Con una plantilla cogida con pinzas y un estado de ánimo por los suelos, Francisco ha tenido que dar un vuelco a sus ideas para revertir la situación. La apuesta era clara: línea de presión alta, sacar el balón jugado y muchas apariciones por dentro de los extremos. Aleix Vidal y Suso ocupan posiciones a pierna cambiada para crear superioridad en el centro del campo, donde se juegan dos centrocampistas con buen toque de balón y faltos de despliegue: Verza y Tébar. Desde atrás, centrales muy abiertos y con la premisa de jugar en corto antes que desplazar en largo. Una cosa es intentarlo y otra conseguirlo. Trujillo y Pellerano, con serias dificultades para asociarse con los centrocampistas debido a la presión del contrario, fueron reduciendo los ofrecimientos y así mermando el juego rojiblanco. En los laterales no había coordinación: se atacaba sin sorpresa y se defendía muy mal. Destaca el lateral izquierdo, por donde han pasado hasta tres jugadores –Christian, Raúl García y Dubarbier–, sin ser capaz ninguno de ellos de ser solvente. Arriba, la experiencia de Soriano y el hiperactivo Rodri intentaban hacer buenos los balones que les llegaban. Mientras, Esteban daba su mejor versión dejando aún más en evidencia a su defensa. Todo ello bajo el archiutilizado1-4-2-3-1.
En el fútbol los resultados mandan y los entrenadores tienen su gran hándicap en sacar provecho a situaciones adversas. El presidente Alfonso García perdió la confianza. La destitución del técnico parecía cuestión de tiempo. Diez partidos y ninguna victoria hacían tambalear el puesto del novel entrenador. El margen de maniobra después de la derrota en Anoeta eran dos partidos. El Almería solventó la papeleta y fue dando un giro a los principios de Francisco. Aunque la fragilidad defensiva era (y es) evidente, el entrenador almeriense optó por dar dos pasos atrás, incluir a otro defensa en la línea de retaguardia y añadir al centro del campo más músculo y presencia. Ante un necesitado Valencia consiguió el Almería su primera victoria de la temporada. Un 1-5-4-1 dibujó Francisco en Mestalla, dando prioridad a no encajar y ofreciéndole el balón al equipo de Djukic para una vez recuperado salir al contragolpe. Muy positivas las apariciones de dos futbolistas que no estaban contando mucho para el técnico hasta el momento: Torsiglieri y Azzez. El primero, central argentino de gran envergadura, solventó los problemas aéreos de una defensa con dificultades para ganar en anticipación y salto de cabeza.Además, Torsiglieri, con mejor salida de balón que sus compañeros, ponía en practica a la perfección un concepto con el que el preparador almeriense quería contrarrestar al Valencia: transiciones rápidas defensa-ataque. Otra novedad, ya asentada en el equipo, fue el nigeriano Azzez. Con 20 años y siendo un fijo para Francisco la temporada pasada en el filial, no le tembló la pierna a la hora de iniciar los contragolpes. Bien es cierto que aún abusa de muchas conducciones por su superioridad en esa suerte, pero sin balón ha conseguido tener esa mentalidad defensiva que le hace abarcar mucho campo y recuperar el sitio. Primera victoria del Almería y dos lecturas: contraataque y repliegue.
Francisco renunció a sus principios y le salió bien. ¿Para qué cambiar? Volvió a repetir sistema fuera de casa ante Osasuna y unido a la victoria en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo ante el Valladolid consiguió nueve puntos de nueve posibles y lo más importante: dotar de confianza a un equipo que temblaba cuando el reloj pasaba del minuto ochenta. Sin tener un juego tan preciosista, retrasando la línea defensiva y dándole más importancia a los contraataques, el Almería respira cuando parecía al borde del abismo. Pasado el vendaval del Real Madrid, los rojiblancos vuelven a su liga. Y aunque han dado un paso atrás en juego y dos hacia delante en resultados, Francisco sigue creyendo en su idea. El reto es ganar jugando bien, pero para ello aún le falta un largo camino por recorrer. Aunar juego y victorias es posible. Ya han conseguido las dos cosas, aunque por separado. La valentía y buen fútbol practicado en los primeros partidos de liga volverán cuando asienten algunas bases aún en el alambre. Si por algo se caracteriza Francisco es por ser valiente. Este paso hacia atrás quizás sea para coger impulso.
* Christian Moya.
– Foto: Javier Etxezarreta (EFE)
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