1.- Se fue Pep al vestuario. Arriba, sobre el césped quedó el Pep Team.
2.- El Pep Team empieza su segunda etapa: la de la madurez. En la adolescencia obtuvo 14 títulos, el número sacrosanto de Johan, padre futbolístico de este conjunto que ha roto moldes por su competitividad, amplificado exponencialmente dicho legado por un Pep Guardiola que da un paso al costado, pero que por siempre será leyenda del fútbol mundial, mejorando a todos sus maestros.
3.- No estaban motivados, decía ese entorno cainita y miserable, indocumentado y vano. Bastaron 22 segundos para confirmar la credibilidad de semejantes afirmaciones que nos martillearon los oídos durante semanas. Estaban desmotivados, desganados, enfrentados entre sí, peleados con el entrenador, quien a su vez no se hablaba con el sucesor, otro incapaz…
4.- Veintidós segundos frenéticos que convocaron a un aquelarre futbolístico. Veintidós segundos para comprobar que ni la más acertada de las defensas individuales podría frenar la ola que se le venía encima a un Athletic manifiestamente mejorable.
5.- La alineación bilbaína proponía jugárselo todo al uno contra uno. Y en ese territorio todo fueron derrotas, una acumulada encima de otra. En apenas dos minutos, tres ocasiones clamorosas, un gol y todos los fusibles de Bielsa chamuscados. El Barça tenía algo más que el balón: también el espacio. ¡Lo tenía todo!
6.- Xavi adelantado, Pedro por derecha, Busquets encima de Llorente, balón blaugrana, espacio blaugrana, dinámica blaugrana. Una apisonadora taladrando víctimas rojiblancas. Messi como amenaza palpitante, Pedro el eléctrico estirando el equipo desde esa febrilidad inagotable con la que compensa sus defectuosos controles. Alexis diamante en bruto por pulir, nido de errores pequeños, motor del desbarajuste bilbaíno por su exuberancia en el esfuerzo.
7.- Cito antes que nadie a Pedro y Alexis porque se constituyen en los dos grandes socios de Messi. Con ellos en pista, el avión despega a velocidad supersónica porque Alexis barre cuanto encuentra por delante y Pedro estira la lona rival hasta rajarla. Ellos tres, primeros defensas del Barça, permiten jugar al revés y son la plataforma a partir de la que controlar el balón, dominar los tiempos y someter rivales.
8.- Estadística incalculable: la cantidad exorbitante de hombres libres que ha generado el Barça, facilitado por el marcaje individual ordenado por Bielsa a campo completo, un pecado de inocencia ante un equipo que se deleita en el 1vs1. Exorbitante producción de hombres libres entre líneas, con Xavi desatado e Iniesta cabalgando a lomos de los espacios vacíos, repartidor de dulces y golosinas. Factor decisivo en la final: un equipo que construye esa incalculable cantidad de hombres libres difícilmente puede ser frenado.
9.- La Fatiga cognitiva. Con la mente fresca, el Barça es una apisonadora. Lección importante para Tito, que deberá evitar la repetición de semejante riesgo. No es la frescura de piernas, sino de mente. Como en la final de Wembley del pasado año, cuando este Barça puede afrontar sus retos con la mente fría y despejada es imparable. Dado que el rigor competitivo exige jugar cada tres días, a Vilanova le espera el interesante reto de combinar intensidad constante y gestión de la frescura.
10.- Por detrás de delanteros que defienden y medios que construyen hombres libres, el triángulo defensivo Piqué-Mascherano-Busquets se erige como prototipo del jugador concentrado para anticiparse en la transición defensiva, para mantener la posición en defensa organizada y para iniciar los ataques con su conducción punzante.
11.- La suma de los factores desemboca en una manada de elefantes desbocados, con las turbinas de Messi encendidas a toda potencia, escorado a derecha para sajar hacia dentro el cuerpo presente del Athletic. Una manada que arrasa las compuertas que levanta Bielsa, haciendo astillas el castillo, 3-0 en menos de 25 minutos, otra exhibición para recordar.
12.- Pelea el Athletic por un gol que le meta en un partido imposible. Podría haberlo encontrado en un agarrón de Piqué a Llorente o en el arreón tras el descanso, arreón de la mano de Ander que dura exactamente hasta que Xavi ha descendido a la base cerca de Busquets. Exactamente 8 minutos de la segunda mitad, dos tímidos disparos a portería como balance total.
13.- Segundo tiempo de larga despedida para Pep, transcurrida entre movimientos defensivos intensos; contragolpes en los que Messi busca superar la jugada de Maradona y la suya propia ante el Getafe; el simbolismo de Keita sobre el césped, inamovible en toda final; y un detalle que no puede obviarse: en su primer día dijo Pep que defenderían con uñas y dientes hasta el último saque de banda rival. Y así ha sido: hasta el último saque de banda del último minuto de su último partido.
y 14.- Último vals para el emperador Guardiola. Pistoleros disfrazados de violinistas. Señores del espacio, magos del balón, artistas de la posición, Barça líquido, fútbol magmático y fluido, sin forma aparente, equipo de números mentirosos y conceptos impostores, equipo que sin gente en las áreas golea y se defiende mejor que nadie. Haría falta un libro entero para detallar la riqueza futbolística que dejan estos cuatro años de Guardiola. Adiós adolescencia, empieza la madurez. Se ha ido Pep. Se queda el Pep Team.
– Fotos: Miguel Ruiz & Álex Caparrós (FC Barcelona)
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