Liga BBVA 2014-2015 / España / Fútbol / Crónicas 2014-2015
1.- En el nuevo paradigma de juego, el Barça ha dejado de tener un mediocentro al uso, un ‘4’. Ahora tiene en su lugar a Messi con la brújula en la mano tomando las decisiones desde una banda, como si fuese la prolongación del entrenador sobre el césped. Tras meses de dudas y ensayos, de pruebas y titubeos, Luis Enrique ha tomado tres decisiones que parecen irreversibles a corto plazo: priorizar las transiciones, alinear a quienes más gustan del va y viene y darle la brújula en exclusiva a Messi. Por fin Luis Enrique es fiel a sí mismo, por fin ha hecho lo que le pedía el cuerpo y, mientras los resultados sigan apoyándole, no parece probable que vaya a modificar estas tres decisiones.
2.- El juego del Barça tiene una primera fase que consiste en llevar el balón hasta el costado derecho, el despacho donde Messi toma las decisiones. La segunda fase ya depende por completo del argentino. La enorme movilidad que aportan Luis Suárez y Neymar le permite tomar cualquier opción. A Messi le viene gustando mucho que sus dos colegas de ataque realicen un movimiento de arrastre completo de la defensa rival para mandar entonces el balón al lado opuesto, donde siempre aparece Jordi Alba y a veces Andrés Iniesta. Es el Alley oop de Xavi a Alves, pero por el otro costado.
3.- El Villarreal ha sido el primer equipo que ha empezado a comprender en qué consiste el nuevo paradigma de juego blaugrana. Sin conseguir un acierto pleno en sus objetivos, el equipo de Marcelino ha entendido lo que pretendía Messi, ha cerrado siempre en 2 vs 1 en las bandas (con Jona dos Santos y Cheryshev ayudando a sus laterales), no se ha dejado estresar en exceso por Neymar y Suárez y ha optado por esperar que Alba marrase sus finalizaciones. Es un problema conocido del lateral barcelonista: llega como un rayo, pero posee una discreta toma de decisiones en el instante final.
4.- Dado que el Villarreal se cerraba en su clásico 4-4-2 bastante bajo, el Barça cerraba con solo tres defensas, normalmente con Alba más arriba que Alves. Los interiores de Luis Enrique eran más puntos de apoyo que fabricantes de juego, materia que acapara Messi en exclusiva. Iniesta y Rafinha han ocupado a menudo posiciones más altas que el propio Messi, prácticamente como mediapuntas por los pasillos interiores. Esto facilita que puedan devolver el balón de cara a Messi para el penúltimo pase, enorme ventaja, pero también debilita la transición defensiva.
5.- Cerca de la media hora se ha visto el primer ejemplo. Neymar ha perdido un balón en la zona donde los perdía Messi en los últimos años (la frontal del área) sin interiores que le protegieran. Tras robar Cheryshev el balón, el Villarreal ha lanzado un 3 contra 2 que Piqué ha temporizado y Mascherano despejado, pero una excelente apertura de Bruno al costado opuesto ha finalizado con desvío del propio Cheryshev a gol, mostrando el cuadro amarillo dos buenas virtudes: el tempo de su contragolpe y el acierto de buscar a los alejados.
6.- El primer tiempo ha terminado con gol de Neymar tras una excelente combinación de Messi con Rafinha. Si tener a los interiores tan arriba penaliza las transiciones defensivas -dejando a Busquets como víctima principal-, a cambio ha beneficiado la asociación cerca del remate. Con la brújula en la mano, como Xavi hiciera antaño, Messi ha filtrado para Rafinha y este se ha perfilado de lujo en su disparo, repelido por Asenjo hacia el centro del área, donde Neymar ha sellado el empate. Estos primeros 45 minutos pueden resumirse en el padecimiento de los laterales del Villarreal, enfrentado Jaume Costa a Messi y sufriendo Mario ante Alba; y ambivalente el uso de los interiores barcelonistas, excelsos para apoyar a Messi en su asalto al área, demasiado alejados para ayudar a Busquets en la transición ataque-defensa.
7.- El segundo tiempo ha permitido recuperar al Iniesta más sutil y punzante, al más extraordinario. Durante pocos minutos, apenas doce o quince, ha sido nuevamente excepcional, como si jugara con un compás en las botas y un cartabón en la mirada. Ha filtrado pases inverosímiles, encontrando huecos que parecían no existir, como si dispusiera de algún ingenio artificial que le permitía delinear esa trigonometría indescifrable. En medio de semejante recital, sin embargo, el Villarreal ha vuelto a adelantarse en el marcador en jugada similar a la primera. Neymar ha fallado un pase casi dentro del área visitante y el contragolpe ha tenido éxito por los dos únicos errores de Piqué en toda la noche: primero ha fallado un control sencillo y a continuación, tras una buena cabalgada, Gio dos Santos le ha quebrado con un regate seco que ha rematado Vietto a gol entre Busquets, Mascherano y Alves. Digamos sin demora que los dos errores de Piqué, siendo enormes, deben ser minimizados ante su excelente actuación global.
8.- En este punto, el Barça ha rugido y en cuatro minutos (del 49 al 53) ha remontado hasta el 3-2 final. Otro pase vertical de Iniesta a Suárez ha desembocado en rebotes varios que Rafinha ha finalizado en las mallas. Y un pase horizontal de Alba a Suárez (nótese que el uruguayo ha estado en casi todos los momentos trascendentes pese a no marcar) con prolongación del delantero centro hasta la frontal del área ha permitido que Messi marcara de nuevo con la pierna derecha, lo que casi ha dejado de ser noticia dada su prodigalidad.
9.- Más que por ordenado, el Barça vencía por apasionado, porque los jugadores desprenden el aroma de creer -por fin, cabe decir- en el plan de juego de Luis Enrique, que evidentemente consiste en ir y venir, dar y recibir, el Barça de las transiciones. Si alguien lo dudaba, véase que la primera decisión del entrenador ha consistido en retirar a Sergio Busquets a los 70 minutos porque en ese momento el objetivo único ya consistía en lanzar transiciones ofensivas de alto voltaje, para lo que Mascherano resulta un mejor salvavidas. Por descontado, quien ha entrado no ha sido Xavi, mero espectador, sino Mathieu, lo que ha sido otra declaración evidente del entrenador, por si hacía falta.
10.- Aún concluyendo una racha extraordinaria de 18 partidos consecutivos sin perder (desde el 6 de noviembre de 2014), el Villarreal ha mostrado en el Camp Nou un rostro sereno y efectivo. Pocos equipos pueden resistir el momento actual del Barça, esa electricidad que recorre el cuerpo de Messi y se transmite con osadía a todos sus compañeros. Los de Marcelino han sabido aprovechar las flaquezas que tiene el nuevo modelo de juego barcelonista y han resistido con sobriedad los momentos febriles que, de manera alterna, han protagonizado Iniesta, Neymar, Alba o Messi. Al Barça no le resultará sencillo apear de la Copa a este brillante Villarreal.
y 11.- Por si era necesaria una nueva comprobación tras lo mostrado en el triple duelo frente al Atlético de Madrid o ante Depor y Elche, Luis Enrique ha sido inflexible en su presentación de credenciales. Su Barça es esto: transitar. Veloz, raudo, eléctrico. Sufriendo cuando le atacan, gozando cuando ataca. Con Messi ubicando su mapa de operaciones en la banda derecha, simple punto geográfico de partida, brújula en mano e investido de único capitán general. Los centrocampistas han pasado a ser sus mayordomos mientras Luis Suárez barre el frente de ataque, emulando lo que hiciera Alexis Sánchez y jamás quiso hacer Ibrahimovic. El Barça de Luis Enrique es un va y viene, plenamente coherente con la personalidad del entrenador, en tanto una amplia mayoría de jugadores se siente a gusto en el nuevo paradigma.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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