Jueves 15 de noviembre de 2012. Cielo gris y encapotado en la ciudad verde de la Baja Sajonia. Ambiente de nerviosismo y muchos interrogantes en los campos de entrenamiento cercanos al Volkswagen Arena. Un buen número de curiosos, centenares de periodistas además del señor Stephan Grühsem, miembro de la junta directiva del VfL Wolfsburg y jefe de comunicaciones de la Volkswagen AG, y el doctor Francisco Javier García Sanz, presidente del VfL Wolfsburg y directivo de la Volkswagen AG, estaban esperando al hombre elegido para cambiar el rumbo de la primer plantilla masculina que navegaba como un barco a la deriva con un resultado que parecía inminente: el naufragio.
Tras la destitución de Felix Magath, necesaria no sólo por factores deportivos, la cúpula del club, y por ende, la cúpula de la gigantesca multinacional alemana, estuvieron buscando la manera de cambiar la imagen deteriorada y dañada del club. Lo primero de todo era separar las funciones de director deportivo y entrenador, ya que el resultado de unirlas en el pasado había tenido como resultado el desastre absoluto a nivel deportivo y de imagen pública. Por tanto, el primer objetivo era encontrar al director deportivo perfecto para la reconstrucción del club: un hombre capaz de construir equipos campeones, con experiencia al máximo nivel, que conozca a los futbolistas, un hombre cercano, con influencias, inteligente, que sepa hablar con la prensa y que tenga poder de atracción en los futbolistas y en los aficionados.
Un nombre surgió sobre la mesa. Había sido un antiguo objetivo del club pero en su momento rechazó la oferta y el VfL decidió firmar a Dieter Hoeness en su lugar. Pero sus discrepancias con Willi Lemke y por primera vez, unas pérdidas de más de 13 millones de euros, producto de la no clasificación para competiciones europeas, abrían una puerta a su contratación. ¿Sus méritos? Aparte de los propios como futbolista profesional, entre los cuáles se incluye la consecución de una Eurocopa y una Bundesliga, era la creación de una máquina de competir en el Werder Bremen, junto a Thomas Schaaf. En los trece años que estuvieron juntos, ambos ganaron una Bundesliga y dos DFB-Pokal.
El objetivo estaba claro y Martin Winterkorn, presidente del consejo de administración de la Volkswagen AG y amigo personal de la persona en cuestión, dieron el visto bueno al fichaje y no pusieron pegas en una posible tasa de transferencia que tuviera que pagar el club al Werder Bremen. Con el beneplácito de Lemke, no así el de Schaaf, Grühsem y García Sanz; estaban preparados para anunciar el fichaje más importante de los últimos años en el club. Klaus Allofs se convirtió en el nuevo director deportivo del VfL Wolfsburg con un contrato hasta 2016 y con un salario anual de entre tres y cinco millones de euros. Tiene un trabajo hercúleo ante sí, pero sus primeras palabras fueron alentadoras: “Estoy preparado. He tenido un presentimiento”.
A pesar del buen hacer de Lorenz-Günther Köstner, un hombre que siempre estuvo allí cuando el club le necesitó, Klaus Allofs decidió apostar por Dieter Hecking como el nuevo entrenador de la primera plantilla. Su fichaje sorprendió ya que al menos para el 1.FC Nürnberg, fue un poco inesperado y precipitado ya que a pesar de que al principio se negaron, acabaron claudicando ante el interés de Hecking en firmar por el club de la Baja Sajonia. La oportunidad de entrenar en un club con estrellas y la no necesidad de venderlas cada año, el proyecto interesante que le expuso Allofs y la cercanía de Wolfsburg a Bad Nenndorf, ciudad donde reside su familia, hicieron de la oferta del club de la Volkswagen una oportunidad irrechazable.
Así pues, Hecking firmó y se marcó dos objetivos: asegurarse la permanencia y empezar a trabajar con la plantilla de cara a la temporada siguiente, donde las exigencias serían altísimas. Sus números la temporada pasada no fueron extremadamente brillantes pero empezó a dar tranquilidad a los jugadores salvando la temporada y dejando las cosas claras, hablando con los jugadores sobre lo que quería de ellos y siempre con la verdad por delante, algo que muchos jugadores agradecieron.
Realmente nunca hubo miedo de descender ya que Hecking sabía que con muy poco que forzara a esa plantilla que tenía, los puntos llegarían y se preocupó más de seleccionar a los jugadores válidos y empezar a imponer sus ideas. El equipo tan sólo ganó cinco partidos en Bundesliga; pero es que perdió tres, y dos de ellos contra equipos que estaban muy por encima como el Bayern y el Schalke. El partido en el Mage Solar Stadion contra el Freiburg, donde el equipo dio una lección de fútbol ofensivo brutal, marcó una racha de diez partidos sin perder, con dos primeras partes ante el Dortmund y ante el Eintracht Frankfurt sensacionales. También llegaron a las semifinales de la DFB-Pokal donde claudicaron contra un Bayern que estaba en modo rodillo.
Si uno mira los números de este arranque de temporada, uno podría pensar que el equipo ha empezado mal, algo incorrecto. Para ser un equipo que se está empezando a conocer, el fútbol desplegado está siendo más que satisfactorio con varios momentos de absoluto deleite. Han conseguido nueve puntos de dieciocho posibles, con tres derrotas que engañan si uno no ha visto los partidos. En la primera derrota contra el Hannover, el equipo estuvo muy perjudicado por las dos expulsiones que dejaron al equipo con nueve jugadores durante más de 30 minutos. Aun así, el equipo dominó en el arranque del encuentro y Schäfer, ya con 9, pudo empatar el partido. La derrota contra el Mainz se podría haber evitado si el asedio al que sometieron al conjunto de Maguncia en la primera parte hubiera sido efectivo y ya con la expulsión de Luiz Gustavo, el partido fue imposible de remontar. Contra el Leverkusen dominaron en la primera parte y Luiz Gustavo estrelló un balón en el larguero poco antes del descanso. El cansancio por los compromisos internacionales y la expulsión del antes mencionado jugador brasileño decantaron el partido para el conjunto de la farmacéutica alemana.
El fútbol físico y agresivo de Magath dejó paso a un fútbol, todavía en pruebas, de toque, gusto por el control de la pelota, con mucha combinación entre líneas y un elevado número de centros al área desde las bandas. El Nürnberg de Hecking era un equipo aguerrido, seguro, y compacto; más preocupado por defender y contragolpear que otra cosa. Pero el preparador de Castrop-Rauxel ha decidido adaptarse a los jugadores que tiene y ha apostado por el fútbol bonito y de calidad, recuperando y centrando al mejor Diego Ribas y juntándole con gente de la calidad de Ja-Cheol Koo, Vieirinha, Ivan Perisic o Maximilian Arnold.
Wolfsburg es uno de los pocos equipos de la liga que puede, sabe y le gusta jugar en estático. Tiene el centro del campo perfecto para tocar y mover la pelota. La vuelta de Ja-Cheol Koo tras cesión creó una duda, o más bien un temor en Hecking. Él no quería un equipo partido con un centro del campo defensivo, que era lo único que podía alinear, pero la llegada de Luiz Gustavo dio sentido a todo. Koo está siendo reconvertido a pivote para que el equipo tenga una salida de balón excelente, clara y para liberar a Diego. Luiz Gustavo da equilibrio y le cubre las espaldas aunque también tiene capacidad para construir. Es una pareja nueva y con un mediapunta reconvertido a pivote, así que tendremos que tener paciencia pero la apuesta puede salir bien y demuestra el atrevimiento de Hecking.
Por delante de ellos se presenta una línea de tres mediapuntas de una calidad notable. Diego Ribas es el cerebro del equipo. Él pone el ritmo que quiere y maneja el tempo del partido a su antojo. Koo le libera de la construcción para centrarse más en buscar a sus compañeros en zonas peligrosas. Hecking le ha dado toda la responsabilidad al brasileño y le ha colocado en el centro tras la insistencia de Magath en colocarle en una banda. Es el jugador que más faltas recibe por partido de la Bundesliga.
A su derecha está la magia del portugués Vieirinha, otro jugador que contaba poco y ha explotado desde el cambio de aires del club. Su nivel está siendo excelente con unas actuaciones en la banda derecha impresionantes, recordando a ese jugador que se reía de las defensas en el PAOK. Por la izquierda parte o al menos partía con ventaja para ser titular, Ivan Perisic. El internacional croata aporta una versatilidad tremenda al equipo. Tiene calidad para combinar, talento y habilidad para desbordar y gol; aunque Schäfer y Caligiuri le están poniendo en aprietos. Daniel Caliguri y Maximilian Arnold, del cual hablaremos más adelante, son dos recambios de lujo para esta línea de mediapuntas extraordinaria y que forman junto al doble pivote, lo que la prensa local llama: los cinco magníficos.
Ese fútbol bonito y ofensivo que exige Hecking, obliga a la línea defensiva a acompañar al centro del campo y arriesgar mucho. Naldo y Robin Knoche son claves en la salida de balón subiendo mucho y ayudando al centro de campo en la construcción; Christian Träsch y Ricardo Rodríguez se incorporan mucho al ataque dejando al equipo expuesto a las transiciones rápidas. Ese es el gran problema del equipo: la vulnerabilidad defensiva en las transiciones del rival.
Muchos clichés, estereotipos y antipatías rodeaban, y seguirán rodeando, al VfL Wolfsburg. Digamos que muchos puristas del fútbol sólo aceptan a los equipos históricos del fútbol alemán y no tragan al VfL, por esto mismo o por la financiación del club gracias a la gigantesca empresa automovilística. La gente piensa en Wolfsburg y automáticamente piensa en Volkswagen, y a partir de ahí se llega a una asociación mental que te hace pensar en dinero. Sólo un necio negaría que el Wolfsburg sin la Volkswagen no sería nada. Es más, no existiría tal y como lo conocemos. Pero la ciudad está orgullosa del VfL y de la Volkswagen, tanto monta monta tanto. No hay nada más representativo de la ciudad que la Volkswagen y la ciudad se siente orgullosa del VfL y por lo tanto, no hay nada más acertado que dicho patrocinio.
Como muchos de estos puristas afirman, los clubes de fútbol representan el espíritu de las sociedades. Nos encontramos ante la ciudad más rica de Alemania y en la cual más de 75 mil de las 120 mil personas que tiene la población de la ciudad, trabaja en la Volkswagen o en una empresa afiliada a ella. El mensaje está claro: El VfL representa a la ciudad a la perfección, un equipo próspero y en busca de la excelencia.
Pero eso sí, tener dinero siempre ha levantado enemistades, y más cuando se despilfarra de una manera absurda. Ahí es donde Allofs quiere hacer hincapié y cambiar la manera en la que el club administraba su dinero: se acabó el despilfarro y el mal gasto de dinero en jugadores semidesconocidos, cuya valía todavía está en entredicho y cuyo nivel no es apto para un equipo con aspiraciones a meterse en competiciones europeas. Magath hizo mucho daño en la imagen del club gastando dinero a diestro y siniestro en jugadores de nivel cuestionable, a un precio desorbitado para su valía. Se acabaron las apuestas personales y las plantillas de más de 30 jugadores que hacían imposible la convivencia entre los propios jugadores y que llevaba a la absoluta marginación de algunos de ellos.
Este mercado de verano hemos visto a un Klaus Allofs moviéndose como nadie en los despachos encontrando sitio a la gigantesca nómina de jugadores que tenían contrato con el club. Dieter Hecking le pidió una plantilla pequeña en la cual todos los jugadores que estuvieran tuvieran opciones reales de jugar, creando así un clima idóneo y competitivo para el trabajo día a día. Así que de una plantilla de casi 50 jugadores, Allofs la redujo hasta 23, siendo así la plantilla más corta de la competición.
Salieron del club 22 jugadores, de los cuáles, sólo Makoto Hasebe contaba para Dieter Hecking. No se renovó a cinco jugadores que estaban lejísimos de su mejor estado de forma: Alexander Madlung, Kevin Pannewitz, Sotirios Kyrgiakos, Marwin Hitz (Augsburg) y Thomas Kahlenberg (Bröndby). Se decidió vender a jugadores que no convencieron a Hecking en ningún momento como: Ferhan Hasani (Bröndby), Patrick Helmes (Köln), Simon Kjaer (Lille), Yohandry Orozco (Táchira) y el mencionado Makoto Hasebe (Nürnberg); además de jugadores que ya estuvieron cedidos el año pasado y no convencieron al cuerpo técnico como: Giovanni Sio (Basel), Akaki Gogia (Hallescher), Emanuel Pogatetz (Nürnberg), Sebastian Polter (Mainz), Marco Russ (Eintracht Frankfurt), Mateusz Klich (Zwolle) y Michael Schulze (Cottbus). Además se cedió a otros cinco jugadores de los cuales se tienen muchas dudas sobre ellos pero que no se les pudo encontrar un comprador: Tolga Cigerci (Hertha Berlin), Rasmus Jönsson (Aalborg), Ibrahim Sissoko (Saint-Étienne), Fágner (Vasco de Gama) y Vaclav Pilar (Freiburg).
El equipo no necesitaba muchos fichajes, ya que Hecking tenía la suficiente materia prima como para hacer un equipo competitivo sin mucho movimiento. Así que, hasta el fichaje de Luiz Gustavo, el club sólo hizo retoques de calidad en los puestos que estaban descubiertos. Diego Benaglio necesitaba un portero que le hiciera competencia, a la vez que aceptase el rol de segundo portero; y por esa razón llegó un portero de nivel contrastado como Max Grün por un precio irrisorio. Muy necesario era encontrarle una pareja en el centro de la zaga a Naldo, y Allofs apostó por el internacional suizo Timm Klose, un hombre que dio lo mejor de sí con Hecking en su etapa en Baviera. También era importante encontrar un hombre que pudiera dar descanso a los jugadores de banda, y que además les pusiera muy complicada la titularidad y por ese motivo llegó un Daniel Caliguiri que se había salido en el Freiburg la temporada anterior. Stefan Kutschke llegó para ser la tercera opción en ataque aunque no fue un fichaje de Allofs sino de Magath, que dejó firmado su traspaso antes de marcharse. Junior Malanda, una de las estrellas emergentes del fútbol belga, también firmó por el club de la Baja Sajonia, pero fue cedido al Zulte Waregem hasta enero.
Pero obviamente, un fichaje destacó por encima de todos. Media Europa andaba detrás de Luiz Gustavo, y Klaus Allofs fue capaz de hacerse con sus servicios haciendo no sólo una muestra del poderío al que puede llegar el VfL Wolfsburg –todavía no se saben cifras oficiales, pero la prensa de la zona asegura que se superaron los 18 millones de euros y que el jugador brasileño percibirá 8 millones brutos al año–, sino marcando la pauta de la nueva política de fichajes que seguirá el club a partir de ahora. Muchas preguntas le han realizado a Allofs sobre su fichaje, y él ha respondido con claridad diciendo que fichar al brasileño era apostar sobre seguro y que el tipo de fichajes que se realizarán a partir de ahora irán por el mismo camino. El club y él han decidido que, a partir de ahora, se buscará y se priorizará la calidad contrastada sobre la cantidad. Sólo vendrán jugadores de los cuáles se esté seguro que triunfarán y una vez que se haya determinado la valía de ese jugador, Allofs tendrá el semáforo verde para ir a por ese jugador con todo el poderío económico que posee el club.
Klaus Allofs y Dieter Hecking han señalado que no tendrán la plantilla a su gusto hasta que no pasen tres o cuatro mercados de fichajes, pero dejan entrever que a partir de ahora se les tendrá que respetar.
No se puede construir un equipo grande y dominador sin una cantera que produzca jugadores y que esté provista de las mejores infraestructuras. El VfL va por el buen camino.
El club posee unas infraestructuras tremendas para lo pequeña que es la ciudad respecto a las grandes metrópolis del país. Pero, por si fuera poco lo que ya tienen hoy en día, la construcción del VfL-Stadion im Allerpark para el equipo femenino y el sub-23, irá acompañado de nuevos campos de entrenamiento para las chicas como para los jóvenes canteranos. Todo por un valor de 26’7 millones de euros en unas obras que empezaron este verano y acabarán en junio de 2014.
Dos canteranos han irrumpido en el primer equipo. Robin Knoche ha entrado en la primera plantilla del primer equipo y ha desplazado al banquillo a Timm Klose. Ahora mismo es inamovible en el once de Dieter Hecking, siendo uno de los centrales más en forma de Alemania y el que más pases completados y más veces toca el balón esta temporada, sólo por detrás de los centrales del Bayern. Su nivel le ha servido para debutar con la sub-21 de Alemania este mismo mes.
El otro canterano en cuestión es el joven y talentoso Maximilian Arnold. Brilló en las NextGen Series la temporada pasada y firmó tres partidos seguidos anotando un gol en la pasada campaña en la Bundesliga con el primer equipo. Muchas comparaciones con Götze y Draxler en la prensa alemana y debates sobre si será pronto jugador de la Mannschaft. De momento Hecking ha decidido ir poco a poco con él, racionándole los minutos; y Allofs ha decido renovarle, al igual que a Knoche.
Pero, ¿por qué hablamos también de que la cantera domina? Muchos no lo sabrán, por desinformación o porque los clichés anteriormente mencionados hacen creer que el club no trabaja la cantera; pero el Wolfsburg posee el mejor equipo juvenil del país en la actualidad. La temporada pasada se hizo con la A-Junioren-Bundesliga Nord/Nordost, lo que aquí vendría a ser juvenil división de honor, con unos números de escándalo por delante de un Hansa Rostock que fue su rival en la final nacional. Los 100 goles anotados en 26 partidos disputados en la región norte fueron uno de sus argumentos para plantarse en la fase final nacional, donde vencieron al Schalke 04 por un 4-0 en el global de la eliminatoria de semifinales y por1-3 al Hansa Rostock en la final. Aquel equipo formado por Maximilian Arnold, Federico Palacios-Martínez y Julian Brandt en ataque era una auténtica delicia.
Y este año no se quedan atrás. De momento son el único equipo que lleva seis victorias en sus seis partidos disputados esta temporada, con nada más y nada menos que 27 goles anotados y que les ha valido el apodo en la publicación alemana Kicker de La máquina goleadora. La plantilla que tiene a su disposición Dirk Kunert es una auténtica barbaridad, con jugadores a tener muy en cuenta como los turcos Cinar, Cigerci y Bülbül; y los menos conocidos Iddrisu, Sven Müller o Seguin entre otros.
Pero dos nombres destacan por encima de todos y a bien seguro que habrá que recordar sus nombres: Julian Brandt y Federico Palacios-Martínez. El interior diestro alemán es un verdadero diamante en bruto que lleva cuatro goles y seis asistencias esta temporada, y clubes como el Bayern, el Dortmund y el Chelsea ya han preguntado por él. Palacios-Martínez es un delantero bajito, rápido con un cambio de ritmo espectacular y con unas cifras de goles que espantan. Nada más y nada menos que 13 goles en seis partidos, y una facilidad abrumadora en la manera de anotarlos. No sería extraño que les viéramos debutar pronto, incluso esta misma semana contra el VfR Aalen, para convencerles de que se queden y que renueven por el club de la Baja Sajonia.
Klaus Allofs y Dieter Hecking tienen ante sí el proyecto de sus vidas. Están construyendo un grande que a medio plazo espera instalarse en las competiciones europeas y luchar por los títulos. El club ha demostrado que, cuando se empeña en algo, tarde o temprano lo consiguen. Todos tenemos en la cabeza el triplete del Wolfsburg femenino, que pasó de no tener ningún título en su palmarés a ganarlo todo en una semana. Los dos saben que están en un club donde no tendrán que preocuparse por las finanzas, pero en que la presión será máxima por las enormes posibilidades que poseen. Ambos se complementan y se necesitan. Hecking deberá de hacer jugar y ganar a la plantilla que le vaya construyendo Allofs. Quizás tanto apoyo sea un tanto positivo sobre el futuro del club, pero la fórmula Allofs+Hecking+Volkswagen puede ser explosiva. Quien sabe, quizás estamos ante la construcción de un monstruo del fútbol alemán en los próximos años.
* Borja Rodríguez.
– Fotos: EFE – Maxppp – Vfl Wolfsburg
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