Internacional / Champions League 2014-2015 / Fútbol / Crónicas 2014-2015
1.- Resuena en el Calderón una melodía que empapa a cada jugador, a cada técnico, a cada empleado, a cada aficionado. Se escucha que viajan juntos otra vez y que los demás no lo pueden entender. Quizá viviendo la noche frente al Leverkusen no haga falta explicarlo porque cualquiera se uniría a la causa.
2.- Ese coraje y corazón del himno clasificó al Atlético de Madrid para cuartos de la Champions. Cuando el juego no es pleno y las fuerzas están en el límite, aparece el orgullo de los que están enamorados del Atleti. Los de dentro y los de fuera se resistieron a caer, incluso cuando parecía el destino más lógico.
3.- No recuerdo ninguna tanda de penaltis que haya superado el equipo rojiblanco. Sí me viene a la cabeza una pseudoimitación de un panenka por parte de Miranda y una colección de penaltis fallados por un equipo que nunca encontró especialista. Hasta en eso se rebelaron.
4.- Fernando Torres tuvo algo más que coraje y corazón para afrontar ese quinto penalti. La palabra no es reproducible, el efecto sí. Sobre su cabeza pendían cientos de lanzas dispuestas a ajusticiar el supuesto fichaje basura. Si lo hubiera celebrado con una mano en la boca, habría sido tan certero como su disparo.
5.- El Leverkusen mandó dos penaltis al cielo, como si hubieran escuchado los cánticos de llamamiento a Luis Aragonés y el abuelo hubiera imantado cada disparo. Ahora da toques a esas dos pelotas tras haber cumplido su misión.
6.- La otra la detuvo Oblak. Este tipo de partidos reservan cosas como esta. El héroe que nadie espera aunque, nada más suplir al lesionado Moyá, todos sintiéramos que iba a serlo. Una lesión le sacó y me temo que otra le va a dejar en la portería hasta el final de la temporada.
7.- Al Atlético le van las gestas. Cuanto más dramático sea, más bonito será escribirlo en los libros. Hubo sangre, la de Rául García; dos lesiones, Moyá y Mandzukic (como en Barcelona); litros de sudor y por supuesto lágrimas. En la grada y en la alfombra mágica de Arda Turan.
8.- El turco es el guerrero más artístico de la historia. No miró los penaltis. Rezó de rodillas sobre su alfombra mágica dando la espalda a los pateadores. En ella, antes había bailado para ofrecer los momentos más hermosos del juego. La grada está enamorada de él.
9.- Había empezado mal el subcampeón de Europa. El efecto Cani no cambió las cosas. Seguía faltando fútbol y el Leverkusen merodeaba la portería. El afortunado gol de Mario Suárez, tras rebote en Toprak, despertó a todos del mal sueño. Mejoró el equipo y también la grada. El olor a despedida se transformó en esperanza.
10.- Según pasaban los minutos crecía el Atlético y menguaba el Leverkusen. Koke se multiplicó en el lugar de un Gabi suplente y trató de dirigir las operaciones. Faltó mayor inspiración en los de arriba, que no terminan de marcar diferencias. Fue un ataque siempre prudente. En ningún momento se olvidó el peligro que amenazaba a la espalda.
11.- El partido defensivo fue impecable. Jesús Gámez se ha ganado el sitio con su trabajo silencioso y entiende como nadie la filosofía de este equipo. Además, los centrales estuvieron impecables. Lo de Giménez, con su edad, empieza a resultar asombroso. Puso de pie a la grada más de una vez.
y 12.- Y en el alambre, con ese juego repleto de ilusión y a veces confusión, pero siempre llevado por el deseo y aliento de 55.000 cholos, llegaron los penaltis. Ese drama llevado al extremo que hoy tiene al Atlético en cuartos. No está como el año pasado, cierto, pero está y la venta de aspirinas ha empezado a distribuirse entre sus futuros rivales.
* Alberto Pérez es periodista.
– Foto: Ángel Gutiérrez (Atlético de Madrid)
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