Un rey atesoraba grandes fortunas cosechadas en años de abundancia de tierra fértil y fructíferas haciendas. Incluso recolectaba cada una de las preguntas que le recorrían la mente hasta obtener sentencia.
Herido de muerte, se encontraba con la necesidad imperiosa de saber qué era aquel nuevo término del que todos hablaban y él desconocía. Lo escuchó por casualidad, en uno de sus tediosos viajes a lomos de su corcel mientras recorría las laderas castellanas. Precisaba veredicto para averiguar sobre ese algo que a todos agradaba. De nuevo, debía recurrir a su séquito para enriquecer su patrimonio.
Al primero a quien cuestionó sobre aquel sugerente vocablo, fue a su médico, su más fiel consejero.
– Doctor, todos hablan de algo; antes de morir quisiera hacerle una única pregunta. ¿Qué es el fútbol?
El licenciado, siempre rotundo en sus respuestas, se tomó su tiempo hasta que acertó a lanzar su dictamen.
– El fútbol, Su Majestad, es un movimiento cultural de interés creciente. Moviliza los músculos, activa las neuronas y el corazón. Ese deporte será la medicina del mundo.
El rey necesitaba saber más, la curiosidad por aquel fenómeno despertaba su cuerpo aunque yaciera sobre un lecho revestido de oro.
Un militar, necesitado de consejos de guerra fue el siguiente interrogado.
– Mi capitán, hoy no es usted quien precisa asesoramiento. Tengo una consulta que no me deja dormir, quisiera que me respondiera: ¿Qué es el fútbol? Fernando II disparó su pregunta a quemarropa.
El militar replicó así.
– El fútbol, gran rey, es un movimiento cultural de interés creciente. Fortalece la voluntad, favorece la disciplina y las jerarquías, también el trabajo en equipo para la batalla.
El monarca asistía atónito a tanto y tan diverso juicio. Al mismo tiempo, un político se aproximaba con varios presentes a pie de cama en señal de respeto. La conversación comenzó con un saludo cordial y aquella dichosa pregunta que ensangrentaba su intelecto.
– Buenos días Ministro, dígame, ¿qué es el fútbol?
Tras unos minutos, el delegado del gobierno alegó:
– Pues tengo entendido, muy señor mío, que el fútbol es un movimiento cultural de interés creciente. Considero también, que es el mejor ministro de exteriores que tendremos jamás. Nos relaciona con otros pueblos a través de luchas no violentas, favorece las relaciones entre los territorios y el acercamiento de posturas.
Finalmente, el rey, que parecía no saciar su sed de conocimiento, necesitaba de una opinión más. Alguien que practicase eso que las gentes denominaban fútbol podría servir…
No esperó mucho para llevar a cabo su idea e hizo llamar a un jugador. Pocas horas después, un joven se presentó a la audiencia con unos extraños botines de piel y cortas vestiduras. Asustado se atrevió a decir:
– Dígame, señor de señores, qué es lo que usted desea.
El Rey, azotado por una grave tos atinó a decir:
– Dime chico, ¿qué es el fútbol?
La lengua del muchacho, conocedora de aquel juego, chutaba palabras.
– ¡Qué pregunta, mi rey! El fútbol es lo que me divierte en mi tiempo libre, lo que hace que olvide mis problemas, que me sienta libre de ataduras aunque esté envuelto en normas, que disfrute con mi gente simplemente al patear la pelota. Hace que me sienta vivo.
En las últimas horas del día, con la puesta de sol, los lamentos del soberano se escuchaban por todo el reino. Nunca jugó a fútbol, nunca se sintió vivo.
– Ilustraciones: Marc Vicens. En la web: marcvicens.com
* Las letras de Pierre de Coubertin, padre de los Juegos Olímpicos, han inspirado parte de este relato. Cada uno entiende este deporte a su manera. Aquí os dejo una historia de cuatro respuestas para comprender que el fútbol no es sólo fútbol.
* Aintzane Encinas es Estudiante y jugadora de fútbol de la Real Sociedad. En Twitter: @AintzaneEncinas En la web: aintzaneencinas.blogspot.com
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