1.- Hace doces meses, el Elche visitaba El Madrigal en un partido que para muchos aficionados amarillos significaba conocer si el Villarreal lucharía por ascender de manera directa o sufrir por lograr dicho objetivo mediante un siempre caprichoso playoff. Los ilicitanos ganaron (2-3) encauzaron el campeonato y, al mismo tiempo, instalaron ciertas dudas en el entorno villarrealense sobre sí se optaría a la segunda plaza directa.
2.- En su regreso a primera, no solo se ha conseguido la permanencia un año más en la máxima categoría, sino que el equipo dirigido por Marcelino García Toral, con un conjunto de recursos de menor cantidad y calidad que en sus años de bonanza económica, ha convertido el sueño de volver a navegar por Europa en realidad. El Submarino volverá a disputar competición europea.
3.- El camino hacia ese deseo, instalado ya como obligación, una vez se sumaron los 45 puntos que aseguran la permanencia matemática tras ganar a Osasuna el pasado mes de enero, lo ha sustentado el Villarreal en una excelente primera vuelta y una segunda más bien discreta, por múltiples variables, que merecerán en su momento el correspondiente análisis, especialmente desde los rectores del club, cuerpo técnico y jugadores.
4.- No obstante, no debe enmascarar esta parte de la campaña el más que notable juego ofrecido a aficionados y a aquellos que, sin ser seguidores del Submarino Amarillo, han descubierto una versión futbolística un tanto distinta a la de Manuel Pellegrini, pero sin duda igual competitiva, en líneas generales, que la que ofreció con el chileno, jugando de tú a tú contra cualquier rival, de mayor, menor o idéntica entidad.
5.- Sustentado en cuatro pilares, Musacchio, Bruno, Cani y Gio, el fichaje estrella del equipo, el Villarreal ha ofrecido un juego y rendimiento que, si se tira de hemeroteca, muchos dudaban que se pudiera lograr, al convenir en la dificultad de afrontar una temporada con una plantilla con un nivel cualitativo distante de los grandes y, a priori, principales candidatos a estas posiciones y bajo una mirada con lupa, anhelando nostalgias del pasado.
6.- Ante el Sevilla, Marcelino tuvo que volver a innovar, un hecho habitual y paradójicamente al mismo tiempo excepcional, pues es consecuencia de tener que entrenar durante los últimos meses sin la totalidad de la plantilla. Este es uno de los factores que explican que haya menguado el rendimiento del equipo en la liga, no el único.
7.- Tras el buen rédito de jugar con un 4-4-2 ante el F. C. Barcelona, en el que los jugadores de medio campo lo hicieron formando un rombo muy cerrado y liberando en el vértice inferior a Cani, el técnico asturiano, sin algunas de aquellas piezas, ha repetido planteamiento e idea de juego.
8.- El Villarreal de los últimos meses anda fatigado, no solo físicamente, sino mentalmente. El desgaste emocional de tener que subir una montaña como es remontar puntos para ascender se frenó una vez lograda la salvación matemática el pasado mes de enero. Si a ello se suma los problemas físicos y la caída de rendimiento de algunos de los pilares del equipo, Marcelino ha optado por reinventarse para poder seguir compitiendo.
9.- Poco a poco, muchos rivales habían descifrado al Villarreal del preparador asturiano, cómo desarmarlo. Por tanto, era necesario dar vueltas de tuerca a la plantilla y planteamientos, sin alejarse del modelo de juego. Unas veces mejor, otras peor, esta idea no ha sido para nada desfavorable para el equipo. Sin embargo, los resultados no han acabado de acompañar.
10.- Ante los hispalenses, en un partido donde el calor y el cansancio en el bando local, tras el partido disputado el pasado jueves de Europa League, han estado presente durantes los noventa minutos, el ritmo de juego, balón e intensidad ha sido muy bajo, algo habitual también en la recta final de los campeonatos. Pese a ello, ambos equipos han dispuesto de las necesarias ocasiones para romper el 0-0 inicial, si bien también es bueno convenir que, acumulando méritos, ninguno de los contendientes ha sido superior al otro
11.- Emery ha tirado de rotaciones y su juego ofensivo se ha visto lastrado por el excelente posicionamiento del Villarreal, el alejamiento de Rakitic respecto a la zona de tres cuartos y un Asenjo que ha cumplido otra vez de manera notable bajo palos, creciendo día a día y pidiendo a gritos en el césped que el club haga un esfuerzo para se quede.
12.- El dominio del balón, no tanto del juego, que ha sido más bien alterno, ha correspondido al bando amarillo. Ante tantas ausencias en la parcela ancha, el técnico asturiano ha decidido que a los habituales Bruno y Cani les acompañaran Óliver Torres y el canterano Moi Gómez. Todos ellos han campado a sus anchas, cerrando por dentro cualquier incursión sevillista, apoyando por fuera si se requería y, al mismo tiempo, generando las transiciones ofensivas de las que han nacido las mejores ocasiones amarillas.
13.- El mexicano Gio dos Santos, acostado a la banda derecha, ha castigado la espalda de Alberto Moreno y de sus botas ha nacido casi todo el peligro del Villarreal. Sin embargo, en la definición, tanto él como Jonathan Pereira, Uche, Cani o Musacchio, en una brillante jugada de estrategia, se han mostrado muy romos, otro de los defectos del equipo en este tramo de temporada. Y cuando no han errado se han topado con un Javi Varas tan acertado como Asenjo en la otra área.
y 14.- En un campo donde solo se conocían triunfos de cualquiera de los contendientes, pues nunca antes habían empatado en la máxima categoría, un punto ha dejado en el fondo satisfecho tanto a Sevilla como a Villarreal. Los locales porque prácticamente tienen asegurada la quinta plaza y pueden centrar sus miras en la final de Turín; los visitantes porque tras el empate posterior del Valencia han visto cómo se ha confirmado el sueño de toda una afición: el regreso a recorrer el viejo continente en la Europa League.
* Pablo Beltran es periodista.
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