1. Louis van Gaal aún no puede presumir de haber dotado de una identidad reconocible al Manchester United desde que aterrizó con la medalla de bronce neerlandesa del mundial al cuello. Entre bajas, cambios de sistema, nuevos fichajes y plagas de lesiones, se espera que la versión propia del técnico se pueda apreciar con todo detalle a partir de la próxima temporada, pero mientras, el objetivo de regresar a la aristocracia europea en la Champions League parece conseguido. El Manchester City, por su parte, ofrece sensaciones totalmente opuestas. Si el United es un libro por escribir, su rival ciudadano da la impresión de estar apurando las últimas líneas de un episodio importante en la historia de Maine Road, en la que se ha convertido en un equipo referente de Inglaterra, aunque en los últimos meses parece haber olvidado el camino que le llevó a ello. Con dos equipos rumbo a ninguna parte, pero en direcciones contrarias, se encontraron Manuel Pellegrini y Louis van Gaal en Old Trafford, buscando una victoria que los reafirmase.
2. La historia más reciente del fútbol inglés sitúa al Manchester City un escalón por encima de los red devils, y haciendo gala de esa jerarquía, fue el equipo visitante el que tomó las riendas del partido desde un principio, mientras veía cómo su oponente apenas mantenía las posiciones iniciales en el campo. Tan cómodo llegó a encontrarse en casa ajena el City, que se adelantó rápidamente gracias a Agüero, tan necesitado de romper su mala racha goleadora como hambriento por hacerlo en un escenario especial, con cámaras que expandan por todos los continentes su retorno. El United aún no había hecho acto de presencia, y entre pases inocuos y despejes, su primera acción (una falta en el centro del campo) no llegaría hasta pasado el minuto 10.
3. El gol anestesió por completo a los de Pellegrini. El chileno celebró con rabia el tanto del Kun, consciente de lo discutido que está entre la prensa especializada, pero parece que en ese momento se acabó la gasolina de un equipo que está firmando uno de los finales de temporada más grises que se le recuerdan. La teoría de los vasos comunicantes tiende a hacerse efectiva en estos partidos de máxima rivalidad, en los que los picos de uno coinciden con el momento valle del otro, y eso ocurrió en Old Trafford. El Manchester United fue poco a poco ganando peso específico en el partido y, aun sin presentar una salida aseada del balón desde la defensa, consiguió que el Manchester City dejara de ser protagonista.
4. Si sorprendente fue la dimisión del Manchester City en una fase tan temprana del derbi, no menos lo fue conocer los protagonistas de la remontada exprés que llevó a cabo el United. En ninguna promoción del partido hubieran aparecido los rostros de Ashley Young y Marouane Fellaini, pero con los arreones propios del United consiguieron voltear el marcador. Los dos aprovecharon la falta absoluta de concentración defensiva de Clichy para reverdecer sus laureles. Young volvió a percutir por la banda con la alegría que lo llevó a sonar para los grandes de Europa mientras defendía la camiseta del Aston Villa, y el pundonor de Fellaini en cada choque con la defensa recordaba los años en los que fue el mascarón de proa del Everton de David Moyes. Con un gol para cada uno, la tormenta parecía apaciguarse para los de casa.
5. Con el resultado estabilizado en el 2-1, el United apenas sufrió dada la inoperancia del doble pivote Touré-Fernandinho, totalmente desaparecido. La presencia de David Silva en la banda izquierda y de James Milner en la mediapunta parecía responder únicamente al hecho de disuadir a Antonio Valencia de incorporarse al ataque por la banda derecha y combinar con Herrera y Mata, creando así el triángulo más creativo posible en el once de Louis van Gaal. Lo contraproducente de esta disposición táctica por parte de Pellegrini es que Milner, por muy polivalente y abnegado que sea, no tiene la capacidad de invención de Silva por detrás del punta, y el canario perdió todo protagonismo sacrificado en la banda, restando potencial al City y dejando absolutamente aislado a Agüero en punta.
6. En la segunda mitad, Pellegrini movió rápidamente el banquillo. Mangala sustituyó a un Kompany superado y en serio peligro de ser expulsado tras una dura entrada a Blind que se saldó con amarilla. Más allá de eso, el guion apenas varió. Milner siguió vaciándose en vano y el entrenador chileno optó por sustituirlo y dar entrada a Nasri para que Silva por fin se trasladara a la mediapunta. La corrección fue en vano, pues rápidamente Valencia se lio la manta a la cabeza y empezó a subir al ataque, con la complicidad traviesa de Herrera y Mata, maestros del primer toque que buscaban siempre la espalda de Clichy mientras el lateral ecuatoriano amargaba al recién incorporado Nasri. Ni siquiera la posesión era patrimonio ya del Manchester City.
7. El cansancio poco a poco comenzaba a hacer acto de presencia y el partido podía romperse por velocidad en cualquier momento. Esa arma es utilizada por el Manchester United en cuanto la situación se lo permite, y así llegó el gol de Mata, tras una asistencia de Rooney que encontró al asturiano solo ante Hart. Aunque estaba en posición ilegal, el linier no lo advirtió y el ‘8’ del United no perdonó, poniendo un 3-1 con pinta de definitivo en el marcador.
8. No terminó ahí el festival red devil, que tuvo continuidad con un envío al área de Ashley Young –brillante de principio a fin– rematado por Smalling. Con cuatro goles y todos los cambios por hacer, el derbi se tiñó definitivamente de rojo, mientras los jugadores del Manchester City buscaban furtivamente el marcador con la mirada en busca del minuto noventa para comenzar a olvidar ya la pesadilla que estaban viviendo. Aún hubo tiempo, tras los movimientos de banquillo de Louis van Gaal para perder tiempo, para que Agüero salvara un poco más la cara del vigente campeón de la Premier League con un nuevo tanto. Fue su centésimo tanto con la camiseta sky blue, pero en ningún momento le supuso una alegría especial.
y 9. Por delante quedan únicamente seis partidos. Del derbi sale un United fortalecido y disputando la segunda plaza a un Arsenal también muy sólido. Y un Manchester City pidiendo la hora, reclamando que la temporada 2014/15 llegue a su fin y esperando que lleguen movimientos. El proyecto de Louis van Gaal tendrá continuidad y se espera que llegue a algún lugar determinado, pero la presencia de Pellegrini está siendo cada vez más cuestionada y puede que haber cedido la hegemonía de la ciudad de Mánchester sea ahora el menor de los problemas para el chileno, cuya vidriosa mirada apenas se percibía mientras se hundía en su banquillo.
* Agustín Galán es periodista.
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