1.- Como si no lograran decodificar el juego del Real Madrid, aún hay rivales en la Liga que le enfrentan a pecho descubierto y haciendo largo el campo. A quienes lo hacen así se les tacha de “valientes”, pero quizás también les cuadraría el calificativo de “inconscientes”. Del mismo modo que parece existir un consenso mayoritario sobre el modo de encerrarse ante el Barça, no ocurre igual contra el Madrid, lo que en buena parte puede considerarse un elogio para el equipo blanco.
2.- Si no le decodifican será porque no saben o porque no pueden. O porque no comprenden que el Madrid espera como el cazador agazapado o porque no poseen los jugadores adecuados para disputar este tipo de partidas. La defensa del Rayo es el segundo de los casos. Una defensa probablemente apta para competir contra rivales de su mismo nivel, pero incapacitada para hacerlo a tumba abierta y pretendiendo abarcar un espacio gigante frente a los velocistas madridistas.
3.- En el Rayo de esta noche hay una desconexión flagrante entre propuesta y herramientas para materializarla. Jugando parecido podrá vencer a muchos rivales del campeonato e incluso satisfacer a su afición, pero cuando te enfrentas a un tigre no puedes pretender correr con unas chanclas.
4.- El tigre no está afilado. Ha obtenido un buen triunfo, de los que serenan lo que se denomina entorno, que es eso que hace tanto ruido sin que sepamos a santo de qué lo hace. Toda victoria aporta serenidad, pero no necesariamente certezas. El Madrid no está fino, lo que no significa que no pueda estarlo pronto. Pero mantiene la línea de baja intensidad de este inicio de curso, salvo en los partidos grandes, donde la adrenalina actúa como transformador.
5.- Aunque Mourinho ha presentado, apenas concluir, una versión “dulce” del partido (equipo comprometido, buena actitud, etc), pienso que en su interior no puede obviar la realidad del juego merengue, carente de la fluidez y continuidad de hace un año por estas fechas, cuando aplastaba a sus rivales no solo desde la intensidad, sino desde el despliegue futbolístico. Quede señalado, simplemente.
6.- Ante el Rayo, Essien y Modric han mostrado buen rostro y mejor cerebro aunque el croata aún no tenga piernas. Xabi Alonso encuentra en Essien un compañero con quien entenderse sin hablar, un portento de la posición, jugador mucho más inteligente de lo que las apariencias pretenden. Modric, situado por delante de ellos, resiste 45 minutos pero distribuye con simpleza y facilidad, impecable en sus decisiones, aunque no en las ejecuciones.
7.- Ni el espacio que regalaba el Rayo ni los incontables errores técnicos de sus futbolistas (en algunos casos, rozando el esperpento) han devenido en aplastamiento madridista. El partido siempre ha sido controlado por el Madrid, tuviese el balón o no, más allá de conceder ocasiones, lo que viene ocurriendo desde hace meses. Pero ha sido un control pasivo, sin excesiva voluntad para transformarlo en juego activo, como si los hombres de Mourinho no precisaran ir más allá de ese control real y emocional.
y 8.- Es ahí donde reside el peligro para el Madrid. El equipo es consciente que cuando quiere, se enchufa y vuelve a ser un rodillo. Lo hará en Champions y en todos los partidos grandes, eso queda fuera de toda duda. Pero en el fútbol, las conexiones y desconexiones a menudo engendran altibajos inesperados, de los que cuesta recuperarse. No sé si sus jugadores conocen este recodo de la realidad, pero estoy seguro que Mourinho sí.
– Foto: Ángel Martínez (Real Madrid)
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal