El fútbol es un deporte en el que la línea que separa el fracaso del éxito es muy estrecha, en el que los pequeños detalles decantan el partido de un lado u otro. Hasta el sorteo de campo puede decidir un partido. Muchos atribuyen la derrota del Real Madrid en la final de Copa a la falta de acierto de cara a puerta, y está claro que es un factor del juego que influyó mucho en el resultado. La definición es un aspecto del juego que, en mi opinión, puede dar mucho de qué hablar.
Como tantos grandes analistas y entrenadores de este juego han defendido, el fútbol también es un reflejo de las sociedades, de las culturas de los países. Axel Torres, en una magnífica entrevista realizada por Ecos del Balón, se preguntaba por qué la liga japonesa es una liga en la que se necesitan muchas ocasiones para marcar goles y en la que los defensas son poco contundentes, y lo atribuía a la cultura del país. Yo, ahora, también me pregunto por qué el Real Madrid falló tantas ocasiones y el Atlético de Madrid fue el paradigma de la efectividad.
Anteriormente, ya he dicho que en el fútbol influyen muchos factores. Es algo sabido por todos. Uno muy importante es la estabilidad del grupo. El Real Madrid, en estos momentos, es un club rodeado de grandes tensiones tanto dentro como fuera del vestuario. En cambio, el Atlético de Madrid ha encontrado después de muchos años un líder en el cual mirarse, un ídolo, un referente.
El Cholo Simeone ha cambiado la mentalidad del Atleti hasta hacerlo un club extremadamente competitivo. Nadie discute sus decisiones y ha conseguido crear un gran grupo que juega a su gusto y que, diga lo que diga la gente, practica un gran fútbol. Un fútbol en el cual exprime todas las virtudes de sus futbolistas. Ése, para mí, es el buen fútbol. El Real Madrid es el club más difícil del planeta. Todos los factores que lo provocan también son conocidos: vestuario, prensa, etc.
En este contexto, en los últimos meses se ha creado un clima muy caliente dentro de ese vestuario. El incierto futuro de Mourinho, las reacciones a sus últimas decisiones de sentar a Casillas y a Pepe… En mi opinión, todo ha influido para que esa estabilidad que se había conseguido, o eso parecía, el año pasado se haya destruido este año. El Madrid ha seguido creando un gran número de ocasiones, aunque su juego no ha tenido ese nivel tan exquisito que demostró el año pasado, pero a la hora de definir, falló. ¿Por qué? A lo mejor, la falta de estabilidad, ese punto de nerviosismo e incerteza que aborda a los jugadores ha influido.
El Atlético de Madrid ha sido justo ganador de la Copa del Rey. En el fútbol, las excusas no sirven de nada. La justicia es un término muy relativo. La suerte influye, esto es un juego, pero el merecimiento de la victoria lo tiene el que más goles marca. Tener la posesión es una herramienta para marcar, tener ocasiones es tener la oportunidad de marcar, pero ahí está. Merece ganar quien aprovecha la oportunidad. Por eso creo que es muy justa la victoria del Atlético, que fue un equipo muy compacto, aguerrido y fuerte mentalmente.
Tras esta derrota, me hace mucha gracia ver cómo se critica a Mourinho, en especial otros entrenadores de fútbol base. Mucha gente juzga el trabajo del entrenador en base a los resultados, y es lícito, ya que el resultado debería ser casi siempre el fruto de tu trabajo, pero en el fútbol influyen demasiadas cosas que te pueden alejar del éxito y a veces no las controlas. El estatus de un entrenador, a parte de por su trabajo, también depende de factores incontrolables que no dependen de él.
Un entrenador que ha ganado dos Champions, una de ellas con el Inter hecho de descartes de otros clubes y otra con el Porto, un equipo modesto a nivel europeo, que ha llegado a 7 semifinales de las últimas 10 Champions, que ha ganado la liga en los tres países europeos más importantes del planeta fútbol… es criticado por entrenadores de base. Es gracioso. En muchas ocasiones, por poner a uno o por poner al otro. El entrenador es la persona a la que le pagan por decidir y nunca se va a tirar piedras sobre su tejado, siempre va a tratar de poner a los que le ayuden más para conseguir el fin común, la victoria. La crítica y la opinión son totalmente respetables, pero creo que antes de hablar de alguien hay que saber si se es el más indicado y mirarse a uno mismo, sobre todo cuando se habla de este animal de los banquillos.
Lo que para Mourinho es un fracaso, para la mayoría de entrenadores, hasta de élite, es un éxito. El Real Madrid de Pellegrini fue eliminado en octavos de final por el Olympique Lyonnais, en la primera elimibatoria de Copa del Rey tras el desastre del alcorconazo, y también fue segundo en la liga. Sí, Pellegrini, ese entrenador que ahora es admirado por el público y aclamado por los periodistas que eran los primeros en pedir su cabeza cuando era el entrenador del Madrid.
Con esto quiero decir que el banquillo del Real Madrid es, con diferencia, el más complicado del planeta, y que hasta que la idiosincracia del club no cambie, el trabajo del entrenador estará muy condicionado. Ver los toros desde la barrera y opinar es muy fácil. Me gustaría ver a muchos entrenadores en la piel de los profesionales. Si al final Mourinho decide irse y no se toman decisiones drásticas a la hora de hacer la lista de bajas para la temporada que viene, el futuro entrenador ya sabe lo que se va a encontrar. Si el vestuario ha podido con Mourinho, ¿con quién no podrá hacerlo? Manejar las relaciones con jugadores así, con egos tan elevados y, en ocasiones, con poca madurez, es complicado. Hablar es fácil, pero hay que respetar las decisiones del entrenador. Una cosa está clara, uno está en el banquillo del Real Madrid y otros están en el sofá de casa. Por algo será…
* Carlos García Cuesta es futbolista.
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– Foto: EFE
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