.- ¿Cómo te encuentras?
Respuesta.- Bien. Muy bien. En forma.
P.- ¿Haber superado un cáncer te hace ser una persona diferente?
R.- Seguramente que ahora ya veo la vida diferente. Aparte de eso, soy la misma persona.
P.- El cáncer es una palabra que todavía no está bien asumida en la sociedad, todavía es una palabra extraordinariamente desagradable. ¿Cuándo sentiste tú que te hablaban por primera vez del cáncer?
R.- Es verdad que es una palabra muy fuerte. Cuando hablas con los doctores al principio estás un poco asustado, pero después te explican un poco…
P.- ¿Te acuerdas del primer día?
R.- La fecha exacta no, pero hace ya dos años. Me acuerdo que fui al hospital para hacer exámenes para el club y de repente ya me sale el tumor, entonces era mala suerte.
P.- ¿Te acuerdas del doctor que te lo comunica?
R.- Sí, Xavi Fonts.
P.- ¿Cómo reaccionaste?
R.- Bastante mal y bastante bien. Mal porque la palabra es muy fuerte y bien porque siempre tengo mentalidad positiva. Le dije que me lo tenía que sacar y ya.
P.- ¿Estabas sólo?
R.- No, estaba con mi señora, ella llorando porque tuvo muchos problemas en su familia. Y ella pensaba que casada con niñas y todo perfecto…y que otra vez la mala suerte le tocaba. Ella sabía que estaba ahí ayudándola también.
P.- ¿Los médicos te dijeron: “tranquilo te curarás”? ¿O no te dicen eso?
R.- No. Me dijeron que iban a cortar el trozo del hígado donde estaba el tumor y rezar para que el tumor no tocara venas porque se podía reproducir otra vez. Después de un año la mentalidad es igual.
P.- ¿Estabas convencido de que en ese momento te tenías que operar?
R.- Sí, claro.
P.- ¿Tenías miedo?
R.- No, porque yo soy jugador de fútbol y ellos son cirujanos y la verdad es que son muy profesionales, ya saben de qué hablan y el trabajo que hacen.
P.- ¿Cuántos años tienen ahora tus hijas?
R.- La mayor nueve, siete y cuatro en noviembre.
P.- ¿Se lo decís a las niñas?
R.- No, sólo decir que papá está mal y que está en el hospital, pero los detalles no. La mediana, viendo la televisión y todo ya sabe un poco más de la enfermedad y pregunta muchas cosas.
P.- ¿Recuerdas a quién llamas? Es decir, hablas con tu mujer, pero ¿llamas a alguien del equipo o a algún amigo tuyo francés?
R.- No. La primera vez a mis padres, a mi hermano, hermana, los suegros y ya está. Después comunicado al club y toda la gente. Pero a mí de mi vida no me gusta hablar. Cuanto menos se sabe mejor.
P.- Cuando llegas al vestuario, el club hace un comunicado y tú avisas personalmente a todo el equipo. ¿Te acuerdas de la reacción de tus compañeros?
R.- No. La verdad es que después…me acuerdo que había Mascherano, Puyol, Xavi, Leo, Pinto… Bueno, los jugadores que están más cerca de mi taquilla, Pedro también. Hablé primero con Pep para decirle ‘tengo esto’ y lo mejor es que lo dijeran ellos ya que a mí no me gusta hablar mucho.
P.- ¿Cómo reaccionó Pep?
R.- Es difícil, porque tiene a un jugador de su plantilla enfermo y seguramente es duro. Él sabía que mis palabras eran de luchador y entonces no había ningún problema conmigo.
P.- ¿Te acuerdas de cuando Pep lo comunicó en el vestuario la noticia?
R.- Sí. Dijo que le había pedido hablar y el tumor que tenía, que me lo tenían que sacar y a recuperarse rápido.
P.- ¿Y la reacción del equipo?
R.- Seguramente que todos asustados, pero es una enfermedad que cuando te toca seguro que afecta a mucha gente, pero yo estaba aquí para animar a la gente y decir que no era nada y que ya volveré.
P.- Xavi dijo que era el golpe más duro de su carrera deportiva. ¿Es verdad que eras tú el que les animabas a ellos?
R.- Sí, yo me acuerdo de una mañana que vine para decir que me curarían seguramente, que no se preocuparan por mi salud y que lo mejor para ellos venía en partidos de Champions y que había que ganar.
P.- ¿Crees que te has convertido en un símbolo?
R.- Sin querer puede ser porque nosotros, ya que estamos delante de las cámaras, la gente nos puede ver más que otras personas. Con la personalidad que tengo pues tenía que luchar, por mí, por mi familia, por las niñas, mi mujer, mis amigos y toda la gente que me quiere, porque sabemos que la vida es complicada y como creo mucho en Dios y las cosas que nos da él para luchar y que podamos salir de esto.
P.- ¿Te acuerdas de la primera operación?
R.- No mucho. Me lo pincharon y me lo quitaron, pero fue rápido.
P.- Cuando despiertas, lo primero que preguntas es cómo ha ido, ¿no?
R.- Mi señora me dijo que todo había ido bien, todo perfecto. Después ya podía andar, me costaba porque tenía la herida con puntos, cuesta pero al final sales.
P.- ¿Tenías miedo en ese momento que el cáncer se pudiera reproducir?
R.- Sí, porque antes mi pregunta era que me lo tenían que decir todo porque necesito saber todo lo que puede pasar. No quiero sorpresas. Estaba preparado y por eso me pusieron en lista de espera durante un año por si acaso y después de la recaída ya sabía lo que había.
P.- ¿Cuando te operan la primera vez ya sabes que necesitas un trasplante?
R.- No. Me han puesto en lista de espera por si acaso.
P.- Justo después pasa la enfermedad de Tito. ¿Habláis mucho vosotros dos?
R.- Cada situación es diferente, pero sí hemos hablado. Le he dado yo la pelota a Tito, me la devolvió, le tiré otra vez pero espero que esta pelota ya se queme.
P.- Muchas veces una persona que supera un cáncer, como es tu caso, en eso que comentamos de convertirlo en un símbolo, es muy bueno hablarlo con gente que lo padece. ¿El diálogo entre personas que padecen esta enfermedad es importante?
R.- Sí, sobre todo porque ya he visto que en la sala en la que estaba había mucha gente que luchaba y tenían más problemas que yo. La verdad es que en el aspecto mental es muy difícil y si no tienes gente a tu alrededor que te ayude no puedes salir fácilmente. Las palabras mías eran animar a la gente y yo estaba jodido. Son palabras pequeñas, pero suficientes para animarlos.
P.- ¿Ser creyente te ha ayudado?
R.- Sí. Ayuda a mucha gente.
P.- ¿Y a ti te ha ayudado?
R.- Sí, de todas maneras todo lo que me toca digo que es gracias a Dios, tanto lo bueno como lo malo.
P.- Te vas recuperando y llega el momento en el que te tienen que hacer el trasplante. ¿Te acuerdas de cuando te lo dicen?
R.- En febrero del 2012.
P.- ¿Cómo reaccionas en aquel momento?
R.- Yo ya sabía todo el plan. Después de la primera vez he preguntado qué puede pasar y si pasa eso lo quw hay que hacer. El segundo, el tumor crecía mucho más rápido que la primera vez. Por eso hemos ido más rápido para buscar un donante vivo.
P.- Por eso era muy importante buscar una persona que te pudiera dar un hígado. Y es tu primo. ¿Cómo aparece?
R.- No estaba sólo él. Hay que buscar mucha gente. Había mi mejor amigo, que era compatible, y después eligen los cirujanos para ver cuál encaja mejor, pero mi primo ya está bien.
P.- Y le dicen a tu primo, eres tú. ¿Tú estabas el día que le dijeron a tu primo que era él?
R.- No porque en principio yo no quería. Donante vivo no quería porque como yo sabía toda la historia y como los médicos me dijeron que el donante que da tiene más riesgos que el que recibe… Entonces que sea mi amigo o mi primo… si le pasa algo, ¿cómo me voy a hablar con su madre? O con mi tía o con la madre de mi amigo. Y como crecía más rápido el tumor había que tomar esa decisión.
P.- A medida que iba creciendo el tumor, imagino que tú te ibas preocupando más y más.
R.- Sí, no podía moverme, no podía viajar, porque al principio se hablaron de muchas cosas, de jugar sólo partidos en casa, luego no jugar más, esperar llamadas… Son muchas cosas, pero estaba preocupado por el tiempo.
P.- ¿Decides tú que sea tu primo?
R.- No. Son ellos. Mi mujer ya ha llamado a mucha gente, muchos primos y él dijo que sí, sin dudarlo y después los doctores se lo explicaron. Al final eligen los cirujanos. La verdad es que le sigo felicitando porque es más símbolo él que yo, la estrella es él.
P.- ¿Cómo está?
R.- Collonut. Está muy bien, está en Barcelona.
P.- Para ti, es la primera persona que entra en el cielo.
R.- Sí, con mi primo ya tenemos historias, ya se ve que es buena gente y de pequeño ya estaba mucho con él.
P.- Esta semana comentabas en Telefrance que el dolor que padeciste en el trasplante fue tan grande que pediste incluso a los médicos el coma inducido.
R.- Me acuerdo que era un domingo y que vomitaba a la noche lo que comía a la mañana y de repente me vino un dolor horrible y le decía al doctor que me ayudara y le dije que me pusiera en el coma porque no podía más, no sé que me pincharon para dormirme y al día siguiente vino el cirujano y me dijo que me tenían que operar. Él me dijo que no sabía cómo había aguantado el dolor.
P.- ¿Entonces te operaron después del trasplante?
R.- Sí. El día 30 de abril para quitarme el líquido que tenía. Al final he tenido tres o cuatro operaciones.
P.- ¿Por qué soportaste tanto dolor?
R.- Porque tengo familia. Tengo niñas pequeñas y tenía que luchar para mí, para ellas, para mi señora, que ya ha tenido una vida muy complicada antes.
P.- Hace dos semanas, cuando te volvieron a convocar para jugar el partido, cuando debutaste otra vez, hablamos con tu médico y calificó tu recuperación de milagrosa.
R.- Si soy caso único es difícil tener comparación. Los cirujanos y médicos tenían muchas dudas en mi recuperación, en si era posible volver a jugar y en todo. Yo tenía un objetivo y hasta que no llegaba a él luchaba para llegar. Es dar ejemplo a gente que hay cosas que son imposibles pero pueden ser posibles.
P.- La operación fue muy larga, casi once horas.
R.- Mi primo entró a las ocho de la mañana y yo a las diez. A las tres de la mañana ya estaba en la UCI.
P.- ¿Sabías que había ido muy bien?
R.- Sí, yo no hablaba pero si mi señora, mi madre…
P.- ¿El objetivo en el primer momento cual fue?
R.- La salud de mi primo. El objetivo antes fue hacer vida normal pero eso para mí era jugar a fútbol. Mi objetivo era volver al fútbol.
P.- ¿En algún momento pensaste en no volver nunca más a jugar a fútbol?
R.- Si no podía iba a luchar para jugar algunos minutos, para acabar en el terreno. Es decir, despedirme del entreno y decir muchas gracias y ya he hecho el esfuerzo de jugar tres minutos. Pero más pasaba el tiempo y más aguantaba.
P.- ¿En algún momento estuviste muy deprimido?
R.- No. No es deprimido porque la verdad es que me he quedado mucho rato en el hospital y necesitaba salir porque la habitación era pequeña, las paredes… En la primera ni había ventanas, no ves ni la luz del sol, nada. Es como un búnker, horrible.
P.- Perdiste mucho peso, ¿no?
R.- 19 kilos. Flaquísimo. Todavía me queda por recuperar. El doctor me dijo que estuviera tranquilo y que volvería a coger peso y me han dado barras de proteínas y dieta pero el problema es que como comía por venas pues no es igual. No podía andar, no haces deporte, pero me hacían masajes en los brazos.
P.- Cuando hablábamos de que tu lucha había sido ejemplar, ¿has tenido ocasión de hablar con gente que está esperando un trasplante para animarla?
R.- Tengo muchas peticiones, gente que me quiere ver, hablar conmigo… La suerte es que vamos a ver niños con el club y fui a ver otros pacientes que estaban en hospitales diferentes. Es difícil porque cada caso es diferente y cada persona aguanta más o menos el dolor, pero las palabras mías son siempre positivas. Hay que luchar, tienes familia, tienes hijos. Luchar para ellos, para ti. Después también hay que tener un poco de suerte.
P.- En la presentación del Libro Relats solidaris, el libro que fuiste a presentar, ¿es verdad que dijiste que te encargarás de un hospital?
R.- Sí, del mío, pero es de alzheimer. Está en Clermont-Ferrand, en Francia. Lo tengo desde hace dos años y medio.
P.- ¿Es verdad que vendiste todos los coches que tenías?
R.- Sí, la verdad es que me gustan los coches, pero ya sabes que todo es material y eso no te da la salud. Era mejor vender los coches y yo hablaba con Gallina Blanca para dar comida a la gente y es un placer después hacerlo. Cuando te toca una enfermedad ya quieres hacer muchas cosas, pero al final te pierdes. Ahora es imposible que en 2013 haya gente que vaya a las basuras y busquen comida.
P.- El otro día el gobierno español rebajó un 20 % las subvenciones al trasplante y la donación de órganos. Vimos como tú te ponías las manos en la cabeza.
R.- Claro, porque hablando de esto estaba con mi señora hablando para hacer la Fundación Eric Abidal. Si bajan de un sitio hay que subir en el otro. Lo queremos hacer bien para ayudar a gente. Quiero ayudar para el tema del trasplante y para donantes vivos, para empujar a la gente a que se decida. Salva muchas vidas. Ahora de momento no la puedo hacer porque es mucho trabajo, es para el futuro.
P.- Cuando sustituyes a Gerard Piqué, estás serio, rezas, os abrazáis y entras. Tiene que ser el momento de máxima felicidad deportiva en muchos años, ¿no?
R.- Esto es mejor que levantar una copa, la Champions League, porque hay mucha gente detrás esperando y la verdad es que todo el apoyo y el ánimo que he tenido durante este tiempo después se trasmite en el terreno y te da un empujón enorme. Por eso ya estaba concentrado y muy feliz de poder volver a jugar delante de los aficionados que estaban esperando también este día. También el presidente, la directiva, la familia, toda la gente que conozco, todos me felicitaron y era muy fuerte y lo dije después del partido.
P.– ¿Te encontraste bien?
R.- Sí. Bien.
P.– ¿Entiendes que la gente padezca? La gente se preocupa por si puedes recibir un golpe que te pueda afectar.
R.- Ya. Entreno más fuerte que en el partido y me dan golpes igual.
P.– ¿Estarías para jugar ya? ¿O poco a poco?
R.- Esto depende del míster. Él ya sabe que estoy listo. Me ponen el GPS para saber cómo voy de cardio y todo, de los kilómetros…
P.- ¿Hoy quieres seguir jugando?
R.- Sí, si la salud me lo permite, sí.
P.- ¿Quieres seguir jugando en el Barça?
R.- Depende de ellos. Claro que quiero, pero mi contrato se acaba en junio. Si no hablan conmigo, ¿qué hago yo?
P.- ¿Ya han hablado contigo?
R.- No. Nos tenemos que ver cuando quieran ellos.
P.– ¿Te gustaría que fuera pronto?
R.- Claro. Mejor.
P.- ¿Tienes ofertas para poder marchar?
EA.- Comodín. Paso palabra. Ofertas no tengo, pero tengo muchos contactos. La opción del embajador ya me la dijeron, pero sólo yo puedo decidir mi futuro.
P.- ¿Te gustaría retirarte en el Barça?
R.- Sí, me gustaría, pero esto depende de ellos, no de mí.
P.- ¿El club cómo se ha portado contigo?
R.- Muy bien. He hecho el contrato sin engañar a nadie y eso es lo más importante.
P.- ¿Qué le dirías a la gente que ahora está padeciendo una situación parecida a la tuya y que no tienen la fuerza de voluntad que tienes tú?
R.- Impossible is nothing. Ya lo dije el día del libro. Te voy a contar una historia de un chico que estaba en la sala conmigo, que le dijeron que hay medicamentos que puedes tomar pero contigo hay un 5 % que funcionen pero valen mucho tiene dinero y tienes que ir a América. Este 5% que es muy poco, pues el chico se ha ido a América, compró las pastillas y le va de puta madre. Nada es imposible. Hasta un 1 % o menos, hay que intentarlo.
* Marcos Castro.
– Foto: RAC1
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