Fútbol / Crónicas 2013-2014 / Inglaterra
1.- El Manchester United se plantaba en Goodison Park tras estar los últimos quince días sin jugar en la Premier League. Inactivos. Descansados. Quince días que les han bastado para quedarse eliminados de la Champions League ante el Bayern Múnich, perder las pocas opciones que le quedaban de clasificarse para alguna competición europea la temporada que viene y para comunicar a los medios que va a existir una remodelación del equipo este verano. Las cosas no han vuelto a salir hoy. Los red devils han tenido pocas oportunidades, han jugado mal y no han sabido sobreponerse al juego que le proponía el Everton. En definitiva, ha sido otro partido paupérrimo. A lo que nos tienen acostumbrados esta temporada vaya.
2.- En los primeros veinte minutos nos hemos encontrado a un Everton con las líneas muy juntas, intentando ahogar el juego asociativo y de posesión de los chicos de David Moyes. Y la verdad es que, si tienes un centro del campo con Carrick y Fletcher, lo último que se te ocurre es jugar con la posesión durante todo el partido. Y al final, no ha salido. Hablando de lo táctico, Roberto Martínez ha introducido una variante respecto a otros encuentros: ha situado a Mirallas en la banda derecha, a Naismith de mediapunta y a Ross Barkley en la banda izquierda, ayudando a Leighton Baines en tareas defensivas. Por su parte, David Moyes ha dejado en el banquillo a Fellaini, Januzaj y Welbeck, hombres que le podrían haber dado un toque más de verticalidad y profundidad al equipo.
3.- Y lo acertado, en primer lugar, era buscar los espacios que dejaban los laterales del Everton al sumarse al ataque, pero ni Kagawa ni Mata han podido penetrar ni una sola vez la línea defensiva de los toffees. Ni un solo pase entre líneas, únicamente pases horizontales y desacertados. Y hasta allí llegó el Everton. Minuto 28 de partido y otro contraataque llevado al área del United, esta vez comandado por Lukaku, que se sacó un poderoso disparo que acabó parando Phil Jones con la mano. Penalti. El encargado de lanzarlo sería Baines. Sí, aquel hombre que dejó con migrañas a más de uno en las oficinas de Old Trafford el pasado verano y que con mucha tranquilidad se aproximó al esférico y con un toque sutil lo metió por el medio de la portería. 1-0.
4.- Tras el gol, el United siguió a lo suyo. Tenía el 65 % de la posesión, pero no había movilidad en la zona de tres cuartos, no había llegado aún a la portería defendida por Tim Howard. Tuvo poco trabajo el estadounidense, pero cuando lo tuvo, lo solventó bien. Sin embargo, otro contraataque iba a decidir de una vez por todas el partido: recuperación de Baines, que se asocia rápidamente con Naismith, que hace lo propio y se la da a un Coleman que se encontraba en una posición privilegiada para romper las líneas defensivas del United y ver el desmarque de Mirallas. El belga no falló: pegó un disparo seco al palo largo de De Gea. 2-0. Descanso.
5.- El segundo tiempo nos dejó pocas cosas que destacar. Fue una mera continuación del primero, pero con menos ocasiones de ambos conjuntos, muchos errores y un juego más lento. Lo único positivo que nos dejó los últimos cuarenta y cinco minutos fue el derroche físico de Naismith, la seguridad que transmitía John Stones –rápido al corte y muy seguro en el balón aéreo– y Seamus Coleman, que era el mejor del partido. No había quien parase al lateral del Everton.
y 6.- Tres jornadas para el final de la Premier. Afortunadamente, la pesadilla de David Moyes está próxima a finalizar. Al United le quedan cuatro partidos en los que no se juega nada, doce puntos que no aseguran la Europa League, ya que las pocas opciones que le quedaban se le han esfumado hoy. Mientras tanto, los chicos de Bob Martínez siguen metidos en la lucha por la Champions League: tienen al Arsenal a tan solo un punto y quedan por jugarse todavía nueve. Tendremos que esperar al desenlace final.
* Miguel Ángel Ríos.
– EPA
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