"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
Fútbol 2011-2012 / Eurocopa 2012 / Selecciones
1.- La diferencia técnica entre ambos conjuntos auspiciaba un encuentro relativamente sencillo para Rusia, que se adueñaría del cuero por completo. El potencial ofensivo de los de Dirk Advodcaat provocaba que pocos confiasen en Grecia, la cenicienta del Grupo A, que se presentaba en un principio como el más débil.
2.- Rusia reflexionaba sobre este trascendental encuentro y no era capaz de saber que ante sí estaba el rival de la Eurocopa. No valía para nada la exhibición mostrada en el segundo partido de la competición continental, donde la República Checa fue un mero púgil arrollado por un equipo que recordaba al que maravilló en la Euro 2008 con un Arshavin excelso. Era una ilusión que tomaba tintes dramáticos conforme transcurrió la fase de grupos. Algunas pinceladas se vieron reflejadas en el choque ante la anfitriona, Polonia.
3.- El bloque griego, la verdadera estrella de la selección helena. Grecia, con un plantel de calidad inane en comparación con el resto, había conseguido realizar la proeza y el objetivo marcado: llegar a la última jornada de la fase de grupos dependiendo de sí misma para obtener el billete a cuartos. Rígido y compacto, el bloque de Fernando Santos estaba demostrando cómo se puede erigir una selección a través de una figura: Karagounis. Corrió como nunca ante Rusia ayudando en ambas tareas, clave para cobrar protagonismo siendo el mediocentro del equipo.
4.- Giorgos Karagounis. Volvió a ser trascendental. Su exigencia física no le impide otorgar al combinado heleno de unas transiciones iniciadas por el mediocentro y comandadas por Samaras. Es tanto el baluarte en el césped como en el vestuario. Su capacidad eminente de distribuir en una selección donde la elevada posesión de balón brilla por su ausencia, fue el timón de nuevo ante Rusia en las pocas ocasiones que Grecia tenía la ocasión de iniciar el contragolpe, expectante para armar el ataque de forma precisa. Marcó el gol provocando que saliese a la palestra la mezcolanza de la inteligencia con la pillería.
5.- Samaras, la isla que predominó en el océano. El mayor déficit de Rusia en la Euro es sin duda su defensa, timorata y temerosa del corte y lenta como principal característica. El delantero heleno no es mucho menos un jugador veloz, pero su inteligencia provocaba verdaderos quebraderos de cabeza entre la pareja de centrales Berezutskiy – Ignashevich en las pocas ocasiones en las que los jugadores griegos se tomaban un respiro para, con un intento de letal estocada, hundir a una poco imaginativa selección rusa.
6.- La historia del nunca acabar. El único gol del partido, que marcaría el devenir de la breve historia del Grupo A de la Eurocopa de Polonia y Ucrania, traería unas consecuencias capitales para Rusia. Ignashevich realizó una de las acciones defensivas más desastrosas hasta ahora de la Euro. Y ya no solo por su fallo en el marcaje con Karagounis, sino que desperdició el trabajo realizado hasta la fecha. Pero para desperdicio el que realizó Rusia en la primera mitad, incapaz de traspasar los tres cuartos de campo. Y en esa tesitura, los jugadores llamados a resurgir a su selección no aparecieron en la segunda parte.
7.- El ataque ruso, la incapacidad de utilizar el talento personificada. La fantasía ofrecida hasta entonces con simplezas de magia por parte de jugadores como Dzagoev, Arshavin o Zirkhov se perdió en el camino. Se demostró que con la existencia de un bloque unido y compacto y una defensa adiestrada y dócil al tiempo que Fernando Santos ordenaba reagruparse en filas para aguantar otra estocada rusa más era más que suficiente para evitar que la calidad se impusiese al esfuerzo. La inexistencia de un medio creador por parte de Rusia capaz de elaborar, trenzar y realizar movimientos beneficiosos tanto con balón como sin balón alargaba la sompra de la derrota.
y 8.- Grecia – Alemania, muy probablemente en cuartos. El rescatador frente al rescatado. La realidad ha sido caprichosa y puede regalar un duelo con alicientes tanto políticos, como futbolísticos o históricos. Ergo la importancia -especialmente en el país de las innumerables islas mediterráneas – llega a límites inalcanzables para la lógica.
* Carlos Jiménez Barragán es periodista. En Twitter: @CarlosJimenez_B
– Fotos: InTime
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